sábado, septiembre 30, 2006

Dossier Científico

Las investigaciones del Profesor Ramírez

El presente es un trabajo inspirado en “¿Cómo sabré que estoy de parto?” de Dolores Rovati , “¿Cómo sabré si nuestro bebé tiene un problema auditivo” de Robert C. O’Reilly y “¿Cómo sabré si mi novio deveras me ama?” de Yahoo Respuestas.(1)

Agotadoras guardias hospitalarias, fatigosas reuniones de estudio, tardes de domingo con bizcochitos, ámbitos éstos donde siempre está presente el mate, motivaron la investigación que aquí desarrollo: “¿Cómo sabré cuando ya está el agua para el mate, eh?
La duda se me planteó en innumerables ocasiones, y siempre debí guardar el silencio de los ignorantes. Me harté de eso, me cansé, me puse mal, ¿okay? (2)

No voy a hacer aquí el relato minucioso de las pruebas realizadas, sino de las conclusiones obtenidas. Tan sólo diré que al principio no me aparté un ápice del método científico, y no obtuve más que fracasos: una y otra vez saqué o bien agua tibia y laxante o bien H2O como para pelar chanchos. Ni el control exhaustivo del tiempo de exposición al fuego, ni la verificación puntillosa de la cantidad de líquido empleado sirvieron para establecer pautas irrefutables.
Me re pudrí de Lavoisier y mandé todo eso al carajo. ¡Eureka!: cuando me dejé llevar por mi instinto santafesino (3) y pensé “Ya debe estar”…¡salió perfecta! Eso me llevó a cambiar el rumbo de la investigación.

Realicé 17.328 “retiros por corazonada” y en una sola oportunidad salió fría, pero esa no cuenta (4).
En ese momento pasaba una temporada en casa un íntimo amigo alemán, y de las 35 veces que lo intentó nunca sacó el agua como corresponde. Casi lloro: creí que una vez más el fracaso golpeaba a mi puerta, y eso que tengo un timbre precioso (5).
Pero no me amilané: unas semanas más tarde se alojó en mi casa-laboratorio un conocido Juez de San Isidro y tuvo éxito 743 veces al hilo.
Una idea comenzaba a tomar forma en mi cabeza (un extranjero no pudo, dos criollos sí) y para confirmarla invité a pasar el finde conmigo a un joven cordobés que atiende la rotisería del barrio.
Nuevamente obtuvimos un éxito rotundo: 118 retiros en el punto justo. Festejé como loco. Lamentablemente el chico no quiso quedarse un par de días más, pero yo ya había arribado a la conclusión que ahora les presento: los argentinos hemos desarrollado un gen que nos advierte el momento culminante sin necesidad de otros artilugios.

Años y años de sabiduría gaucha han logrado mutarnos genéticamente para conseguir el agua justa que nos permite preparar en forma exacta nuestra infusión predilecta; millones de fogones con rondas de mate y “Canción para mi muerte” de fondo, pudieron por fin mejorarnos racialmente para saber con absoluta certeza cuando es el momento de sacar la pava del fuego.
Hay como la sensación de un silbido que precede al temido hervor, pero es sólo eso, la sensación. El supuesto silbido no existe: lo que percibimos como tal es la señal que envía el gen al hipotálamo y éste, excitado, estimula a su vez los huesitos yunque y martillo del oído. El silbido, señores, corresponde al vientito que produce el martillo al ir a estrellarse contra el yunque, como si fuera un gozoso llamado que dice “Chicas, a tomar el maaate!” (6)

Para poder identificar el gen todavía me falta un poquito, pero continúo investigando y procuro cubrir todo el espectro de materos.
Es proverbial el apego que sienten los uruguayos por el mate. Sería muy provechoso si me pudiera traer unos días a casa a Osvaldo Laport y no parar hasta concluir todas las pruebas, aunque nos lleve mucho tiempo.



(1) Poné “Cómo sabré” en Google y aparecen esas maravillas (Nota del Autor)
(2) Se ha respetado el estilo visceral y aputosado del Profesor (Nota del Editor)
(3) Emanuel Ramírez es oriundo de Villa Cañás, como la Chiqui Legrand (N. del E.)
(4) El Profesor había olvidado encender el fuego. Cosas que pasan. (N. del E.)
(5) No podés ser tan puto (Nota de Sergio Muzzio)
(6) ¡¡¡Por Dios!!! (Nota de Dios)

miércoles, septiembre 27, 2006

Jorge (Fragmento)

Un día mi tío se enojó con nosotros porque dijo que habíamos estado burlándonos del hermano de él. Yo siempre lo nombré así, “el hermano de mi tío”, para que se entendiera bien. Mi tío estaba casado con la hermana de mi mamá, o sea que el hermano de él no era nada mío, por lo menos nada muy directo. Pero no era verdad que nos hubiéramos burlado del hermano. Con mi primo Aníbal lo habíamos encontrado al hermano de mi tío (Jorge, se llamaba) en la cocina, comiendo de la olla las sobras de un puchero. Enseguida nos dimos cuenta de que estaba picado. Mi tío nunca decía que el hermano mayor estaba borracho, decía “está picado”. Y casi siempre pasaba eso, nos reuníamos en la quinta y todo era bueno, salvo por Jorge que a veces era bastante molesto. Y a veces peor que eso.
Esa tarde estaba en la oscuridad de la cocina mientras todos andábamos en el parque y para peor estaba comiendo unas sobras frías como si fuera un perro. Mi primo se lo dijo y Jorge le respondió que tenía hambre y que la comida estaba bien así. Le habló con la boca llena y dejó escapar un poco de líquido. A Aníbal eso le causó gracia y entonces Jorge también se rió y se metió otra cucharada con un gemido de satisfacción
- Mm…papita. – dijo, y nos reímos los tres.
A veces era muy gracioso, pero en general terminaba vomitando o diciendo algo feo, y a veces discutía con mi tío que siempre quería mandarlo a dormir.
- ¿Te gusta, tío? – le preguntó Aníbal. Yo pienso que estaba bien que él le dijera tío a Jorge, pero yo nunca tuve ganas de llamarlo así, aunque le decía tío a Alfredo y a otros amigos de mi papá. Pero Jorge nunca me gustó mucho.
- ¿Está bueno, tío?
- ¡Mm! – hizo Jorge y los dos se rieron a carcajadas. Yo me reí también, aunque el mentón húmedo de Jorge me causaba un asco tremendo. – Papita
- ¿Por qué decís “papita”?
- Cuando algo te gusta, ¿viste?. Hay que decirle “¡Papita!”, así…
Aníbal espió adentro de la olla y pescó con otra cuchara unas verduras y le preguntó al tío si podía probar.
- Pero tenés que decir “papita”.
Mi primo se metió la cuchara y enseguida puso cara de descompuesto, y escupió adentro mismo de la olla.
- ¿Qué hacés, sos loco? – dijo Jorge rescatando de inmediato lo que Aníbal había tirado. Yo creo que era justamente lo que mi primo había escupido, pero Jorge se lo metió a la boca y Aníbal dijo:
- ¿Papita?
- ¡Papita!
Yo reí hasta que sentí lágrimas en los ojos y me acomodé al lado de la olla. No tenía mala intención cuando busqué las verduras para darle a Jorge, era como un juego. Al fin y al cabo a él parecían gustarle; junté (eso sí) lo que me pareció peor y se lo ofrecí. Y después Aníbal hizo lo mismo. Jorge no terminaba de tragar una cucharada y ya tenía otra puesta en la boca. Los tres gritábamos “¡Papita!” y nos reíamos y tosíamos, sobre todo Jorge. Nos salpicábamos un poco con el caldo y a Jorge se le caían algunos pedacitos, pero no me daba mucho asco, en ese momento me causaba una gracia enorme.
Y ahí fue cuando entró mi tío y nos vio.
"Fragmento" quiere decir que no continuará en el blog, que es este pedacito y buenas noches. Lo tenía en papel y ante la disyuntiva de escribirlo en el Word o acá, opté por acá. Pueden enviar los insultos por mail, serán respondidos con la celeridad que me caracteriza.
S.M.

Sanateando en inglés

¿Por qué no? Why not???
Hemos puesto cuentos por la mitad, fotos de amigas, opiniones intrascendentes, etc. ¿Por qué no poner el ensayo de un amigo que no se sabe la letra?
A mí me gustó mucho, y no es mi estilo de música.
Les presento a Martín, un amigo que ahora vive en España, cantando (sanateando) un tema de otros amigos que viven acá, que será en inglés. El problema es que Martín no tenía la letra, algo así como "I don't wanna keep on figthing", así que medio la inventó.

Está muy bueno, pero como dice él más o menos a los 3 minutos:
"...si me supiera la letra, más copado, bolú..."


Powered by Castpost

lunes, septiembre 25, 2006

La última cena (Segunda Parte)



- ¿ Por qué la última? – dijo Santiago

En ese momento se escucharon varios ruidos afuera: ruido de caballos y de metales entrechocando, ruido de cuerpos pesados marchando y finalmente deteniéndose justo frente a la puerta.

Siami la soldadesca romana,
Queremo parlare con Jesús,
Más vale que súbito nos abran
O van a acabar en la cruz

Hubo un rápido conciliábulo entre los participantes del festín: abrirle la puerta a soldados romanos podía ser muy peligroso. Para ganar tiempo, Pedro preguntó:
- ¿Quién es?
- Sargento Benítez. Abra la puertite, signore.
- ¿Benítez? ¿No era de otro cuento?
- Si se quejó algún vecino por el despelote, ya terminamos, oficial. No se preocupe.
- Signore: abra o abrimo, cuesto asunto é urgentíssimo, anque no oficiale…
- Déjenlos entrar – dijo Jesús.
- ¡No! – gritó Judas desde el fondo – por favor…que no entren.
- Dijo “asunto no oficial”…¿por qué no abrirles?

Vamo contare hasta tres
Y te tiramo cuesta puerta
De un patadone, o tal vez,
Como Zidane, con la testa

- ¡Un momento, tenemos que acomodarnos las túnicas…!
- Que lo parió, cómo les quedó lo de Zidane…
- Muchachos, - dijo Jesús - ¿abrimos? ¿Algún problema?
- ¡No abras! – aulló Judas – Es por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa…
- ¿Es un bolero eso?
- Estos tanos me tienen podrido – dijo Tomás - ¿Qué se creen? ¿”Asunto no oficial” y amenazan con tirar la puerta abajo? Ya mismo voy a exigirles una explicación.
- Vamos Tomatito todavía – dijo Simón – Andá y reventalos, Tomás…
- Andá, pero cuidate…
- No peques, Tomás…
- Ni por obra ni por omisión…
- Ni de pensam…
- Basta, che. Voy a hablarles, nada más.
- Llevate una estampita de San Cayetano…
- …o de Gilda…
- …aunque sea llevá un poco de incienso: los romanos son de sudar mucho…
- Corransé.

Tomás salió. Se oía el Coro Romano, insufrible:
¿Acaso eres tú el Enviado?
No parecés el Nazareno,
En la película de Leonardo
Era igualito a Camero

- Estáis mezclando todo, romanos.
- ¿Dónde se hace el brushing, joven? – dijo uno de los soldados.
- Silencio, Miguel…
- ¡Miguel Romano! – dijo Tomás - . El famoso peluquero Imperial…
- Tante auguri, joven…
- Bueno, basta de estupideces. – dijo un enorme soldado que parecía ser el jefe. - ¿Eres Jesús de Nazareth?
- ¿Por qué asunto es?
En ese momento, Tomás se percató del carro que habían traído los romanos, y sobre él, los extraños odres. Había más de una docena de odres en el carro.

- Maestro - dijo Judas – Maestro, perdóname…
- Judas… ¿qué has hecho?
- Maestro…¡te he traicionado!


Afuera, el círculo de soldados se estrechó dos pasos y rodeó al apóstol con un murmullo amenazante. Tomás notó una urgencia inusitada y casi lasciva en los romanos.
- Mirá, pibe… - dijo uno – esto se arregla de una sola forma…
- Tranquilo, Gerardo… - dijo el soldado gigante.
- Tranquilo, las pelotas. El gobernador nos espera…
- El Maestro – dijo Tomás – nos ha convocado a un asado de fin de año y no puede ser interrumpido.
- Mirá, nene – dijo Gerardo Romano – Tu jefe está hasta las pelotas. Movemos un dedo y se ahoga en soretes…
- ¿Por qué siempre putea tanto, Gerardo?
- Soy un galán recio, pendejo.

Con el rostro bañado en lágrimas, Judas abrazó los pies de Jesús.
- Me estás mojando las sandalias, Judas, y después me aprietan.
- Maestro, te vendí a los romanos: les conté todo.
- ¿Qué les contaste, Judas?


- Tenemos una bocha de cargos – siguió diciendo, afuera, Gerardo Romano - : Práctica ilegal de la medicina, por un lado…
- …con el agravante de mala praxis, porque el ciego no ve el color rojo…
- ¿Probaron a golpearlo un poco? – dijo Tomás .
- Tenemos apología de la prostitución, alteración del orden público, hay una acusación de racismo contra los fariseos…
- …duplicación de peces en peligro de extinción…
- …quejas del sindicato de panaderos…
- Está a punto de quedar pegado, pibe. Se mandó muchas cagadas.
- ¿Ustedes no hablaban en italiano o algo así, hace un rato?
- Sin embargo – dijo el soldado gigante – estamos acá para salvarlo.
- ¿Ah, sí? – dijo Tomás interesado.
- Verás: el gobernador va por la reelección. Esta fomentando la campaña “El Pilates es bueno”…
- Algo escuché, sí…
- Crucificar a Jesús puede dañarle la imagen, ¿comprendés?
- Quiere darle una oportunidad…
- …porque nos enteramos de que…
- …un pajarito nos contó…
- …Judas nos dijo…
- ¡Judas! – dijo Tomás - ¿Qué les ha contado?

***

El carro de los romanos arranca lentamente, más pesado que cuando llegó. Satisfechos, los soldados saludan a los discípulos con gritos. Estos entran a la casa y Jesús toma la palabra:
- Judas, Judas… Era la última cena, porque me iba con Magda a Cancún, ahora no me puedo mover…
- Judas botón, buchón hijo de puta…
- Sos un malparido, Judas…
- Tranquilos, tranquilos… - dice Jesús – estuvo para el carajo, pero ya está.
- Perdónenme, hermanos…
- Judas – sigue Jesús – el milagro del vino era un secreto entre nosotros. Ahora no puedo salir del país…
- Te fuiste a la mierda, Judas…
- Traidor…
- En fin – dice Jesús – el problema es que ahora van a venir a cada rato. Estos romanos chupan como esponjas.
- Bueno – dice Tomás – pero tenían cargos como para crucificarte, Jesús…
- ¿Crucificarme, a mí? ¿Sabés quién me sponsorea a mí, nene?
- ¿Podemos seguir comiendo, che?
- Eso, ¡alegría!
- Volviendo al celibato…
- De acá nos vamos a un Puti Club, dejame de joder…
- ¿Quién se cagó…?
- Che, decí la verdad ¿en el primer gol de Diego a los ingleses…?
- ¿María tiene amigas?
- Juan, ¿me das un besito…?

FIN

domingo, septiembre 24, 2006

La última cena (Primera Parte *)


- Juan - dijo Jesús -, cortate ese pelo que parecés una mina.
- No me jodas – dijo Juan
- Te lo digo por tu bien, te van a confundir con Mary.
- Ay, “Mary” – dijo Matías riéndose y varios lo siguieron.
- Cómo estamos con la Magdalena, ¿eh? – dijo Tomás – todo el día hablando de la mina esa, aflojá un poco.
- Che, no lo jodan – dijo Pedro con evidente entonación alcohólica –, acá el amigo se ha enamorado y eso está muy bien.
- Nosotros – intervino Simón mucho más borracho que Pedro - andamos con el pelo largo porque tenemos cara de macho y barba, pero vos, Juan, con la cara de puto que tenés…
- Chupala – dijo Juan
- Me acuerdo la vuelta que aquel caminó por arriba del agua. Viene una vieja y le dice a Juan: “Señorita, ¿ese es Copperfield?” ¡¡“Señorita”, le dijo!!
- Qué vieja chota – dijo Jesús – De la orilla me gritaba que era mejor el otro truco. “¡Vuele, Copperfield!”, me gritaba.
- ¡Juá! Es que lo hace bien el tipo ese…
- ¿Copperfield? – dijo Pedro - ¡Un genio!
- Che, pasen algo de asado para acá, loco.
- Aguantá, gordo.
- ¿Te la culeaste ya?

La pregunta quedó flotando en el silencio inmediato que se produjo, todas las miradas clavadas en Jesús, menos la de Simón que se había dormido sobre el plato. Jesús los fue mirando de hito en hito y algunos desviaron la vista como si ya no quisieran participar del interrogatorio, pero la duda había estado en todas las cabezas. Finalmente, Jesús sonrió de lado y dijo:
- Y…si no me tienen Fe.
- ¡Idolo! – gritaron varios a coro - ¡Maestro de los Maestros!
- ¡Al fin la pusiste! – gritó Pedro
- ¡Juan puto del orto! – aprovechó Simón que se había despertado con el griterío.
- Loco, - dijo Juan encajándole un panazo a Simón - ¿Te gusto? Me parece que el gay sos vos, me tenés las bolas al plato…
- Che, déjense de joder… - terció Mateo, serio, y enseguida
sonrió – Si les gusta la poronga nosotros igual los queremos…
- Es esa cuestión del celibato la que jode – dijo Felipe en voz baja aunque perfectamente audible. Y el tono de reproche hizo que nuevamente todos se callaran y miraran a Jesús. – Te lo digo en serio, Jesús. Acá varios piensan lo mismo y no se animan a decirlo, pero lo del celibato es una exageración, nos van a tomar por raros…
- Copperfield se bancaría el celibato – dijo Pedro, llorando. Evidentemente ya andaba por el pedo triste. – A Copperfield no le importaría…
- Callate, boludazo, andá a dormir un rato.
- Yo, personalmente… - habló Judas por primera vez en la noche.
- Ah, ¿estabas vos? ¿Qué te pasa que andás tan callado?

Judas se revolvió incómodo en su silla, pero volvió en silencio a la costillita que estaba comiendo. Evidentemente lo trabajaba alguna pulsión interior y no podía compartir la pena con los demás. Alguien dijo:
- Cuchá esto: ¿Por qué los judíos no toman Redoxón?
- ¿Por qué?
- Porque es “de Roche”.
- ¡Buenísimo! Pasame la radicheta, Juan.
- ¡Que Juan cuente uno de putos! – pidió Simón
- Terminala, che
- ¿Ustedes saben – dijo Juan – lo primero que dice una mina cuando ve una pija muy grande?
- No… - dijo Felipe
- No, no sabemos – dijo Simón
- ¡¡¡Yo sí!!! – gritó Juan
- ¡Excelente!
- Nos cagó bien.
- Los putos la tienen grande – insistió Simón.
- Bueno, me pudriste – dijo Juan saltando por encima de la mesa y agarrando del cogote a Simón. Le encajó 2 piñas antes de que pudiera intervenir Pedro.
- Basta, che, son unos boludos. – dijo Jesús. - Es la última cena y se pelean así…
- Vos me empezaste a cargar – dijo Juan acusando a Jesús – Pará…¿la última cena?
- ¿Por qué la última? – dijo Santiago.
(Continuará...)
* Debe hacer cientos de versiones con éste tema, por eso no me sentí mal al tomar una idea de GUILLE para escribir este cuento.

viernes, septiembre 22, 2006

Hemisferios

Sufro de lo que todos vulgarmente llamamos "Termodinamia Asimétrica Nocturna" y que los científicos pomposamente denominan "Bolas calientes", lo que significa que durante el sueño la parte inferior de mi cuerpo, de la cintura para abajo, es el Africa ardiente en tanto de la cintura para arriba se convierte en un páramo de la Siberia. Podría precisar aún más algunas zonas y decir que por mi espalda campean señoriales los vientos de Alaska, mientras los pies se abrasan en la arena del Sahara. Convivir con semejante diversidad de paisajes todas las noches me está arruinando la vida, por lo menos la de pareja.

Porque a la larga yo he aprendido a tolerar e incluso a subsanar este problema: me abrigo arriba y me desabrigo abajo, y listo. Tengo unos buzos gruesos con la cara de Tweety (que combino con gorros de lana al tono) excelentes, frizados, y pongo las colchas atravesadas, de manera que sólo cubran la parte superior y me dejen al aire del pito para abajo. A los pies de la cama coloco un pequeño ventilador que apunta al centro de mi ser, y más o menos la vengo llevando.
Ignoro por qué se produce esta diferencia de climas en mi epidermis, y ninguno de los facultativos que consulté supo explicármelo. El profesor Ramírez estaba casi seguro de que se producía porque, al dormirme, yo movía mucho las piernas y nada de nada el torso, pero la teoría naufragó: durante 4 noches dormí en la camilla del profesor Ramírez, en su consultorio de la calle Martina Céspedes, y comprobó que yo tenía (como dice en su informe) "el mismo ritmo brasileño, la misma cadencia sensual e insinuante en todo el cuerpo, desde el ancho pecho hasta las torneadas pantorrillas". No viene al caso, pero creo que Ramírez se la come.

Como decía, yo me he acostumbrado a esta situación, pero ninguna de mis novias pudo adaptarse. Vérselas con el (los) microclima(s) apropiado(s) para cada uno de mis hemisferios les producía aprensión, además de resfríos o sudoración según fueran hacia el norte o hacia el sur.
En mi defensa puedo decir que nunca le pedí a G que me hiciera cositas en los pies, de manera que si se enganchó los pelos en el ventilador fue por su propia lujuria.

miércoles, septiembre 20, 2006

Etchecolatz


Nombrar cabalmente las cosas alivia un poco.

Imagínese libre como para nombrar al pan “pan” y a su jefe “crápula”. Disfrute de la sensación de prescindir de eufemismos y hable claro, aunque sea mentalmente. Dígale a la chica de la heladería que la ama; siente precedentes de valentía en esas lides y aténgase a nuevas jurisprudencias.
Luego, si le gustó la experiencia, pruebe con lo siguiente: mírese de frente en el espejo, bien a los ojos, y dígase qué clase de persona es. No abunde en clasificaciones, limítese a “bueno” o “malo” y a lo sumo agréguele “muy”.
Sobre todo no invente figuras ambiguas, y ni se le ocurra ampararse en oscuridades tales como la obediencia debida.
Sentirá que pierde peso, en principio. Es el alivio de nombrar, de reconocer, que mencionábamos arriba. Después pueden venir las consecuencias, claro. Dependiendo de lo que conteste el espejo.

Anoche, a Miguel Osvaldo Etchecolatz el Tribunal Federal Nº 1 de La Plata lo nombró para siempre genocida, y es el primero en recibir la calificación.
Un genocida es el que comete genocidio, y dice el diccionario que esto es la “aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos”.
Clarísimo. No se parece a un héroe de guerra, como Etchecolatz se presentaba.

El comisario favorito del asesino Camps, el responsable de la Noche de los Lápices, artífice de por lo menos 95 torturas, el homicida de Nora Formiga, Elena Arce, Margarita Delgado, Patricia Dell’Orto, Alfonso De Marco y Diana Teruggi, el que se apropió de la menor Carmen Sanz.
Etchecolatz, el que siempre ha reivindicado el accionar de la dictadura militar.
El autor del libro La otra campana del Nunca Más.
El que sigue envuelto en porquerías como la desaparición de hace 2 días de Jorge López, querellante en el mismo juicio.
Etchecolatz, el que se negó a declarar porque era su derecho, aunque desconoció la autoridad del Tribunal diciendo que sólo el Juez Supremo habría de juzgarlo, mientras tocaba un rosario.
Se ignora si alguna vez se preguntó frente al espejo la clase de basura que era. Tal vez el espejo también haya pretendido negarse a declarar (cómo decirle que...), aunque el ex Comisario probablemente no hubiera consentido esas pavadas y le hubiera metido picana, mientras en el rosario se reflejaban los chispazos azules.

Etchecolatz, al que usted puede llamar desde ahora genocida.

miércoles, septiembre 13, 2006

Colectividades

Hoy: Parame en la parada


La verdad es que nosotros ni lo conocíamos al Cazador de Cocodrilos de Animal Planet. Hicimos una reunión con mis secuaces y ninguno tenía idea del pobre fulano recientemente asesinado por una raya que le partió el corazón *.
Pero el tipo parece que tenía seguidores muy fieles, los cuales en un acto plenamente justificado y que desde aquí aplaudimos de pie, ahora andan reventando rayas y cortándoles las fucking colas.
El ejemplo del ojo por ojo parece cundir, y nos enteramos de la propuesta de Beatriz Olave, la madre del Potro Rodrigo, que quiere prender fuego a camionetas Explorer, causante directa de la muerte del Potro. Y hablando de equinos, han aparecido caballos descuartizados al lado de sugerentes fotos de Cristopher Reeve disfrazado de Superman.

Con interés, buscamos hasta encontrar alguna muerte famosa que nos permitiera agarrar a patadas a los colectivos. Leonardo Favio nos iluminó como siempre y ahora el grupo está listo para vengar la alevosa muerte del Mono Gatica, ocurrida mientras intentaba subir al colectivo a la salida de la cancha de Independiente **. Valdrá este correctivo por todas las veces que el ómnibus para donde se le canta y arranca cuando aún no han subido todos. Hemos visto a venerables ancianas tenazmente aferradas al pasamanos externo y que prefieren no soltarlo y perder la dentadura postiza mientras van flameando al costado del bondi como una bandera de tesón, osteoporosis y voluntad.

Para que el homenaje sea completo y se entienda cabalmente, uno de los muchachos habrá bebido en abundancia e intentará abordar el vehículo diciendo “Dedico esta subida al General Perón y al cornudo que maneja”. Cuando el perverso colectivero pretenda salir arando, actuarán los miles de clavos miguelito que habremos colocado estratégicamente. Luego de obligar al chofer a cambiar las cuatro gomas (o las 6, no lo sabemos con exactitud) una escolta de mis discípulos verificará que durante el resto del recorrido el colectivo se detenga precisamente donde corresponde y aguarde el ascenso pacientemente, mientras mis chicos le cantan “Esha, esha shá me olvidó” en la orejita.

Desechamos por complicada la propuesta del Pollo, quien sugería que el castigo justo era que la gente parara al colectivo en cualquier lado. Y que no subiera inmediatamente, sino que tuviera al chofer esperando, amagar a subir y retroceder hasta verlo distraído, y entonces abordarlo y gritarle en pleno oído medio “Ochenta, hijo de mil putas”.


* Dicho así, al principio lo relacionamos con la historia de nuestro amigo el tano Lechuga con la bailarina de caño, aunque después vimos que nada que ver.

** A propósito: si Boca le gana mañana al San Pablo, el país tendrá un nuevo Rey de Copas. Pobre Independiente, no le quedaría ni eso…
Colectividades anteriores

Simulacro colectivo
Diálogos sobre ruedas
En el fondo hay lugar

lunes, septiembre 11, 2006

Blumberg

El mundo va hacia la izquierda, pero todavía no se suicide.

Lo que pasa es que si la derecha dice que es de centro, evidentemente ha habido un corrimiento. Y entonces hacen como que definen un centro amplio y en realidad lo hacen cada vez más difuso y en realidad no definen nada. Tal vez sería mejor que digan que sí, que son de derecha y que en realidad con los militares esto no pasaba y esas cosas. Señoras que conozco y que siempre dudaron de los que morían porque eran oscuritos y casi con seguridad quilomberos, no han hesitado al encolumnarse con Blumberg, al que de movida llamaron "El Señor Blumberg". Lo que pasa es que los cientos de casos anteriores no daban el pinet necesario para que mis vecinas se indignaran, no había un familiar ingeniero y con traje azulcito que las representara también a ellas cabalmente en una marcha, sobre todo, ordenada y pacífica.
¿Qué quieren Blumberg y mis vecinas? Seguridad, señor. Ahora va a ver cómo.

Blumberg y mis vecinas apuntan a endurecer las leyes, aunque (dicen) es al pedo si no se aplican rigurosamente o si le dan tanta cabida a los malditos abogados y a los putos de derechos humanos ("¿Derechos humanos para quién, señor? ¡¡Para los delincuentes!!") Entonces, falta que Juan defina si vale la pena joder con lo de las leyes o directamente agregarle balas a los cargadores. Casi, casi, que ya tienen la respuesta, pero no se puede decir por la misma timidez que hace que no puedan decir "derecha".

Al gobierno también le parte el orto lo de Juan Carlos, porque sabe que es un tema complicadísimo y que no va a poder resolverlo ni en décadas. Néstor tiene un discurso progre que no puede empañar soltándole el brazo a los Gatillos Locos de la mejor del mundo. Lo ve a Blumberg, hoy, como una amenaza pero confía, paradójicamente, en que lo neutralice la política, de la mano de Macri, Lopecito Murphy , o el propio Peronismo. De la misma forma que él neutralizó (bueno, convengamos en que mucho no le costó) al ex piketter D’elia con un puestito, sabe que a Blumberg se lo va a fagocitar el aparato. Y sin cabeza, el movimiento "popular" del Señor Blumberg va a parar a la mierda. Es política, señor. Ya va a ver cómo.

Para Néstor fue una dura derrota que al acto de D’ elía fuera tan poca gente. "Este muchacho traía mucha mas gente cuando venía a romperme las bolas a mí", debe haber pensado el Presidente. Lo que pasa es que hubo un quiebre de cintura un rato antes y Pérez Esquivel y otros se bajaron del circo. De todas formas, plantarle otro acto a Blumberg es categorizarlo de político, y eso en éste país eso es más bien descategorizarlo. Néstor le hace un guiño a Blumberg (un guiño defectuoso, claro: como corresponde a los ojitos de Kirchner) y le manda a un recién arribado a la política para que Juan sepa que está en las ligas menores, pero que ya está adentro.

Tal como lo ve este analista político (¿?) el asunto Blumberg se desvanece ante la imposibilidad de matar más gente en nombre de la paz y la seguridad. Hartos de ver policías implicados en cuanta matufia salta, digamos que por ahí no hay arreglo, salvo que pudieran darle la Poli al General Don José de San Martín, en caso de que sea cierto todo lo bueno que se cuenta del Pepe.

Yo creo que el Kirchnerismo va a hacerle un lugarcito a Blumberg, y que Blumberg va a agarrar viaje.
Hoy suena descabellado, pero una vez que le agarraste el gustito a eso de entrar en el Congreso sacando pecho no es tan fácil dejarlo. Y antes de que te lo agarren Macri y esos, más vale sumar al Señor Blumberg y afectarlo a la Comisión Permanente por Algo. Ya lo decía el General: si querés que algo NO se haga, formá una comisión.

No: San Martín, no. El otro General.

Arjona

Tal vez usted sea hombre y en algún momento se haya sentido tocado por esa frase que, de tanto usarla para cosas distintas, ha ido perdiendo el sentido pero, paradójicamente, no la vigencia. Me refiero a la famosa "Ya no hay hombres" o "Faltan hombres" o "Por Dios, necesito con urgencia un hombre o algo que se le parezca", o alguna variante más o menos explícita.
Y quizás usted, hombre sano y en alegre oferta, que ha sufrido la demencia de alguna de las que usan la frase, se haya visto tentado de responder con otro cliché, por ejemplo "Las mujeres no saben lo que mierda quieren" o "Ahora son ellas las que no quieren comprometerse" o "Me gustaría tomarte en serio pero dejá de besar a ese señor".
A usted, amigo mío, tal vez le convendría.analizar algunos datos de la realidad. Por ejemplo el fenómeno Arjona.


Porque si un tipo llena 28 teatros con un promedio de público femenino del 97,2323 % la tiene más clara que usted y yo.
Sin analizar en detalle la obra de Arjona (nadie puede pedirme semejante sacrificio) lo que podemos decir es que el supuesto romántico no le canta al amor ni mucho menos: en sus burdas composiciones es, por ejemplo, un taxista que tiene sexo casual con una pasajera que a su vez es engañada por el marido con (oh, sí) la mujer del propio taxista y además se encuentran en el mismo bar etcétera, o se enamora de una que sólo ve a través de la televisión o le quiere entrar a una lesbiana a la que, de paso, le suelta "el rollo de siempre". Parecen de amor, pero no lo son.
Son rejuntes de situaciones equívocas que pueden acabar o no en la cama, dependiendo de lo que Arjona haya puesto en la canción que escribió 10 minutos antes. Pero insisto: la deplorable calidad de Arjona no interesa tanto. Lo que importa es por qué van tantas mujeres a verlo.
No es muy lindo el tipo, y como artista es de malo para abajo. Que yo sepa ni baila, y ahí se supone que perdería puntos con Ricky Martin o Chayanne. ¿Entonces?

Arjona, creo, alimenta la histeria de mujeres solas que invitan a otras mujeres solas a ver a un tipo que le canta al desamor y a las relaciones livianitas. Así, se forman grupos de antinaturales rubias flacas y con profundas caras de ojete que, al no tener nada mejor que hacer y al no poder bancar una relación donde participe algo más que los genitales, van a escuchar baladas tontas que les dicen que garcharse al taxista es re cool, pero poniendo cara de romántico para que también venga al teatro alguna pareja, que el negocio es el negocio.
Si hay algo de feminismo en ésto, ¿por qué no van a escuchar a una mina que diga algo parecido? Pues porque son mujeres, qué sé yo. O tal vez crean en serio que Arjona les habla de amor. Pero me jugaría a decir que Arjona los afana al Ricky y a los otros porque, justamente, no habla de amor. Luismi roba con los boleros para veteranas y los otros engendros todavía no se avivaron de explotar la veta del vacío total femenino.
Me juego uno a que un alto porcentaje de las fans de Arjona (*) son mujeres independientes, con relativo éxito en su laburo, edad media pero buen lomo y solas. Muy solas.
Vienen volteando muñecos con pasmosa facilidad y hace rato que se fascinaron con lo de encarar ellas, alterando el curso natural de las cosas. En lugar de insinuarse y esperar a que aparezca el instinto cazador del destinatario (o que no aparezca, y aguantárselas como una duquesa), se han creído muy vivas atracando antropomorfos a diestra y siniestra. Pero claro: tal vez no era el hombre que querían, o les duró poco. Un tipo medianamente ubicado pretende que le den su lugar o no juega. O ve que la cosa es como la tabla del uno y hace lo que amerita la situación, y después se raja.

Entonces esas chicas que ven en Arjona al poeta de sus amores de morondanga, van y le llenan los teatros. Se sienten identificadas con la cornuda solvente que se aparea con el taxista (ojo: no se enamora), disfrutan a morir con letritas de primero inferior y a la salida se van a tomar un Daikiri de frutilla acompañadas de las otras soledades. A medida que el Daikiri decrece les vienen ganas de huir de las otras idiotas. Pero antes de eso dicen dos cosas, en el siguiente orden: que Arjona es un grosso y que ya no quedan hombres. Y todas asienten con la vista fija en el vaso y alguna dice que hay que irse porque hace mucho frío y el gato si no estoy no me come, vistes.

(*) Gracias a Sil por su aporte de mujer inteligente y con los ovarios bien puestos.

martes, septiembre 05, 2006

Ritos Tradicionales

que descubro jugando con una bandita elástica (*)

1. En la India, sin que corresponda a ningún festejo religioso, tiene lugar una celebración nocturna inquietante. Cada seis de Septiembre se amarran ocho elefantes en dos grupos de cuatro, con la misma soga, y a su vez apareados y enfrentados de manera que se toque el testuz de cada par. Cabe destacar que los animales se ubican dentro de un amplio círculo regado con alcohol y que, dada una orden, el círculo se vuelve de fuego. El ritual no persigue ningún propósito más que el de contemplar el forcejeo de las ocho bestias a la luz del fuego, encabritados, aterrorizados y coléricos.
Por lo general los elefantes rompen las sogas, aunque a veces tardan horas y mientras dura el frenesí el grupo puede desplazarse hasta las llamas. A veces muere alguno de los animales, o abandonan el redondel de fuego y pisotean a los espectadores.
Algunos investigadores han arriesgado la teoría de que podría corresponder al rito del semidiós Barthúsampta, Señor de la Fuerza Bestial, pero nunca se ha comprobado. Prevalece la creencia de que es puramente lúdico y, si se consulta a los ancianos, responden invariablemente: “Es lindo de ver”.

-------------------------------

2. En Gnochi, un pequeño pueblo al sur de Florencia, se dirimen las denuncias de infidelidad femenina con un antiguo método: la mujer es atada a una distancia de aproximadamente un metro y de espaldas a su esposo y al supuesto amante (que también son atados), sin ver la posición de cada uno. El trío debe moverse al son de una canzonetta sin darse vuelta hasta que la esposa toque con su espalda la de alguno de los hombres. Si el tocado es el esposo, la mujer es salvajemente apaleada como advertencia.
Pero si toca primero al sospechoso, todo Gnochi le grita “puttana”, e inmediatamente es colgada con la misma soga.
En los dos casos los hombres deben estrecharse las manos y besarse ambas mejillas y desde ese día se saludarán diciendo siempre “Ueé! Cumpare!”

--------------------------------


3. En el cerro Uritorco, en la provincia argentina de Córdoba, se reúnen desde hace décadas los grupos de iniciados a meditar acerca del fenómeno OVNI. El más antiguo de esos grupos, el “José de Zer Group”, lo hace de pie y enlazado, concentrando toda su energía y pronunciando como mantra “Chango, Chango, seguime…”.
Cuando no están meditando, se dedican a provocar querellas entre vecinos, y los filman.
En el último congreso de Ufología, Fabio Zerpa incluyó uno de estos vídeos, asegurando que uno de los vecinos tenía un modo de andar y una dicción inequívocamente extraterrestres. Algunos espectadores, en cambio, aseguraron que era el Yaya en pedo.
El congreso resolvió salomónicamente que el Yaya era un extraterrestre. Y que estaba en pedo.

--------------------------------

(*) Las fotos corresponden a las figuras inspiradoras de cada tradición y pretenden graficarla. Los que consideren que son peores que las de Helmut Dandee, que prueben a sacarse ellos mismos una foto de las dos manos con la webcam y los deditos atados...