viernes, abril 11, 2008

Ratones clasificados



Yo trabajo y estudio. Y soy de Tauro, pero no viene al caso (tampoco vengo siempre a bailar acá).
O sea: trabajo mucho, trato de escribir bastante y además estoy en plena adaptación y arreglo de mi nueva casa. Es decir: no tengo ni tiempo para las consideraciones que se vierten a continuación (una especie de clasificación por empleo de chicas que ratonean).
Todos los datos me fueron suministrados por amigotes.
Que se hagan cargo.

Las panaderas
Un caso curioso (me dicen). Suelen no ser lindas y tener algunos kilitos de más, pero aparecen en la Pole Position ratonera. Por otro lado son simpatiquísimas y andan con gorritas graciosas. Pero lo más importante: son proveedoras de brownies y pancitos saborizados. Alcanzan el grado 15 en la Escala de Ritcher para Temblores Amorosos cuando nos envuelven con sapiencia una torta de ricota.
Las imaginamos (dicen mis amigos) ataviadas sólo con la gorrita y embadurnadas en crema pastelera, sonriendo mientras nos preparan un cafecito pre-encuentro genital…
Cormillot, no existís.


Las de casas de lencería
No comparto este segundo puesto porque es un tanto obvio. Pero dicen mis informantes que son chicas generalmente muy lindas que representan dos papeles: con clienta femenina hacen de confidente, con un hombre juegan de trolas.
La fantasía (parece) hace que nos sea imposible no imaginarlas con cada prenda que nos muestran, y ellas suelen contribuir con acotaciones tales como "Este hace muy linda cola…yo lo uso…"
La excitación es alta, pero tienen el problema de que nos terminan vendiendo cualquier cosa, y siempre carísima. Y además 5 talles menos de lo teníamos que comprar, lo cual genera más quilombos después, en casa…

Las vecinas
Podría objetarse que no es un empleo. No importa, es casi lo mismo. Las vemos siempre en situaciones cotidianas, siempre haciendo casi lo mismo, en su rutina casera, como si fuera un trabajo.
Hay un cierto conocimiento entre las partes, que puede ser un mero saludo o algunas charlas más bien informales. Un día las vemos en la ventana en ropa interior…y ellas también nos ven. Hasta puede suceder que saluden…y se acomoden la bombacha mientras tanto.
A partir de ese momento, los saludos irán acompañados de una sonrisa que, en nuestro caso, interpretaremos siempre como una promesa de lujuria por venir.
En este caso obviamos la consideración del aspecto, porque hay de todo. A menos belleza, más apariciones en bolas. Algo así.
Pero las vecinas ocupan un lugar destacado y superan a las cuñadas en varios aspectos, sobre todo porque no tenemos que estar casados con nadie…
Además, cuñadas, familiares en general y amigas de nuestra chica no entran en la clasificación. Porque no son trabajos, y además nadie está obligado a declarar en su contra.

Las doctoras
Médicas, odontólogas, enfermeras, podólogas…hasta peluqueras llegado el caso. Alguien en uniforme preferentemente corto y escotado, que nos dé indicaciones y nos toque, que nos tenga a su merced y deba tomar la iniciativa. Las dentistas, sobre todo (siempre según mis amigos), inevitablemente apoyarán su vientre en el brazo que descansamos justamente en el apoyabrazos…por debajo del cobertor…invisible…
Claro que al mismo tiempo estarán torturando nuestra boca, pero está comprobado que algunas ni siquiera necesitan anestesia para que los pacientes tengan la cabeza absolutamente en otra cosa: un buen escote, un vientre como al azar apoyado, y un tratamiento de conducto parece un capítulo del Kama Sutra…

Las colegas
Compartimos el mismo trabajo, que puede ser cualquiera. Son las "compañeras".
Ocupan un lugar en esta lista por demás incompleta, pero con una salvedad.
Las compañeras no respetaron la cadena de frío: tienen un vencimiento cortísimo.
Llegan, son nuevas, tienen ímpetu, acaparan todas las miradas masculinas, provocan estragos hormonales…durante un mes.
Al mes son como hermanas (no cuñadas, ojo).
Hemos almorzado juntos, tomamos café, hablamos de todo, sabemos hasta cuándo les viene…y además ya tuvimos problemas laborales con ellas. Inexorablemente habrán pasado de alborotar las bolas a romperlas.
Y además está la nuevita de "Cobranzas", ¿la viste…?

A mí personalmente me atraen las chicas de "Efectivo Sí". Son todas hermosas, y además una mina que te da guita es altamente excitante.
Las bancarias podrían ser, y además usan uniformes.
Pero la debacle del 2001 influye negativamente en mi libido.
Quisiera encontrar un vecina, doctora, que te preste plata sin intereses leoninos mientras te convida con pastafrola, y que como pasatiempo venda cosas de Victoria’s Secret.
Digo, para mis amigos.

miércoles, abril 09, 2008

La petera

La presidenta no es santo de mi devoción. El peronismo no me gusta.
Más allá del partido a que pertenece (entre paréntesis, ¿qué significa hoy ser peronista?), Cristina Kirchner ha cometido errores hasta de cintura política, o mediática. No cae simpática, y carga con la etiqueta de autoritaria, autista, demagoga, soberbia, etc…Etiquetas que le dejó el ex presidente, su esposo. Y otros anteriores. Más su propio autoritarismo, miopía, falta de timming, etc. Que existen, sin dudas.
Pero…
Hay un ensañamiento peligroso con la figura de la presidenta.

Escribo esto minutos después de recibir por mail un video titulado “La petera y el sorete caribeño”, donde aparecen, claro, Cristina Kirchner y Hugo Chávez. El video no dice nada, son apenas fotos de ambos…mas algunos consoladores y fotos pornográficas.
Respondí el mail diciendo que no me había llegado el argumento…y que por favor no me enviaran cosas a medias. Todavía no me llegó nada más, ni creo que llegue.
El video es pésimo, por otra parte: no tiene gracia, no tiene sentido, es una cagada. El título debería haberme puesto sobre aviso. La petera y el sorete.

Escribo esto, también, minutos después de que en el kiosco una señora que no me conoce me dijera que hay que echar a las patadas a esa conchuda.
El insulto no escapa a las generales de la ley tratándose de mujeres. Lo primero que se ataca es por el lado del sexo, y lo más fácil es puta, y sus derivados.
Lo que me llama (un poco) la atención es que tanto la puteada como el mail vengan de mujeres.
“Sí, tratémosla de puta, de petera, de conchuda…Eso es lo que se merece por ser mujer: ya por eso solo es culpable de algo…”

Curioso camaleonismo este que ejercemos. Hace poco se celebraba que (por fin) una mujer accediera a la presidencia de la Nación por medio del voto. Se elogiaba su figura, hasta sus vestidos. Su garra, su firmeza, su memoria.
Hoy, todo eso son defectos…

Con el problema del campo, la imagen empezó a resquebrajarse en forma alarmante. Ahí empezaron, también, las cadenas de mail en contra del gobierno: una herramienta que nos encanta, que es muy fácil de hacer y que es absolutamente para idiotas (1).
Hay medios que de no ser oficialistas se pasaron redondamente al otro extremo: son bien hijos de puta. Y evidentemente la gente que se traga cualquier cosa por mail, hará otro tanto con lo que aparece en televisión o en la radio. Eso lo sabía muy bien Orson Welles…
Y el boca-a-boca, las charlas de café a la bartola, el opinismo al pedo, el rencor y la bronca mal dirigidos. Todas esas cosas que alimentamos y después ninguno sabe de dónde salieron. Estoy seguro de que si le preguntaba a la vieja del kiosco por qué la trataba de conchuda a CK, lo más probable es que no pudiera justificarlo…salvo que justo recién Radio 10 hubiera bajado línea especial para viejas pelotudas (cosa bastante habitual, por otra parte).

Hace poco estuve de acuerdo con el reclamo del campo. Verlos a D’elia y a Moyano me dio asco, entre otras cosas.
Y la presidenta no me cae precisamente simpática, ni comparto muchas de sus ideas. En ese y en doscientos temas más.
Pero eso no importa.
Fue elegida libremente, y eso debería significar algo.
Ganó en forma legítima. Para sacarla hay que esperar a las próximas elecciones.
En eso habíamos quedado, por lo menos.
Y ojalá que así sea, y que el peronismo pierda por escándalo en las urnas.

Pero mientras tanto, me va a joder que traten de petera a mi presidenta (ahora que lo pienso…a lo mejor no es un insulto…¿Por qué debería serlo?…Aunque, sí: estaba usado como insulto. A propósito: espero que el título del post haya resultado chocante), me va a joder que los medios chicaneen a gente como mi vieja, que después va y vota a Patti aunque yo le haga una doble Nelson.
Me va a joder, siempre, el insulto como primer argumento descalificativo, porque sí, porque está de moda, porque con alguien hay que desquitarse y además parece que uno hace oposición aguerrida.
O andá a saber por qué.

De manera que este blog lanza una campaña (a lo mejor hasta hago un power point y una cadenita) con un slogan parecido a Si la va a insultar aguántese la respuesta, porque me parece que usted come mierda y no se ha enterado, y además no me gustan nada los cagones (como usted, pelotudo) que después votan por el crédito de la heladera, o que andan diciendo que con el hijo de siete mil putas de Videla estaban mejor.

Como slogan es medio largo, pero no voy a andar pijotiando y poniendo sólo tibieces como “Conchuda”…



(1) Yo mismo, harto de cadenas imbéciles (y después de tomarme el trabajo de, por ejemplo, checkar por teléfono la información que aparecía en un mail sobre una droga que esterilizaba mujeres, y que era totalmente falso, pero total…nadie verifica nada), escribí e hice circular una cadena sobre el caso Cromagnon, totalmente absurda, y en el mismo texto advertía varias veces que era una joda, además de que el supuesto argumento era de por sí un delirio: la cadena circuló como verdadera…y hasta me la comentaron con angustia días después, sin saber que la había escrito yo. En el texto, yo convocaba a un repudio general en la embajada de Japón (?), hablaba de 6.000 muertos…y un perro, Boby, víctima de Chabrán. Hasta le puse Boby…

domingo, abril 06, 2008

Drogas


Hola, señora.
No tengo estadísticas a mano, pero créame: es muy probable que sus hijos consuman o vayan a consumir drogas.
Señora, no se me enloquezca todavía, ni me putee; el asunto (si usted todavía no notó nada raro y hasta se jacta de que hijos no hacen esas cosas, gracias a Dios) es casi seguro que aún no implica riesgo de muerte o adicción permanente, pero es necesario que hablemos con franqueza.
Señora, estos son otros tiempos. Tal vez usted o su marido se hayan fumado un porrito alguna vez. Casi desearía que lo hayan hecho, sería conveniente, señora. Pero son otros tiempos, decía, y van demasiado rápido para nosotros los adultos.
El tiempo vuela, señora.
Así que no lo perdamos tratando de entender a los chicos, y mucho menos haciéndonos los santos.

Su hija mujer (la nena) coge mucho, también (por lo menos, mucho más que usted). Y toma alcohol.
Es que todo está relacionado, señora. ¿A que usted se sintió moderna y piola hablando de sexo con la nena y permitiéndole una copa de vino blanco? ¿Un Le Mans suave compartido, tal vez?
Usted se está equivocando, señora: la nena no es (el nene tampoco) su amiga, nunca va a serlo y eso está bien. Usted no va a poder compartir todo su mundo, de la misma forma que sus propios padres no lo hicieron con usted. ¿Se acuerda cómo se quejaba usted porque no la dejaban hacer algunas cosas, o porque no la entendían?
La verdad, señora, es que usted era una adolescente, y ni usted se entendía.
De manera que esto que le digo no debería sorprenderla, es una verdad de perogrullo.
Súmele (a su propio recuerdo de esa etapa conflictiva) que el mundo ha cambiado mucho. Yo diría que para peor, en algunas cosas.
De la represión de nuestros días mozos al desenfreno, al descontrol como única forma de vivir la juventud (a lo mejor, hace unos años, usted hasta pensaba que le hubiera gustado volver a tener 14 o 15 años...¿qué piensa ahora, señora?)

La Iglesia, si usted quiere, dice que drogarse está mal. Ahora...si usted está un poco anacrónica y habla igual a sus padres, imagine a la Iglesia como a su abuela (la bisabuela de la nena. Le digo por si usted decía hasta hace un rato "gracias a Dios").
La Abuela (o bisabuela) también dice que no forniquen, ni deseen, y está en contra del divorcio... ¿Cuál es su estado civil, señora?
Ah...
Igual no importa demasiado.

Usted ya me va entendiendo, señora.
No hago apologías, ni tampoco soy apocalíptico: me limito a señalar los hechos, y usted sabe que no me puedo resistir a aventurar una especie de consejo (si no lo sabe, léame más, señora...)
Me parece que ya es tiempo de que un chico adicto no se viva solamente como un fracaso de los padres: si nos sinceramos veremos que estamos de drogas y alcohol hasta el culo, y que todos conocemos chicos que consumen. Grandes también, pero ese es otro tema.
Señora, ya sabe lo que voy a decir, pero no se me relaje tan pronto: un chico adicto es un fracaso de la sociedad, pero usted también es parte de la sociedad, ¿qué quiere que le diga? Ni apólogo ni tirabombas, pero tampoco un pelotudo.

Me pregunto qué sucedería si, en lugar de instalar en casa un estado policial, partiéramos de la premisa de que los chicos van a consumir, y a tener sexo (a veces, sin condón)
Digo: si en lugar de andar oliéndolos, en lugar de revisarles los cajones a escondidas o de prohibirles determinadas amistades y promover otras, aceptamos que no tenemos ni idea de lo que pasa en la actual adolescencia (la nuestra la pasamos mal, la dejamos inevitablemente atrás, pero no creo que sea una etapa de mucho aprendizaje. De la adolescencia no se sale crecido y resplandeciente como el patito feo convertido en cisne. Más bien es como un mal trago que conviene apurar, una cáscara viscosa que queremos desprendernos cuanto antes para (ahí sí) empezar nuestra vida independiente). La nuestra casi preferimos olvidarla, y ciertamente no queremos volver a pasarla y menos a través de otros, aunque sean nuestros hijos...

Entonces, me pregunto que sucedería si dejamos de usar el modelo de padres autoritarios y omniscientes que les sirvió (más o menos) a nuestros progenitores. Qué sucedería si reconocemos humildemente nuestras limitaciones y pedimos por favor que los chicos nos den pistas para acercarnos a su mundo. Qué sucedería si reconocemos que sí, que algo sabemos de drogas, pero que necesitamos actualizarnos, porque la ignorancia mata mucho más que la cocaína.

Pero claro, también podemos no hacer nada o ir a rezar, que es más o menos lo mismo. Porque toda la movida que podría responder a las cuestiones que escribí, exije un acto concreto de ponerse en el lugar del otro.
Y además, amorosamente.

Por ahí es mejor prohibirles ir a bailar o pegarles de vez en cuando un cachetazo, y listo.
Mejor para nosotros, digo.
Por lo menos hasta que aparezcan los primeros signos.