Entonces entro con mi cuaderno abierto y le digo que no me interrumpa, porque usted siempre me interrumpe y las ideas se me van, le digo. Sí, buenas noches, pero no me interrumpa ni me pregunte nada, porque lo tengo todo escrito, me parece que logré escribirlo todo y así ganamos tiempo, le digo.
Él medio se sonríe y dice como usted prefiera en voz muy baja y me hace un gesto para indicarme la silla, pero yo continúo de pie y dispuesto a leerle, desde el principio, mis escritos, desde la mitad casi exacta de un cuaderno usado que comencé a rellenar hace una semana, desde que tuve la última sesión con él, que ahora se acomoda como quien se resigna pero sin nada de ganas.
Medio cuaderno de los grandes he llenado en estos siete días, pero creo que está todo. No tuve tiempo de revisarlo porque acabé de escribirlo cuando venía para acá en el 343, me quedaba media página y era como una señal de que me faltaba agregar algo, así que en el colectivo la completé. Y ahora, o desde que apreté con violencia la birome sobre el punto final, tengo la sensación de tenerlo todo acá en el cuaderno, todo lo que vengo queriendo decirle a este joven profesional que me escucha desde hace seis meses, pero que siempre me interrumpe, o se empeña en que haga asociaciones en mitad de una frase y yo no funciono así. Me corta el hilo de lo que venía diciendo y me hace asociar y yo digo siempre cosas como pito, tetas, pero ni sé por qué lo digo, no estoy asociando nada, me parece: lo que quiero es que me deje seguir con lo que estaba diciendo.
Él medio se sonríe y dice como usted prefiera en voz muy baja y me hace un gesto para indicarme la silla, pero yo continúo de pie y dispuesto a leerle, desde el principio, mis escritos, desde la mitad casi exacta de un cuaderno usado que comencé a rellenar hace una semana, desde que tuve la última sesión con él, que ahora se acomoda como quien se resigna pero sin nada de ganas.
Medio cuaderno de los grandes he llenado en estos siete días, pero creo que está todo. No tuve tiempo de revisarlo porque acabé de escribirlo cuando venía para acá en el 343, me quedaba media página y era como una señal de que me faltaba agregar algo, así que en el colectivo la completé. Y ahora, o desde que apreté con violencia la birome sobre el punto final, tengo la sensación de tenerlo todo acá en el cuaderno, todo lo que vengo queriendo decirle a este joven profesional que me escucha desde hace seis meses, pero que siempre me interrumpe, o se empeña en que haga asociaciones en mitad de una frase y yo no funciono así. Me corta el hilo de lo que venía diciendo y me hace asociar y yo digo siempre cosas como pito, tetas, pero ni sé por qué lo digo, no estoy asociando nada, me parece: lo que quiero es que me deje seguir con lo que estaba diciendo.
Así que busco la página marcada y comienzo con un estimado doctor dos puntos. Y explico a continuación que me veo en la necesidad de volcar en el papel algunas cosas, o todas las cosas, que con sus interrupciones no puedo decirle durante la sesión. Culo.
Por ejemplo, hace unos meses le hablaba de unas vacaciones en Azul que me marcaron, cuando ví a mi prima nadando desnuda en el tanque australiano, y usted me preguntó algo y esa pregunta derivó hacia otro tema y el tiempo corre y usted es sumamente estricto con eso. Concha. Así que he empezado a registrar en este cuaderno las ideas que verdaderamente (teta), me gustaría que trabajáramos. Pija. Concha. Aquella vez en Azul yo me toqué, doctor, viendo a mi prima, pero apareció mi madre, que por suerte no llegó a advertir nada, pero yo me quedé muy mal. Paja. Y después vino el problema que le mencioné (tetas), doctor.
Y mientras estoy leyendo advierto que el psiquiatra se está cagando de risa y decido que ya no es una interrupción (concha), es una falta de respeto (pija) y decido no venir nunca más a ver a este pelotudo, pero él hace como que no escucha mi adiós definitivo y cree que voy a volver pronto, porque me saluda con un Hasta los huevos, Pérez.
Nota del 20/9:
Hay un precioso librito de Ariel Arango (que alguien me afanó) llamado "Las malas palabras - Virtudes de la obscenidad" o algo muy parecido a eso. Lo recomiendo encarecidamente. Pérez no lo leyó y así quedó...
21 comentarios:
Definitivamente se creyo alguien muy vivo, un pija... Digno de mandarlo a Plumas Verdes (concha).
Bexos
Ad
gracioso, original, da miedito este señor Perez, che.
Lo de Perez parece "coprolalia" o algo así, aunque talvez se reduzca a que deje de frecuentar los "chat rooms" juveniles, se aparte de las charlas con la barrita de la esquina y así, en un tiempo —no sé si mucho o poco, depende del daño recibido— podrá conversar nuevamente sin necesidad de intercalar alusiones a aquello que nos obsesiona a todos. Un abrazo.
ADRIAN: Yo, más que a la de la lora, prefiero sugerirle que retorne a su lugar de nacimiento.
Abrazo!
KOLO:...y medio escatológico, también. Ya lo sé. Pero liberemos un poco las palabras malditas, o terminaremos como Pérez.
EL PROFE: Sí, pareciera que hay algo de incontinencia, pero... ¡también! Se viene conteniendo hace tanto...
Abrazo, Profe.
en realidad no pasa por las palabras en si, el tipo tiene la idea fija... usar esas palabras no jode...
KOLO: Quizás a usted no, pero abrí el paraguas por las dudas. ¿Perseguido? ¿Yo???
JA JA JA JA!!!, buenisimo, siempre las "malas palabras" dan risa, al margen de eso el relato es barbaro el tipo esta realmente hasta las manos pero la reaccion del psiquiatra lo pone a su nivel, estan quemados los dos!!!
Pobre Pérez.
Ayer ví su libro, Muzzio, en una hermosa librería de Carlos Calvo y Perú.
Un beso.
TT: Bueno, pero con la terapia y un par de cosas obvias lo podemos rescatar. (Bienvenida despu�s de tanto tiempo y Feliz Primavera, TT)
LOFEO:...Y supongo que entr� a Fedro gritando "�Por fin lo consegu�!" y compr� por lo menos 4... Despu�s le doy la guita, pero d�game que hizo eso, por favor!
Cómo se lo extrañaba a Pérez! ( weno, y a usté Muzzio)
Hoy amenacé a mi analista con dejarlo si se volvía a reír cuando le estaba contando algo. Y lo peor: sin malas palabras. Dijo que es culpa mía, que por cómo cuento. Eso no se hace!
nos vemos ché
MARTIN: Muchas gracias. Hablando de gente quemada, tengo una contadora en la oficina de al lado a la que le está saltando la térmica cada 3 horas... En cuanto la escuche decir "pija", renuncio.
LAURITA!!! Lamento tener que decirle que concuerdo absolutamente con su analista. Y que no le creo que no haya dicho malas palabras.
Besos, Lau!
Dudoso estigma de esas palabras que aluden a cosas tan cotidianas que medio mundo vio alguna vez, incluso sin tanto escándalo.
¿Será, Yaya, porque el otro medio mundo no la has visto?
Un fernético abrazo, que es como frenético pero mucho más pegajoso.
Adivinó!! Compré todo lo que había. Pero como no sacié mis ganas, fui en un auto alquilado por todas las casas que andan vendiendo el libro y seguí comprando.
Ahora los revendo, a mejor precio, enfrente del Mercado de las flores.
Si quiere participar de las ganancias, deme una buena razón.
Un beso.
Buenos días.
No se me ocurre ninguna buena razón, salvo que sé dónde vive y tengo amigos muy malos...
BUENOS DIAS!!!
Por eso yo no me analizo, me da por las pelotas que me interrumpan!
:)
¡Qué buena idea que me dio Pérez!!!
Hoy tengo psiquiatra y tengo un cuaderno de tapa dura. No creo llenarlo pero ya me pongo a escribir.
Agradecele a Pérez!!!
Besos y afanos.
ANA: Que me interrompan, sería, ¿no? Analízate, Ana!
DUDA DESNUDA: A la mierda...cuántos analizados. Pérez va camino a tener su columna propia, parece.
Besos y terapeutas.
Muy bueno !
A veces me toca estar del otro lado del diván y escribo.También sé escuchar sin interrumpir.Creo que es lo que mejor sé hacer y lo que más se espera de mi.Entonces voy armando la novela de la vida del otro y ubicando las palabras en tiempos y espacios , compartiendo, aprendiendo, resignificando...
SPIRITUS: ¿Y a veces, mientras va armando la novela, no le dan ganas de compartir el diván y arreglarle el asunto al paciente sin tanto libro y con unos buenos besos?
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