domingo, julio 25, 2010

Il Bolonqui di Maurizio


Un buen artículo de Alejandro Borensztein en Clarin de hoy, analizando en cocoliche el caso Macri y las escuchas, con la libertad que da el humor para decir con claridad todo lo que, de otra forma, es mucho más difícil.
Imperdíbile.

"Comme è la situazzione? Io se lo explico. Il Compagno Mauri ha nombrado Capo de la Polizia al comisario Fino Palacios, molto custionatto per tutta la societá. Tutti le abbiamo detto a Mauri: no lo nombre al Fino, no lo nombre al Fino, pero el chambone di Maurizio no dio bola . Iguale que en el futbol: guarda con il palo della barrera, guarda con il palo della barrera. Muñeco Gallardo, diestra magistrale, el Pato Abbondanzieri estrolado contra il palo, la bocha adentro."

LEER COMPLETO

sábado, julio 24, 2010

Música para conocernos


Alguna vez fue parte de un ritual más inocente, apenas música de fondo o el preludio auditivo de otros placeres sensoriales: mi acompañante o yo escogíamos un disco casi al azar, para amenizar la velada o para iniciar cabalmente el ya dicho preludio, para estimular obedientes membranas con el viejísimo argumento de la música.

Alguna vez hubo celebradas coincidencias en la elección, y también hubo desilusiones que pudieron soslayarse, y por supuesto hubo cosas directamente inaceptables, como una nota (justamente) demasiado discordante en una melodía que empezábamos a armar juntos y que requería que no hubiera notas demasiado discordantes.

Digo alguna vez, porque con el tiempo intercambiar canciones dejó de ser, para mí, preludio o fondo o simple decorado, para convertirse en una forma fidedigna de evaluar acompañantes, en un método sutil pero férreo de evitar inversiones destinadas al fracaso.
¿Hubiera tenido sentido insistir, si a mi Gershwin le respondían las Spice Girls?

Alguna vez la canción elegida por alguna determinó que me retirara inmediatamente y sin mayores explicaciones, que dejara a mi acompañante como naufragando sola, a la deriva de una marea musical inaceptable y que la hacía a ella inaceptable, mientras mi proa (digamos) enfilaba inexorablemente hacia la puerta de salida, y el gesto de calzarme los auriculares antes de salir era como desplegar todas mis velas en un gesto definitivo de adiós.

Alguna vez me he quedado, a pesar de todo, y he soportado estoicamente un Luis Miguel, por ejemplo.
Lo he soportado porque mi acompañante ofrecía muy buenas compensaciones, pero al mismo tiempo la colocaba en una categoría distinta, inferior, precisamente la de las apenas soportables por las compensaciones, pero alejada definitivamente de cualquier categoría superior.

Advierto críticas en el ceño de los lectores, o tal vez descreimiento. ¿Abstraen ustedes del gusto musical a la hora de elegir acompañantes? ¿Les parece poco importante?
Pues allá ustedes.
Comprobarán más temprano que tarde que hubieran debido prestar más atención a esas cosas, y se hubieran evitado "inexplicables" desencuentros.

Por mi parte, tal vez he consentido un Luis Miguel, pero nada más allá, y mi vida sentimental no ha cesado de mejorar.

jueves, julio 22, 2010

Premio Oblogo

Premio Oblogo Hipotecario

La gente de Oblogo me obliga a que los haga votar por mí a la fuerza en la nueva edición del Premio Oblogo-Hipotecario. Van directamente desde el link de arriba hasta los números 31 y 33 y donde ven mi nombre, van y me votan (traten de hacerlo al menos unas 15 veces, si los rebota el sistema les digo como crackearlo).

Cumplan con su deber de ciudadanos.

miércoles, julio 21, 2010

Mi vida con anteojos de cerca


Hasta hace 6 meses yo veía perfectamente. Un día puse un libro a la distancia acostumbrada y ví todo borroso; se aclaró un poco recién cuando lo puse como 30 centímetros más lejos de lo habitual. Así, de un día para otro.

Yo pensaba que eso era un proceso más gradual, que iba a tener días y días, algo así. Pero no: a partir de ese mismo momento tuve que empezar a leer desde más lejos. Resistí la visita al oculista como 4 meses, porque sabía lo que me iba a decir: que era una cosa de la edad (46) y que iba a tener que usar anteojos. Pero es muy incómodo leer en la cama con los brazos estirados al mango, como si tuviera yeso, así que hace un mes fui al oculista y me dijo lo que yo ya sabía. Di un par de vueltas más, pero la semana pasada encargué los anteojos para ver de cerca, y me los dieron esta semana.

Y enseguida descubrí un par de cosas interesantes.

Antes, mal que mal, yo tenía una idea formada de mi mundo inmediato, del mundo que empezaba, digamos, 10 centímetros más allá de mi nariz y se extendía hasta el metro (porque después de ese metro crítico, yo veo perfectamente, dicen). O sea, no sabía qué tan mal veía de cerca, pero tenía una idea formada de cómo era todo, y eso me servía muy útilmente.
Con la llegada de los lentes, mi visión cercana cambió drásticamente.

El escaso 1,25 de aumento me reveló un mundo completamente distinto. Y lo que es más importante: un mundo que ya no recuerdo haber visto nunca antes. Aparecieron detalles, texturas, colores más vivos, mis propias manos…
Entré en la high definition de golpe, merced a unos cristalitos colgados de un armazón.

Descubrí que las moscas tienen cara de buenas y que las motas de polvo en realidad son dodecaedros (esto tengo que confirmarlo, pero casi seguro) y que el pitirosporum ovale hace una danza extraña cuando quiere cortejar a la hembra, que es un poco mas chiquita pero tiene buenas gambas.

Mirá todo lo que me estaba perdiendo por no ir al oculista.

En comparación, el mundo más lejano, el que empieza más allá del alcance de mis lentes (el mundo que supuestamente veo bien) perdió bastante gracia porque no puedo enfocarlo para comprobar si tiene más cosas de las que veo, o si son muy distintas a lo que yo creo ver, o si las palomas que pasan volando tienen parásitos entre sus plumas (de cerca sí tienen, y son bien asquerosos. ¿Tendrán cosas pegadas las alas de los aviones? ¿Serán dodecaedras las gotas de agua cuando ya están en las nubes?).

En definitiva: ahora tengo la duda de si veo bien de lejos, o es que tengo una idea formada que coincide con la de los oculistas, y andá a saber lo que me estoy perdiendo.

martes, julio 20, 2010

Amigos

Elijo a mis amigos no por la piel u otro arquetipo cualquiera,
pero sí por sus pupilas.
Tienen que tener un brillo cuestionador y tonalidad inquietante.

No me interesan los buenos de espíritu ni los malos de hábitos.
Me quedo con aquellos que hacen de mí un loco y un santo.
De éstos no quiero respuestas, quiero mi revés.
Que me traigan dudas y angustias
y aguanten lo que hay de peor en mí.
(Para eso, sólo siendo locos)

Los quiero santos para que no duden de las diferencias
y pidan perdón por las injusticias.

Elijo a mis amigos por la cara limpia y por el alma expuesta.
No quiero solamente el hombro o la falda,
quiero también su mayor alegría.
Amigos que no ríen juntos, no saben sufrir juntos.

Mis amigos son todos así: mitad tontería, mitad seriedad.
No quiero risas previsibles ni llantos piadosos.
Quiero amigos serios,
de aquellos que hacen de la realidad su fuente de aprendizaje,
pero que luchan para que la fantasía no desaparezca.

No quiero amigos adultos ni estudiantes.
Los quiero mitad infancia y otra mitad vejez.
Niños, para que no olviden el valor del viento en el rostro,
y viejos, para que nunca tengan prisa.

Tengo amigos para saber quién soy.
Pues viéndolos locos y santos,
tontos y serios, niños y viejos,
nunca me olvidaré que la normalidad es una ilusión imbécil.

Oscar Wilde
Gracias a Sarita (no tan santa pero sí muy loca) por mandármelo.

lunes, julio 19, 2010

Revelaciones

De Bill Hicks

En YouTube pueden encontrarse 8 videos con el show “Revelaciones” de Bill Hicks, en Londres. Es todo muy bueno, aunque muy jugado (¿aunque?): Bill estaba a favor de la pornografía y las drogas y en contra de ciertas creencias más bien conservadoras, y era muy explícito y procaz, y a veces exageraba tanto que él mismo decía: “Eh, Bill, esto se está poniendo un poco raro.”

De todas formas, los que pretendan juzgarlo por bocasucia o por drogón o por burlarse de cosas "sagradas" deberían, tal vez, empezar por el final del show, cuando dice:


¿Tiene un punto mi acto? Yo diría que sí.

El mundo es como un paseo en un parque de diversiones. Y cuando decides subirte piensas que es real porque así de poderosas son nuestras mentes. Y el paseo va arriba y abajo, da vueltas y vueltas, tiene emociones y escalofríos y colores brillantes y es muy ruidoso y divertido por un tiempo. Algunos han estado en el paseo por un largo tiempo y se empiezan a preguntar: “¿Esto es real o es sólo un paseo?” Y otros se acuerdan y vuelven y dicen: “Ey, no te preocupes, no tengas miedo, nunca, porque es sólo un paseo”

Y entonces…matamos a esa gente.

“- Cállenlo. Hemos invertido mucho en este paseo. Cállenlo. Miren mis arrugas de preocupación, miren mi gran cuenta bancaria y mi familia. Esto tiene que ser real.”

Es sólo un paseo. Pero siempre matamos a esos buenos tipos que intentan decírnoslo, ¿alguna vez lo notaron?, y dejamos que los demonios corran libres.

Pero no importa...porque es sólo un paseo.
Y podemos cambiarlo cuando queramos. Es sólo una elección, sin esfuerzo ni trabajo, sin empleos, sin ahorrar dinero.

Una elección, ahora, entre el miedo y el amor.

Los ojos del miedo quieren que pongas cerraduras mas grandes en tus puertas, que compres armas y te encierres. Los ojos del amor, en cambio, nos ven a todos como uno. Eso es lo que podemos hacer para cambiar el mundo ahora, para un mejor paseo.
Tomar todo el dinero que gastamos en armas y defensa cada año, y en vez de eso, emplearlo para alimentar, vestir y educar a los pobres del mundo, lo cual nos sería recompensado de muchas formas.

Ni un solo ser humano excluido.

Y podríamos explorar el espacio, juntos, por dentro y por fuera, para siempre, en Paz.

domingo, julio 18, 2010

Aflojá, Granata




Bonito, pero falso

Me llega un powerpoint lindo, que dice que las formas de los números arábigos se corresponden con una cantidad de ángulos igual al número que representa:


Y la teoría abarca perfectamente al Cero, que ya era conocido por los árabes:



Bien, muy bonito.
Pero también muy falso.
Investigando un poco el asunto (¿Qué? ¿Ustedes no verifican cualquier información antes de pasársela a otros, por más bonita que parezca?) parece que los símbolos no tienen nada que ver con ángulos, y mucho menos los originales. Parece que ni siquiera son árabes, sino que fueron inventados por mátemáticos persas en la India (otros dicen que en China): los árabes los introdujeron después en Europa.

El artículo de Wikipedia no lo dice categóricamente, pero a mí me suena a que los actuales son mucho más accesibles a los moldes tipográficos de la imprenta, en pleno auge en Europa por esa época.


De todas formas, la explicación de los ángulos es bonita, es elegante y es hasta mnemotécnica. Parece casi perfecta, pero es falsa.
Duele (un poco) aceptar estas cosas, estos plantones que nos hace la realidad.

Hace poco, mi amiga Sarita me mandó un ppt precioso, con música del concierto de Aranjuez y todo, donde se contaba esta historia:
El pintor Alberto Durero provenía de una familia muy pobre (el padre trabajaba hasta 18 horas en las minas de carbón para poder alimentar a su familia). Tanto él como uno de sus hermanos (parece que eran muchos más) tenían el sueño de estudiar pintura, pero era imposible que ambos pudieran. Entonces decidieron que uno iría a estudiar mientras el otro continuaría ayudando al padre en las minas, y cuando terminara cambiarían los roles y el otro hermano podría estudiar también.

Pero resulta que cuando Alberto volvió después de cuatro años y quiso reemplazar a su hermano, el otro tenía las manos demasiado estropeadas y no pudo hacerlo (esto, por supuesto, relatado más o menos así: "En el silencio que siguió a la propuesta de Alberto, se escuchó el sollozo del hermano, quien, mostrando sus manos destrozadas por el cruel trabajo, expresóle: No, hermano mío, para mí es demasiado tarde, pero estoy feliz de que mis manos deformes hayan contribuído a realizar tu sueño...")

Después, Durero se haría famoso por sus obras sobre manos:

¿Y de quién serían esas manos que Durero pintaba con afán y devoción? Pues de su hermano, el carbonero.

Moraleja: Nadie triunfa solo, etc.

Bonito, pero completamente falso (¿Qué, ustedes no verifican...?) El padre de Durero era un acomodado orfebre húngaro, de los hermanos no se sabe casi nada, etc.

¡Qué manía de adornar historias, o directamente inventarlas! ¿Por qué hacemos esas cosas? La realidad está llena de historias impresionantes, de deliciosas casualidades, de invenciones geniales, de actos heroicos supremos, de belleza verdadera y no inventada. Al inventar o tratar de mejorar una historia, no solamente falseamos los hechos sino que disminuimos las historias verdaderas, como si les concediéramos poco valor y entonces necesitáramos inventar otras. Como si la obra de Durero fuera flojita si no le ponemos al hermano sacrificado y al padre carbonero (18 horas diarias en la mina, ni una menos).

Otra: Ésta habla de un gris empleado en la Oficina de Patentes de Berna, Suiza.

No debe sorprendernos el humilde puesto, porque el joven desde la infancia ha demostrado problemas para expresarse, lo que llevó a pensar que tenía algún tipo de retardo. Tuvo problemas en la primaria, de aprendizaje y de conducta, y en el bachillerato le dijeron con claridad que nunca llegaría a nada. De hecho, al intentar matricularse en el Politécnico, fue rechazado por una nota deficiente en Letras. El único negocio que intentó montar con un tío, terminó en un rotundo fracaso económico. Encontrarlo en una oficina menor es lo lógico. Y sin embargo...

Se podrían agregar más vicisitudes al comienzo de la historia, para que destaque el final feliz. Se podrían agregar...si fuera inventada. Pero es la historia verdadera de Albert Einstein, y no hace falta agregarle ni una partícula subatómica.

viernes, julio 16, 2010

Lo que yo haría


Algunos estamos más entrenados en pertenecer a minorías de algún tipo.
Yo, salvo en el club de fútbol, digamos que tengo bastante entrenamiento: jamás ganó uno de los que voté para presidente (iba a desvirgarme con Kirchner en segunda vuelta, pero Menem me sacó hasta esa posibilidad), soy ateo desde la época que estudiaba en el Sagrado Corazón de Jesús de Boulogne, hice campaña para el MAS mientras estudiaba en la Universidad de Belgrano (bueno…aparte de minoritario soy algo desubicado, es cierto) sigo siendo fumador a pesar de la moda en contra, me cae bien Marley…en fin, tengo entrenamiento.

Y acaso tengo también la sensibilidad necesaria o lo que haya que tener para entender otras minorías (y no tanto) a las que no pertenezco: sé positivamente que pasar hambre debe ser terrible, sé que el maltrato familiar debe ser de las experiencias más traumáticas, sé que padecer una enfermedad grave te tiene que movilizar de otras maneras. Sé un montón de cosas.
Las “sé”, no es que “me las puedo imaginar” o que sólo me las banco más o menos porque soy “abierto”: las “sé” y puedo ponerme en el lugar del otro, aunque sea mínimamente, y ése mínimo alcanza para que no pueda nunca ponerme en sabelotodo o en intransigente ciego o en dueño de la verdad o en creerme mejor que nadie por el hecho de (en algunos casos) pertenecer a la mayoría, o a los no tan afectados, o a los que sin haber hecho ningún esfuerzo conciente la naturaleza quiso que fuéramos heterosexuales.

Porque mi inclinación sexual no es mérito mío de ninguna manera, señora.
A mí, señora, me gustan las nenas desde que estaba en jardín de infantes y Valentina se levantaba la pollerita en el arenero. Después la remé, señora, digamos que la consolidé, que confirmé que lo del arenero no era un hecho aislado, y nunca necesité cuestionarme lo que me pasaba por ese lado.
Pero méritos no hice, señora. Era lo que me pasaba, es lo que me pasa, lo que me gusta, lo que necesito, simplemente, y no admite cuestionamientos. Es como algo de fábrica y que justamente coincide con lo que le pasa a la mayoría.
En algún rubro la tenía que pegar, señora.

Peró sé, sobre todo, que eso no me hace ni mejor ni peor ser humano. Eso no.

Pero el entrenamiento que mencionaba sirve, andar siempre armado hace que uno camine tranquilo hasta cuando no anda con el revólver (es una metáfora, señora), y acaso esa tranquilidad sea la que le permita a uno opinar o decidir menos dramáticamente. Uno, así, tranquilamente, dice “Okey, homosexuales hay desde que la humanidad es humanidad, casi todos buena gente (por lo menos lo que yo conozco), algunos incluso han sigo geniales…no todos, obviamente, tal cual como pasa con los heteros…¿por qué les vamos a exigir algo que a los heteros ni se nos ocurriría exigir? ¿No decimos que “el comportamiento sexual no determina a la persona”? Y si les atrae alguien del mismo sexo como me pasa a mí con las nenas desde el jardín y la Valentinita, ¿qué le van a hacer? Nada, tienen que hacer lo que les salga y listo. Y deberían tener todas las leyes y todo lo que esas leyes impliquen, por supuesto.”

Uno piensa cosas así, tranquilamente, y sigue mirando el partido o cocinando o se pone a pensar en cosas que le parecen verdaderamente más preocupantes, cosas que (acá sí) uno cree que deberían movilizar a las masas y provocar acalorados debates en cada esquina, como por ejemplo qué mierda es la teoría de cuerdas, si es una teoría en serio o si a Stephen Hawking le habrá chocado un Scania la sillita esa que usa, algo así. Pero en general uno más bien sigue mirando el partido. Tampoco hay que exagerar.

Pero evidentemente no a todos les pasa lo mismo. A la mayoría le cuesta muchísimo entender a la minoría, cualquiera que sea la minoría en cuestión y sobre todo la homosexual. Le cuesta entender, no digamos ya ponerse en el lugar del otro porque es impensable, no les entra en la cabeza, imaginate en el culo.
La mayoría siempre tiene problemas para entender a las minorías.

Y acá viene el humilde aporte que ya el título prefiguraba: lo que yo haría (para los que tienen problemas en eso de ponerse en situación) es, antes de que empiecen a opinar y/o votar y/o a amenazar al pedo, es decretar la obligatoriedad de ponerse en el lugar del otro por ley o por decreto o mejor por DNU que es más llamativo. Es decir, antes de anunciar que estamos estudiando tal ley de lo que sea y que cualquier almóndiga empiece a decir pavadas, agarramos a todas las aludidas almóndigas y los ponemos en situación idéntica a la minoría esa de la que vamos a legislar algo y a la que las almóndigas les gritan cosas y les hacen la vida imposible.

Se entiende mejor con un ejemplo, me parece.

Lo que yo haría en el caso del matrimonio gay, es declarar no válidos a todos los matrimonios de almóndigas heterosexuales habidos a la fecha, declarar que los que estaban así casados son en realidad unos entes abominables que merecen que les tajeen los genitales con una Gillette (todo esto propalado y legitimado a través de iglesias, programas de televisión bien dudosos y definitivamente hijos de puta, etc), declarar que los hijos son unos seguros depravados y violados seguros también y obviamente que se los sacamos (a los hijos) para dárselos a unos padres más mejores que ya veremos nosotros cuáles serán, ajá, y que a partir de la fecha, además, tienen que empezar a tocarse con ganas, pero solamente entre almóndigas del mismo sexo y valor intrínseco (esto del intrínseco lo pongo para joder, nomás)

Y por supuesto, los putos les tienen que gritar cosas y hacerles la vida imposible o van en cana los putos por no colaborar con la causa.
Archivesé, el último cola de perro, etcétera.

Eso para el matrimonio gay. Para otros temas, soluciones análogas e igualmente serias, y vas a ver cómo este país sale adelante.


viernes, julio 02, 2010

Cosas del mundial

Me encantó el "Kimi Ga Yo", el himno de Japón. Me inmovilizó cada vez que sonó, tan solemne, tan hermosísimo.
Va en cualquier película, además, en alguna escena trascendental, y es absolutamente Japón por donde se lo escuche.

Averigué que hay controversia por la identificación del emperador con una deidad (en la letra) y por el neto corte militar de todo el himno.
Pero eso lo supe después de que me encantara, así que hagan de cuenta que no saben nada.

La alegría no es solo holandesa


jueves, julio 01, 2010

La teoría del todo (1 de 5)

"Einstein pasó la mayor parte de los últimos años de su vida buscando infructuosamente una teoría unificada, pero no era el momento oportuno, pues sabía muy poco de las fuerzas nucleares. Por otra parte, Einstein se negaba a creer en la realidad de la mecánica cuántica, a pesar del muy importante papel que él había desempeñado en su desarrollo. Sin embargo, parece ser que el Principio de Incertidumbre es una característica fundamental del Universo en que vivimos"

..."las teorías de cuerdas solo parecen ser consistentes si el espacio-tiempo tiene entre 10 y 26 dimensiones, en lugar de las 4 habituales."

..."¿Por qué no advertimos todas esas dimensiones extra si realmente existen? ¿Por qué solo vemos 3 dimensiones espaciales y 1 temporal? La sugerencia consiste en que las otras dimensiones están curvadas en un espacio de tamaño muy pequeño, algo como una millonésima de millonésima de millonésima de centímetro...Tan pequeño que no las advertimos. Es como la superficie de una naranja: de cerca está curvada y arrugada, pero si se mira de lejos no se advierten los bultos y parece suave. Lo mismo ocurre con el espacio-tiempo. A escalas grandes no se ve la curvatura ni las dimensiones extra. Pero a escala muy pequeña es decadimensional." (Stephen Hawking, "La teoría del todo")

"Pero recuerden que ésta es una obra de ficción. La realidad, como siempre, será mucho más extraordinaria." (Arthur Clarke, "Odisea 2001")