lunes, enero 28, 2008

Movistar se la come

El blog cierra por balance hasta el 1º de Marzo.
El saldo, ya se ve, es muy positivo: solamente estoy analizando a qué cuenta mandar a la gente de Movistar.

Resulta que desde el sábado me mandan mensajitos desde el 888 por no sé qué concurso por un departamento, y en algún momento me pudrí y respondí "PUTO", porque me mentían diciendo que venía sumando muchos puntos cuando yo no había hecho nada.
Estoy seguro de que nunca pidieron mi nombre (bueno: muy seguro no estoy), pero a partir de ahí todos los mensajes subsiguientes vinieron dirigidos a "PUTO", y encima me siguen alentando:
"VAMOS, PUTO, QUE EL DEPARTAMENTO ES TUYO"
"PUTO, NO TE PIERDAS EL HAPPY HOUR ENTRE LAS 18 Y LAS 19" (éste es directamente para hacerles juicio...)

En fin, por lo menos conmigo la compañía se ha sincerado, y me trata como realmente considera que puede tratarme.
Desconfíen los que son tratados con cariño por las telefónicas, porque irán al Cielo de los Tontos...
¡¡¡Hasta la vuelta!!!


P.D.: Sí, mi celular es de juguete. Sí, me vino adentro de un Jack. Sí, es horrible pero no me importa. Todo "Sí".
Pero puto no, che.

viernes, enero 25, 2008

Titanes en el swing


Nosotros éramos muy profesionales: nada de meter cualquier musiquita que total es pa’ los pibes. No, señor. Nosotros tratábamos de reflejar la idiosincrasia del luchador, le hacíamos un tema que fuera la esencia misma del tipo, o más.
Acordate:
La momia…Lu-cha-dor-sordo-mú-do…
¡Ya se te ponía la piel de gallina antes de que entrara la momia!
Caballeeeero, caballero roooojo… Casi que lo veías entrando a caballo al caballero, con la capa al viento. Reforzábamos la imagen del titán, eso hacíamos.
Trabajábamos mucho los jingles, le poníamos amor. Bueno: hacíamos música, en el fondo. Como si fuera una película.

Es Pepino un gran payaso,
quiere mucho a todos los niños…

Con esa música de organito, ¿no? Cómo no lo iban a querer a Pepino.
Yo creo que en parte era por nosotros, por las canciones que le hacíamos.
Y a los malos también, ¿eh?:
Viene del desierto, trae mucha arena…Tufiiiiiii… Me-méth
Lo odiaban antes de verle la cara, al turco.
Y la del Gran Martín ni te cuento, era un himno directamente.

Pero todo fue decayendo. Todo.
Era lógico que afectara también al catch. Y a las músicas.
Entre que el Ancho Rubén Peucelle apenas si cabe en la malla de luchador, y la invasión de la cumbia, te juro que da pena.
Un espectáculo que era más vistoso y mucho más sano que el box, un show mágico y sin consecuencias nefastas para los luchadores (salvo el odio de la gente, porque eso era verdadero), en definitiva, una obra de arte bastardeada como tántas otras en estos tiempos…

Ru-lo-ver-de te da para que tengas
Ru-lo-ver-de te baja el comedor…

¿Qué es eso, por Dios?
A veces pienso que se tendrían que juntar Yolanka, El Caballero Rojo, El Hippie Hear, y hasta los malos como Tufí Memeth y Benito Durante, todos. Una especie de Los Superamigos o La Liga esa.
Juntarse todos, entrenar un poco (no hace falta que entrenen mucho), y caerles a los nabos éstos de ahora.

Y sobre el final, cuando los viejos, los verdaderos titanes, les estén dando la salsa a estos mamarrachos menemistas (¿?), entonces, como hacía el Superpibe, entraremos los músicos de antaño y agarraremos a patadas a los compositores de estas mierdas.
A patadas voladoras, digo.

lunes, enero 07, 2008

Milanesas


Lo estábamos esperando todos: familiares, allegados y amigos.
Es que cuando mamá advierte que una relación progresa, que hay planes de vacaciones con la fulana nueva, que soy inhallable los fines de semana, y que además la llamo más de una vez por quincena y encima estoy de buen humor, entonces mamá apela al último bastión por siempre inalcanzable para cualquier novia: me prepara milanesas.

Mi mamá, como todas las madres de hijos varones, hace las mejores milanesas del mundo, y lo sabe.
Ella sabe que aunque la deje sola para Fin de Año, aunque no me deje tentar con un lavado gratuito de todos los platos que (ella sabe) acumulo durante la semana, ella sabe que no tengo defensas válidas cuando ataca con milanesas.

Por primera vez en mi vida tengo una novia que cocina bien (muy bien, y además diet: casi excelente), pero además es inteligente, y tampoco ella opuso resistencia cuando mamá llamó por teléfono. Yo dije “Va a hacerme milanesas”, y los dos sonreímos, porque era la prueba fehaciente de que mamá empezaba a reconocerla.

Ahora falta que mi suegro haga un asado y me explique la (única) forma correcta de hacerlo, descubierta por él, y que otra vez haya una sonrisa disimulada, y que sepamos por éste método culinario que las cosas marchan bien. Diríamos que salen con fritas.