viernes, mayo 29, 2009

Haiku gauchesco

Este fue mi comment en el post de un amigo venezolano acerca de los haikus. Sí, soy tan extenso para los comments como para los post. Es que no me van mucho los haikus.

Personalmente no creo
en esos versos esmirriados
ni en citas, ni en postulados
que a fuerza de decir poco
parecen esconderlo todo
sin dejar nada bien claro

Son como esos aforismos
que juntan dos boludeces,
meten una palabra a veces
que suena a cosa profunda,
pero al final no dejan ni una
enseñanza que se precie

Yo, porque soy argentino,
prefiero este estilo gauchesco,
y si cree que lo oscurezco
enseguida se lo aclaro
y verá que no es avaro
el formato que ennoblezco

Deje libre el primer verso,
Que rime el dos con el tres,
El cuatro y cinco a su vez,
Y el final (o sea el sexto)
debe servir de pretexto
para rimar con dos y tres

Y si no cierra la idea
en esos seis que le digo
puede escribir todo un libro
como hizo José Hernández
"Martín Fierro", sin mucho alarde
es nuestra obra testigo

Y hasta puede hacer un cuento
como hice yo de verdad
y usted lo puede encontrar,
por esas cosas modernas,
sin mover mucho las piernas,
haciendo un clic por acá

jueves, mayo 28, 2009

Somos insoportables

Dios nos va a castigar y vamos a reencarnar en una mujer tetona.
Sufriremos así el justo tormento de deslizarnos cada día, cada hora de nuestro día, a través de la masa viscosa que forman las miradas lascivas, los gestos provocativos y las absurdas propuestas de los insoportables.
O sea, de todos los hombres.

(El que diga que no lo hace, solamente quiere decir que lo disimula mejor, pero eso tampoco es cierto.
Y por supuesto que no me voy a referir a los nobles intentos de levantar en serio, sino a esas especies de costumbres arraigadas que no se sabe para qué corno las tenemos arraigadas, y que son realmente insoportables)

Basta con ser un poco observador para descubrir con facilidad el asedio constante y absolutamente al pedo de los hombres sobre las mujeres. Al principio causa un poco de asombro y hasta diversión. Después cansa, y después da asco y vergüenza ajena (y propia, por supuesto)
Debe haber muchísimos ejemplos patéticos que se me van a escapar por no frecuentarlos, como el de los bailes, pero para muestra bastan algunos botones, o botonazos:

Los que tocan la bocina…y siguen


Estar esperando el mismo colectivo que una señorita en edad de merecer (o sea, desde los 5 hasta los 99 años, y ni siquiera hace falta que sea muy linda según lo tengo comprobado: basta con que tenga forma de mujer y esté sola en ese momento), de una mujer medianamente apetecible, digamos, es una experiencia insólita. Y desesperante.
Cada tipo que pase va a tocarle bocina y seguir de largo.

Algunos tocarán muchas veces, algunos lo harán con más ritmo o con más énfasis; algunos acompañarán el bocinazo con alguna frase inexorablemente estúpida. Pero todos, todos (menos los que vayan con la mujer al lado) van a tocar aunque sea una vez, y después seguirán de largo, seguramente buscando otra mujer para repetir el rito absurdo.

¿Para qué tocan (tocamos) bocina si van a seguir de largo? ¿Alguno levantó algo haciendo esto? ¿Alguna mujer se tiró de palomita adentro del auto? ¿Alguno cree que es original? ¿Alguno siente la obligación moral de hacerlo? ¿O es un impulso irrefrenable?

No lo creo. Es una estupidez, y el gesto cansado, harto, indiferente pero con evidentes ganas de gritar o de matar a alguno, el gesto de mirar hacia el cielo pidiendo compasión…esos gestos que hacen las mujeres en las paradas de colectivos, sugieren que tocarles bocina y acelerar no sólo llega a aturdirlas, sino que les confirma que somos todos unos pelotudos.
Después se niegan a cocinar y nos quejamos…

Los que ponen caras…y no hablan


Esto es válido incluso para algunos del grupo anterior: los que no pueden tocar bocina porque van con la mujer, ponen caras de galanes.
Es tristísimo, muchachos, ver cómo cambian (cambiamos) la expresión a medida que el autito se acomoda cerca de la parada…

Pero esto de las caripelas se da más en los trenes que en ningún lado. Se debe (digo yo) a que en las paradas de colectivos es poco el tiempo de exposición que tienen (atrás del auto del caripela ya viene otro peinándose las cejas, por ejemplo) y adentro del colectivo las ubicaciones casi no permiten el face-to-face.
Pero en los trenes…Dios bendito me salve y me guarde
Qué cara…qué gesto…

En los trenes, como además así como subiste te quedás, se da mucho esto de ubicarse justo enfrente de una señorita (niña, señora, abuela, resto fósil con apariencia no muy definida pero por las dudas)
Señorita que, en el 99,9 % de los casos, se hará la dormida para que no la jodan. Pero los carilindos no dejarán de hacerle ojitos, o de mirarla fijamente, o de hacer como que cantan en silencio, todo para mostrar mejor esos labios sensuales.

Estarán ahí rodeándola. Serán 3 o 4 pelotudos con cara de amor (?), esperando a que la chica abra aunque sea un ojo y los vea y…
¿Y qué?

Y nada, la seguirán mirando con cara de Rosamel Araya, sin jamás decirle nada, hasta que la señorita, obviamente, siga con lo suyo y confirme que al macho humano el movimiento del tren le altera el cromosoma 21…


Los que dicen piropos triple equis


Hay un grupo que va más allá de la simple bocina o del gesto mudo.
Lamentablemente.

Son (somos) aquellos que escucharon que está bien ser pro-activo y que hay que decir lo que uno siente…como salga.
Este grupo puede andar motorizado, en cuyo caso se expresará a los gritos, o a pie, en cuyo caso esperará el momento de cruzarse con cualquier mina para, en este caso, susurrar casi amablemente.

Tienen a su favor que dan un paso en la dirección correcta, expresan cabalmente su deseo, pero lo hacen de una forma tan horripilante que ellos mismos salen huyendo antes de que los maten a golpes.

Son los cultores del "Mamita, te chupo toda" y sus derivados (la variante camionera y a los gritos suele virar hacia el casi elegante "Te hago un deshabillé de baba", aforismo que los camioneros deben aprenderse antes de que los acepten Moyano y sus muchachos del sindicato)

Algunos son casi demasiado elaborados ("Decime quién te hace tal cosa y yo gustosamente me ofreceré para succionarle tal otra"…o algo parecido), otros son directamente acusatorios ("Qué carita de petera…"), pero en todos los casos son, digamos, retóricos. No esperan una respuesta, salvo que sea un cross de izquierda al mentón.

Distinto sería decir una cosa agradable, algo que pudiera tener una respuesta acorde, aunque sea una semi sonrisa que habilite a proseguir el intento. Pero esto no. Esto es justamente lo contrario, es pegar un martillazo tan fuerte que el otro quede incapacitado para cualquier respuesta.
¿Entonces?

Entonces, la conclusión a la que arribo luego de estos escasos pero significativos ejemplos, es que algunos hombres (todos) lo que persiguen con estas actitudes no es una conquista real, fehaciente, genital.
Es simplemente la torpe demostración de que las queremos a todas, de que las quisiéramos a todas si fuera posible, y de que no nos importa quedar como tarados para hacérselo saber, y de que vamos a seguir intentándolo por todos los medios a nuestro alcance.
Incluso somos capaces de escribirlo para ver si lo entienden de una buena vez.
Sí, somos insoportables.

sábado, mayo 23, 2009

Felices cumpleaños

Y todo lo demás también


Hace un año debí escribir un post avergonzado (éste) por haberme olvidado del cumpleaños de mi mejor amigo. Este año me olvidé de algunos (1), pero del de Claudio no. Me hice anotaciones en la agenda, en el celular, en las paredes de casa, y por las dudas lo vengo llamando desde el lunes para ver si se siente bien de la próstata, si considera que Assman tiene que ir a la selección, si no le parece que está cara la papa: en fin, lo llamé por boludeces. Sobre todo la de Assman.
Pero era la forma de no olvidarme, y no me olvidé, y hoy, que por fin es el cumpleaños, también lo llamé temprano, y me siento una mejor persona.

Parece una cosa menor, y hasta debe haber tratados que nos avalan a los olvidadizos (2), a los que supuestamente estamos más allá de las fechas y consideramos que Todos los días son el día de la madre y Cualquiera el día para hacer un culto de la amistad. Excusas, por supuesto. Flojos argumentos para justificar la incapacidad de algunos de tener presente al otro por lo menos un día por año. Si todos los días son buenos, ¿por qué no vas a saludarlo justamente ese día?

En tren de subestimar las fechas casi cualquier cosa puede considerarse intrascendente, o comercial, y asignarle la categoría de boludez que no vale la pena tener en cuenta. Pero, como decía el amigo de un amigo, hay boludeces que están buenas y no todo pasa por ponerse la corbata solamente para los casamientos (3): un cumpleaños, un Día del amigo, hasta un Día del Protésico Dental de Laboratorio (que existe, y tengo que acordarme de llamar a Silvia), nos dan la oportunidad de saludar al otro y desearle que le vaya bien, que no es poco en estos tiempos.

Es un ejercicio de ida y vuelta, como el abrazo: se siente tan bien el que lo recibe como el que lo da. Felicitar es como esas escasísimas buenas cadenas de powerpoint que uno reenvía, no porque lo amenacen con la impotencia precoz, sino porque uno se siente bien al compartirla, por lo que dice la cadena y por poder decirle tácitamente al otro “Pensé en vos cuando la leía”.
Habría que felicitar a los demás hasta por egoísmo, para sentirse bien uno.

Habría que hacer la prueba de saludar por el motivo que sea también a los que no son tan amigos o directamente son enemigos. Habría que obligar a los políticos a que saluden a los de la oposición para el cumpleaños, para el Santo y para el día que debutaron sexualmente.
Seguramente en un par de años tendríamos mejores políticos, y hasta nos enteraríamos si De la Rúa alguna vez la puso.

Yo, como dije arriba, este año me olvidé de algunos cumpleaños, y seguramente hasta diciembre me voy a olvidar de alguno más. Pero me acordé de otros, y me hizo bien acordarme y saber que hoy voy a la casa de Claudio y puedo tomarle todo sin culpas, por ejemplo. Y además sé que va a haber Días de lo que sea para redimirme, y boludeces que están buenas, y si mi idea trasciende a lo mejor hasta hay que felicitar por algo a De la Rúa, aunque no creo.


(1) En realidad no me olvido, lo hago a propósito para escribir este tipo de cosas.

(2) Eufemismo por "pelotudos", "desbolados", "manga de cretinos incapaces de anotar como corresponde", etc.

(3) Algo más o menos relacionado: los que no se casan porque "un papel no cambia nada". Si no cambia nada, hacelo, y no subestimes la importancia de los compromisos escritos ("Contrato Matrimonial", le dicen)

viernes, mayo 22, 2009

Diarios

La denuncia la hicieron en Groenlandia, por las dudas.






Cobraron $ 30 por el toque de senos y $ 55 el de cola. Punto "G" sólo con Mastercard.
Todas quedaron más conmovidas que antes.




No podrá ver la tele ni salir a bailar durante dos semanas, por pendeja desobediente




Temen que al finalizar la coronación ya no sea virgen...


Cecilia Bolocco explica cómo adobar un cerdo

a la riojana y niños (de otro) envueltos como para regalo





Un técnico observador, tirando a mirón



Diario Olé. El chiste ya lo hicieron ellos.

jueves, mayo 21, 2009

Experimento científico



Alguna vez pasa: estás con un fuerte dolor de cabeza y no tenés nada para tomar, o ya te tomaste algo pero mientras hace efecto te querés guillotinar.
Si el dolor tarda mucho en irse, seguramente vas a intentar cualquier cosa, y si tenés un blog tal vez tomes nota mental de lo que hacés y, cuando se te calme un poco, lo colgás con gráfico y todo, como un desinteresado aporte a la medicina o como una demostración de que podés postear 2 días seguidos, con dolor de cabeza y todo.

A mí me da muy de vez en cuando un dolor de cabeza, pero cuando me agarra me dura mucho, y estoy seguro de que me muero, de que se me reventó algo ahí adentro y entonces trato de recordar las principales imágenes de mi vida por las dudas...¡Pero no se puede! ¡¡El dolor de cabeza es lo peor que hay!! Se te instala y te martiriza, y ni siquiera te deja distraerte un rato divagando o durmiendo, como hace uno si le duele el codo, por ejemplo, o casi cualquier otra parte del cuerpo: el resto de los dolores te permiten ignorarlos o soslayarlos mirando una película o cerrando los ojos y pensando en Jessica Cirio. La cefalea no te permite eso: te castiga especialmente si pensás en cosas sexuales, de acuerdo a mis estadísticas (1) .

Por suerte también encontré cosas que calman el dolor, aunque muy pocas, la mayoría lo incrementa. Y las que lo calman son acciones, no pensamientos. Este es un dato importante, me parece: para que se te calme hay que hacer algo.
No voy a detallar todas las cosas que hice o pensé, porque algunas serían demasiado bizarras. Algunos de los sorprendentes resultados son los siguientes:

Cosas que calman

1. Mover la cabeza muy lentamente hacia los costados, hasta quedar mirando casi por sobre el hombro: Hay que hacerlo muy despacito, pero sin parar, y sentado lo más derecho que se pueda. Es mucho mejor que quedarse quieto o que intentar acostarse, y es más efectivo si se lo hace con una toalla mojada o algo frío en la cabeza (sí, obvio, en la cabeza. Pero por las dudas aclaro porque en esos momentos de dolor intenso uno es capaz de cualquier barbaridad y no quisiera que se claven una cervecita helada porque es peor, creánme)
Reducción del dolor: 30 %

2. Toalla mojada: Bueno, ya lo dije. A mi me hierve la cabeza cuando me duele mucho, así que cualquier cosa fría calma un: 20 %

3. Ingerir líquidos: Esto me parece que es psicológico, pero en Esfera (Michael Crichton) al matemático se le calmaba un terrible dolor de cabeza ingiriendo mucho líquido. A mi me parece que me funciona: 5 %

Cosas que lo empeoran!!!

4. Quedarse quieto: Es ilógico, pero si te quedás quieto lo único que pasa es que sentís como crecen los latidos y lo más probable es que pases de la quietud a un movimiento brusco de desesperación, totalmente contraproducente. Empeora la situación: 10 % + el movimiento brusco que hagas (golpearse la cabeza contra la pared sube como 95 %)

5. Fumar: El humo parece que te infla el cráneo como un globo, y el dolor crece proporcionalmente.
Otro aporte a la ciencia: como método para dejar de fumar, provocar un dolor de cabeza permanente hasta que se abandone el vicio, o se asesine a la mujer y los niños, lo que suceda primero.
Incrementa el dolor: 15 % + el dolor de tirar un pucho con lo caros que están.

6. Acostarse: Es una variante a quedarse quieto, pero con el agravante de que sentís cómo la sangre se corre justo para el lado que más te duele. Por supuesto, intentar dormir es imposible, y si estás que te caés de sueño es una de las experiencias más desesperantes que puede sucederle a un ser humano, equivalente a la muerte de un hijo o a haberse comprado la careta del Ogro Fabbiani.

7. Pensar en cosas chanchas: Salteo lo de pensar en Menem (incluido en el gráfico) porque digamos que formó parte de una larga serie de cosas horribles que evalué y, sorprendentemente, dolió menos que los pensamientos sexuales.
Cualquier intento de formar una imagen erótica trae aparejado inmediatamente un estallido de dolor insoportable, como una marea roja pulsante, salvaje, feroz.
El dolor de cabeza es un anticonceptivo insuperable, y nunca, pero nunca más, voy a quejarme si me dicen que no porque les duele la cabeza.
Lo juro.




(1) Esto ya lo había notado hace mucho, pero nunca se me ocurrió hacer una encuesta, así que no sé si a las mujeres les pasa lo mismo. Digamos que los resultados del experimento puedo garantizarlos para enfermos hombres. O para hombres enfermos que quieren imaginarse a Jessica Cirio en bolas mientras se les parte la cabeza del dolor.



miércoles, mayo 20, 2009

Todo sobre mi madre

A temprana edad me di cuenta de que mi madre era una tipa jodona y jodida, una mina que gustaba de poner sobrenombres hirientes, o de hacer bromas telefónicas, en fin, de estar siempre bien predispuesta para la joda que rigurosamente tomara a otro de punto. Así, yo crecí convencido de que estaba bien decirle al almacenero "el chancho alemán", o que las vecinas de la esquina se apellidaban "las concha de lata". Me dolió mucho cuando entendí por qué le decía "Notre Dame" al kiosco del jorobadito.

- Andá a "Notre Dame" a comprar ballenitas – decía mi vieja por ejemplo, y yo iba pensando o suponiendo que el kiosco se llamaba así, o sin siquiera pensarlo, como esas cosas de la infancia que se aceptan sin ningún cuestionamiento, como después pasa solamente en los sueños. Un día vi la película o leí el libro (realmente fue hace mucho, como puede notarse en el producto que iba a comprar), y en algún momento lo relacioné y me hizo sentir mal, sobre todo porque era mi madre y uno espera mayor altura moral de parte de la vieja.

Una vez, cuando yo ya era grande, atendió un llamado telefónico equivocado y, como hacía siempre, le siguió la corriente. Yo no escuché del diálogo más que la parte de mi vieja, pero puedo reconstruirlo a partir de lo que me contó en cuanto cortó, muerta de risa.

- Hola, ¿Elisa?
- Sí – dijo mi vieja, que se llamaba Martha.
- ¿Elisa, la enfermera?
- Sí, la enfermera, ¿en qué le puedo servir?
- Elisa, cómo le va, habla Gustavo de la mercería.
- Ah, qué tal Gustavo - dijo mi madre, que no era enfermera ni tenía la menor idea del tal Gustavo.
- Mire, Elisa, quería saber si puede venir aplicarle unas inyecciones a la abuela.
- Claro que sí...¿de qué son las inyecciones?

Acá yo empecé a prestar atención, porque por la cara de mi vieja era evidente que se estaba mandando una cagada. El tal Gustavo debe haber dicho el nombre del remedio, y mi vieja vio el hueco justo y la colocó como Riquelme:
- Ah, Gustavo, pero para esa droga necesito que primero le pongan una enema.
- ¿Una en…? ¿Es necesario, Elisa?
- Sí, porque después le va a afectar el nervio cacal y es preferible que evacue completamente a priori, ¿me entiende, Gustavo? Póngale ya la enema, yo a las siete voy para allá.

Y cortó, muerta de risa, y tuvimos una agarrada bastante fuerte porque era una locura lo que había hecho, no sólo no iba a ir nadie a ponerle la inyección a la pobre vieja sino que le iban a meter una enema. ¡La podían matar, y mi vieja se divertía como loca!
Con los años se le fue pasando, y al final estaba más bien convertida y me criticaba a mí por cosas parecidas a las que a ella antes le encantaban. Yo sospecho que gran parte del cambio comenzó después de lo que voy a contar.

Evidentemente los años no vienen solos, y los reflejos de mi vieja estaban más que reblandecidos cuando la agarraron, de lo contrario no se explica cómo entró en una cosa así. Justamente ella, caer en una joda telefónica…
- Hola…
- Hola, ¿hablo con el (número de la casa de mi vieja)?
- Sí… - dijo mi vieja
- ¿Hablo con la señora Martha…(Apellido de mi vieja, como figuraba en la guía)?
- Sí, soy yo…
- Señora, mi nombre es Fulano de Tal, le hablo de Joyerías Richiardi. Tenemos una entrega importante para usted, de un cliente que nos pidió que mantengamos reserva con el nombre. De todas formas él dejó una tarjeta acá para ust…
- ¿Richiardi?
- Sí, señora. El problema es que el caballero evidentemente nos dio mal la dirección, y a él no lo podemos ubicar, y el móvil está dando vueltas hace una hora y no podemos esperar más, por seguridad…¿Usted podría darn…?
- ¡Sí, sí! ¡Anote! – dijo mi vieja entrando como una yegua.

Evidentemente el éxito de la joda pasaba por tocar inmediatamente la ambición de la víctima, que ante la posibilidad de ligar un brillante de arriba se obnubila y deja pasar detalles. Si pasaba eso, la joda se conseguía casi con seguridad, y entonces podían mandar fruta como hicieron a continuación:
- Señora Martha, usted comprenderá que se le va a solicitar documento…
- Sí, claro…
- Y un servicio a su nombre…
- ¿También eso?
- Es que lo pide la Afip….
- Ah, claro…
- ¿Tiene alguna seña particular, señora?
- N-no…un lunar en la ceja, pero…
- Espere que anoto. Es por seguridad.

Y así, quince minutos. Le hicieron confesar que le gustaba la grapa y que miraba a Tinelli, entre otras cosas. La entretuvieron con la promesa de entregarle una joya, la jugaron bien una vez que la vieron blandita. Le hicieron preparar el documento, una boleta de la luz y una del gas por las dudas, la hicieron peinar y esperar como una quinceañera el cumpleaños. Y le metieron además la intriga por el admirador.

Y la dejaron esperando como a Penélope en la estación, y yo creo que mi vieja hubiera preferido la enema a la desilusión que le agarró una hora después, cuando arrugó las boletas y pensó que tal vez lo tenía merecido.

Tiburones cazando

Esto puede verse como un regodeo morboso en la desgracia de las focas, o como imágenes impresionantes, crudas pero no exentas de belleza, de un animal poderoso como pocos.

Y conste que no las mata para sacarles la piel, Brigitte.

Grises



Hay algunos temas, muy pocos, en los que no tengo una posición bien definida. No tiene que ver exactamente con dudas, dudas tengo millones. Uno duda por desconocimiento, por falta de datos. Pero me refiero a esos temas en los que tal vez los datos están, y hasta los resultados, y así y todo no es posible definirse absolutamente.

Hasta no hace mucho me parecía que eso estaba mal, que a esta altura (cumplí 45 el domingo) uno ya sabe cómo viene el partido y de qué juega. Y en general es así (lo que no quiere decir que mi posición sea correcta o más verdadera que otra, simplemente es que puedo definirme casi sin esfuerzo), pero hay temas que no puedo hacer caer en el blanco o en el negro, y me parece que van a quedarse en el gris, nomás.

Ahora no me parece que esté tan mal: ahora me parece que el blanco o negro absoluto se da, categóricamente y en todos los temas, sólo en los debates de la tele, donde supongo que uno tiene hasta que anticipar a qué color va a apostar porque si no, no te invitan . Y es bastante lógico: si ya hay uno que apoya la teoría creacionista, tienen que llevar a un evolucionista para que haya debate, con lo cual mi participación en debates televisivos se ve gravemente afectada.

Más allá del chiste, en ese tema en particular no tengo problemas (1): como dije, son escasos los puntos en que me pasa esto.
A continuación una lista incompleta que comparto para que me compartan las de ustedes, si es que las tienen:

El aborto;
La adopción por parte de parejas homosexuales;
La prostitución;
La vida extraterrestre.

Hagan juego.


(1) Fuimos creados por Darwin, que es Dios probando nuestra Fe que mueve montañas... de dudas.

martes, mayo 05, 2009

Desarmando el depto de mi mamá

Post de Alejandro Rozitchner, que me ahorra el mal momento de escribir algo muy similar:



Acabo de dar un paso más en el desmantelamiento del departamento en el que vivía mi mamá, que murió el año pasado. La vengo llevando bien, la tarea, pero igual me pesa. No quiero ir, no tengo ganas de estar en ese barrio, mucho menos de decidir qué hacer con cada una de sus cosas, a las que no se puede conservar, de las que sólo pueden guardarse algunas y si es posible con el criterio de que la vida es nueva siempre, siempre sigue, que es un ir para adelante sin vuelta, que es duro a veces pero es así.

¿Conservar qué, para qué, además, si la gran pérdida fue que ella misma se fue? ¿Por qué ponerse sentimental con objetos si lo que importaba era otra cosa? Esa idea me sirve para tirar, para desechar cosas que si no guardaría para siempre, ¿para qué vida? ¿La mia? ¿Acaso tengo tiempo, tengo espacio, tengo necesidad de renunciar a todo lo mio que tanto quiero para hacerle lugar al reflejo de una persona muerta? Y también hay enojo: ¿todas estas boludeces guardabas? ¿No podías resolver nada, tanto tenías pendiente, tanto te pesaba todo? No me sale tanto compadecerme como sentir una mezcla de asombro y molestia, en ese aspecto.

En ese depto viví yo, además, entre los 6 y los 16, y siempre conserva para mí un sabor a otro mundo.

Desarmar el depto es hacer más patente que murió y punto, y tener que matar su habitat es como terminar de matarla a ella. Algo que tiene su gravedad, que no se hace con felicidad, digamos...

lunes, mayo 04, 2009

Crítica algo confusa

Es cierto que la mayoría de los críticos ya opinamos unánimemente que “Alguien que anda por ahí” es el peor libro de Cortázar, pero seguimos descubriendo incoherencias.
De ese conjunto de relatos desarticulados yo apenas rescato “Reunión con un círculo rojo”, porque me parece que se ha manejado bien el suspenso (que en esta historia de vampiros no es, tampoco, el típico suspenso deslumbrante del mejor Cortázar, sino un muy tradicional pero efectivo suspenso de Transilvania) El resto de las historias naufraga lamentablemente en extravagancias huecas y vacías y sin contenido, en torpezas increíbles para un escritor del tamaño de Cortázar.

Y hasta en la historia que mencioné hay un detalle estrafalario: está dedicada “a Borges”, sin más aclaración. En un relato de cualquier escritor argentino esa dedicatoria remite automática y justificadamente a Jorge Luis Borges. Pero no en este caso: al final nos enteramos que la referencia alude a Jacobo Borges, pintor venezolano.
Por lo menos no se la dedicó a Graciela, pero…

Yo imagino a Cortázar ya afectado por la leucemia, o preparando el viaje a Nicaragua; en todo caso distraído, sacándose de encima “Alguien que anda por ahí” como quien espanta una mosca menor, ni siquiera una avispa. Tengo que imaginar algo de eso para creer que “Taxi para tres” es un cuento de Cortázar y no de Belén Francese; imaginar a Cortázar muy disminuido intelectualmente como para expeler esa suerte de rimas pueriles e irritantes: “El taxista como la modista necesita que Dios exista”, dice Cortázar-Francese, y continúa en ese estilo a lo largo de dieciséis larguísimas páginas.

Hay un cuento casi en la mitad del libro que parece funcionar como la noche 500 de Scherezade, pero mal: a partir de ahí las historias se repiten, pero no por un artilugio del autor sino (tengo que creer) por genuina falta de creatividad.
Así, el tema del doble ya abordado en el primer cuento (“El otro”) aparece de nuevo en “No soy yo” y con el mismo exacto tratamiento; así, la copia infiel de “La perseguidora” (la novia que envenena a sus novios) aparece dos cuentos más adelante en “Queremos tanto a Sylvia”. Salvo por los nombres ambas narraciones parecen calcadas, además de ser muy malas.

Y hay un cuento hacia el final que merece la categoría de hito de la chantada: en “Un señor verde y viscoso” , Cortázar junta 2 relatos ya aparecidos en “Historias de cronopios y de famas”, les cambia algunos adjetivos y les deja el mismo final (que ya era el mismo para ambos en “Historias de cronopios y de famas”, libro que convendría examinar en detalle para, seguramente, hallar otras patinadas del otrora gran escritor argentino)

Más allá de los evidentes autoplagios, los cuentos de "Alguien que anda por ahí" son apenas pasables, y las historias son huecas y vacías y sin contenido.
Más bien negligentes, como repetir dos veces “huecas y vacías y sin contenido”, o hacer crítica de relatos mediocres que nunca existieron y, con un poco de suerte, nunca existirán. *



* Crítica apócrifa y envidiosa, especie de homenaje que mezcla algunas verdades con muchas macanas, escrita a la sombra de los textos inéditos de Cortázar a punto de aparecer, y con la baba por los tobillos.

Y por supuesto, “El otro” es de Borges
(Jacobo no: el otro).