martes, diciembre 14, 2010

El primer culebrón de la historia




Regreso de tanda publicitaria: sobre un fondo de cielo apenas nublado se lee el título de la telenovela mientras suena el estribillo de la cortina musical cantada a los gritos por Ricardo Montaner. Se trata de “Muchísimo más allá del horizonte”, con Grecia Colmenares como la virgen María y Osvaldo Laport en el papel de Jesús.

La cámara toma desde atrás a Laport, que está sentado a una mesa eminentemente humilde. En primer plano, de frente, se ve la cara de Grecia Colmenares consternada. Voz de Grecia en off:
“Debo decírselo…¡No puedo callarlo más!”

Colmenares cierra los ojos con fuerza mientras hace que no varias veces con la cabeza. Debe interpretarse como que no puede callarlo más.
Gira y penetra en la habitación.
Laport escucha los pasos sutiles y vuelve la cabeza. Se incorpora y saluda con una inclinación respetuosa y una sonrisa de amor filial.

- Madre…
- Jesús, siéntate – dice Grecia Colmenares - debo hablar contigo.

Laport advierte la turbación de Colmenares y deja de sonreír. Dice mientras se sienta:

- Te escucho.
- No sé cómo decirte esto, Jesús.
- Seguramente lo harás con infinita delicadeza…
- ¡José no es tu verdadero padre! ¡Jamás me tocó un pelo! Es más…¡¡¡todavía soy virgen!!!
- Ah, bueno
- ¡¡Es la verdad!! Jesús…hijo mío…¡Perdóname!
- No, todo bien – dice Laport con gesto confundido, mirando hacia abajo, como buscando una explicación en el piso de tierra - Me agarrás un poquito frío, pero todo bien. Sin embargo…

La cámara toma en primer plano la cara de Laport, que ahora tiene un gesto tenso. Ha desaparecido la mirada dulce y la boca, que tiembla ligeramente, tiene un rictus amargo y casi amenazante.

- Sin embargo, me has dado sólo la mitad de la noticia…
- Bueno… - intenta disculparse Grecia. – Es bastante complicado…
- Madre…¿quién es mi verdadero padre? Habla, por Dios...
- Bueno, justamente, jeje…
- ¡Dímelo, por favor! ¡No me hagas cargar con esta cruz!
- ¡No llames a la desgracia!
- ¡Dímelo!
- Está bien… - dice Grecia, resignada.
- Pero esta vez, sí, hazlo con delicadeza.
- OK. Tu padre…¡eres tú!
- Meee cago…¿Quién escribe esto, che?

Nueva pausa publicitaria, Montaner aúlla como nunca, se presiente un final de capítulo increíble.
Literalmente.