Como James Bond, pero no por deber ni por justicia, ni nada de eso: por cuestiones personales.
La presente es una especie de encuesta o juego de rol, aunque no espera ser contestada ni tampoco interpretada, porque ni yo he sido absolutamente sincero.
Lo que se propone es, más o menos:
¿A quién liquidarías si te garantizaran inmunidad absoluta?
De todas formas, y por poner algunas reglas que todo juego debe tener, el asunto tiene una condición sine qua non. Más allá de que el Comité Organizador (?) garantice la inmunidad del matador y la total indefensión de la víctima, es condición imprescindible que el acto sea realizado cabal y únicamente por el asesino.
O sea: nada de hacerlo desaparecer con la mente, ni de matarlo con la indiferencia, ni de mandar a otro, y mucho menos en patota. Hay que hacerse cargo de apretar el gatillo, o de suministrar el veneno, o de hundir la daga, o de empujar al vacío, o de tensar la soga, o lo que sea. Pero solito el victimario, y su alma. Téngase eso muy en cuenta, aunque se juegue sólo mentalmente y no se deje ni un mísero comentario por el divertimento proporcionado.
Nota: no es necesario explicar los motivos, aunque yo voy a hacerlo de puro exhibicionista que soy. Y por darle un poco de razón a la Packy en eso de que soy medio malo, porque algo debe haber influído Packy al recordarme aquel infausto abril…
Bien.
Puede hacerse una lista también, si usted se anima. Pero la condición arriba expresada es bastante limitante, por varios motivos. Primero por la carga psicológica (sólo se garantiza la inmunidad legal, o corporal: no la mental). Y segundo porque el Comité Organizador (???) no se encarga de los traslados, así que si usted quiere reventar a Bush, por ejemplo, averigue primero en los amistosos cielos de American Airlines cuánto le va a salir darse el gusto.
Por eso yo me he buscado una víctima de cabotaje, a la que puedo acercarme con un humilde colectivo.
Yo liquidaría a la pareja actual de mi ex novia (1).
Aunque haya aparecido hace 2 días, ese señor tiene mucho que ver con horas de dolor y de sufrimiento míos y, en contrapartida, con momentos de placer y alegría de mi ex…a mi costa.
Y digo que no importa que no se conocieran cuando ella me dejó: ya existía potencialmente en la loca cabecita de la que fue y ya no es.
Al contrario: sería más pura la venganza y más a mi medida que sea un recién arribado. Lo que quiero es que alguien la pague, ya que mi ex no va a hacerlo.
Y tampoco importa que yo lo haya superado felizmente, señores: estamos hablando de una oportunidad única de matar sin consecuencias. No lo olviden.
Y no solamente quiero que alguien pague con sangre. Quiero dejar de ser el último ex de mi ex. Quiero ponerle distancia a la distancia, no sé si me explico.
Y quiero, ya que estamos, evitarle a ese muchacho seguramente bueno como yo, la posibilidad de que una novia evidentemente abandónica lo perjudique cardíacamente (2).
Pero no quiero dispersarme, que acá lo importante es matar a alguien por motivos egoístas, y no por hacer el bien de ninguna forma.
Así que sólo me falta explicitar el modus operandi, y escuchar a mis amables lectores.
Yo lo esperaría justamente al final de un encuentro en casa de mi ex. Trataría, en lo posible, de ver cuando se despiden amorosamente, pero no lo miraría a él demasiado, no vaya a ser cosa que me resulte simpático o que justo mi ex haya enganchado a Martín Palermo y en lugar de despenarlo le termine pidiendo un autógrafo.
No.
Me concentraría en el rostro alegre de la pérfida, y calcularía a propósito que los besos que anda prodigando son más largos que los que escuetamente me daba a mí.
Acto seguido, quitaría la espoleta de una granada, contaría hasta 10, y el que no se escondió se embroma.
Es de suponer que ella ya se ha puesto a cobijo dentro de su casa. Que con mirada soñadora (pero ya dentro de su casa) se queda un instante pensando solamente en él, antes de ir hacia la cocina, por ejemplo. Y que la explosión la altera, pero al principio le suena distante.
Pero…si se demora mucho en entrar, si prefiere seguir besándolo aunque él ya esté dentro del auto en marcha, si no se pueden despegar, y las esquirlas…
Bueno, en ese caso, y por ser el que pone las reglas, digamos que se garantiza la inmunidad también por los daños colaterales, y buenas noches.
(1) No me consta, pero da lo mismo por lo que se aclara luego. Además (y atenti unas cuantas) hablo de cualquier ex que me haya hecho sufrir, no necesariamente la última, aunque es la que más recuerdo, lógicamente.
La presente es una especie de encuesta o juego de rol, aunque no espera ser contestada ni tampoco interpretada, porque ni yo he sido absolutamente sincero.
Lo que se propone es, más o menos:
¿A quién liquidarías si te garantizaran inmunidad absoluta?
De todas formas, y por poner algunas reglas que todo juego debe tener, el asunto tiene una condición sine qua non. Más allá de que el Comité Organizador (?) garantice la inmunidad del matador y la total indefensión de la víctima, es condición imprescindible que el acto sea realizado cabal y únicamente por el asesino.
O sea: nada de hacerlo desaparecer con la mente, ni de matarlo con la indiferencia, ni de mandar a otro, y mucho menos en patota. Hay que hacerse cargo de apretar el gatillo, o de suministrar el veneno, o de hundir la daga, o de empujar al vacío, o de tensar la soga, o lo que sea. Pero solito el victimario, y su alma. Téngase eso muy en cuenta, aunque se juegue sólo mentalmente y no se deje ni un mísero comentario por el divertimento proporcionado.
Nota: no es necesario explicar los motivos, aunque yo voy a hacerlo de puro exhibicionista que soy. Y por darle un poco de razón a la Packy en eso de que soy medio malo, porque algo debe haber influído Packy al recordarme aquel infausto abril…
Bien.
Puede hacerse una lista también, si usted se anima. Pero la condición arriba expresada es bastante limitante, por varios motivos. Primero por la carga psicológica (sólo se garantiza la inmunidad legal, o corporal: no la mental). Y segundo porque el Comité Organizador (???) no se encarga de los traslados, así que si usted quiere reventar a Bush, por ejemplo, averigue primero en los amistosos cielos de American Airlines cuánto le va a salir darse el gusto.
Por eso yo me he buscado una víctima de cabotaje, a la que puedo acercarme con un humilde colectivo.
Yo liquidaría a la pareja actual de mi ex novia (1).
Aunque haya aparecido hace 2 días, ese señor tiene mucho que ver con horas de dolor y de sufrimiento míos y, en contrapartida, con momentos de placer y alegría de mi ex…a mi costa.
Y digo que no importa que no se conocieran cuando ella me dejó: ya existía potencialmente en la loca cabecita de la que fue y ya no es.
Al contrario: sería más pura la venganza y más a mi medida que sea un recién arribado. Lo que quiero es que alguien la pague, ya que mi ex no va a hacerlo.
Y tampoco importa que yo lo haya superado felizmente, señores: estamos hablando de una oportunidad única de matar sin consecuencias. No lo olviden.
Y no solamente quiero que alguien pague con sangre. Quiero dejar de ser el último ex de mi ex. Quiero ponerle distancia a la distancia, no sé si me explico.
Y quiero, ya que estamos, evitarle a ese muchacho seguramente bueno como yo, la posibilidad de que una novia evidentemente abandónica lo perjudique cardíacamente (2).
Pero no quiero dispersarme, que acá lo importante es matar a alguien por motivos egoístas, y no por hacer el bien de ninguna forma.
Así que sólo me falta explicitar el modus operandi, y escuchar a mis amables lectores.
Yo lo esperaría justamente al final de un encuentro en casa de mi ex. Trataría, en lo posible, de ver cuando se despiden amorosamente, pero no lo miraría a él demasiado, no vaya a ser cosa que me resulte simpático o que justo mi ex haya enganchado a Martín Palermo y en lugar de despenarlo le termine pidiendo un autógrafo.
No.
Me concentraría en el rostro alegre de la pérfida, y calcularía a propósito que los besos que anda prodigando son más largos que los que escuetamente me daba a mí.
Acto seguido, quitaría la espoleta de una granada, contaría hasta 10, y el que no se escondió se embroma.
Es de suponer que ella ya se ha puesto a cobijo dentro de su casa. Que con mirada soñadora (pero ya dentro de su casa) se queda un instante pensando solamente en él, antes de ir hacia la cocina, por ejemplo. Y que la explosión la altera, pero al principio le suena distante.
Pero…si se demora mucho en entrar, si prefiere seguir besándolo aunque él ya esté dentro del auto en marcha, si no se pueden despegar, y las esquirlas…
Bueno, en ese caso, y por ser el que pone las reglas, digamos que se garantiza la inmunidad también por los daños colaterales, y buenas noches.
(1) No me consta, pero da lo mismo por lo que se aclara luego. Además (y atenti unas cuantas) hablo de cualquier ex que me haya hecho sufrir, no necesariamente la última, aunque es la que más recuerdo, lógicamente.
(2) Suponiendo, también, que mi ex no dejó también a éste. O a varios, qué sé yo…