
Me imagino lo que puede ser, simplemente, para un joven recién enamorado…
Porque Dawkins (profesor de etología de Oxford, teórico evolutivo, divulgador científico al nivel del gran Carl Sagan) plantea crudamente lo siguiente: somos solamente máquinas de supervivencia de los genes que nos forman.
Y si bien uno está hecho a la idea de que somos animales, de que tenemos antepasados en común con los grandes primates, de que somos primos de las ballenas y hasta polvo de estrellas (hasta acá todo lindo, como una gran familia amorosa), que te digan en la cara que sos una especie de robot preprogramado para asegurar la vida de unos genes que hace poco ni sabías que existían, es bastante fuerte.
Es como si Dawkins fuera el Morpheus de "Matrix", y uno empezara a dudar de la pastilla que se tomó…
Advierte RD en el comienzo: “En la actualidad, la teoría de la evolución está tan sujeta a dudas como la teoría de que la Tierra gira alrededor del Sol, pero las implicaciones totales de la revolución de Darwin no han sido comprendidas, todavía, en toda su amplitud. La filosofía y las materias conocidas como Humanidades todavía son enseñadas como si Darwin nunca hubiera existido.
No hay duda de que esta situación será modificada con el tiempo”
Dos nociones revolucionarias tiene el libro: la primera, que la teoría de la evolución y sus mecanismos sí pueden aplicarse al origen de la vida (aunque no haya sido abordado directamente por Darwin en su momento), y la segunda…que por el mismo camino es posible explicar absolutamente todos los comportamientos animales, el nuestro inclusive. Y que todos los comportamientos están apuntados a la supervivencia de los genes, a la transmisión ciega de esos genes a una próxima generación, a un fin egoísta de persistencia y supremacía de la manera que sea posible.
A tales efectos (y no a otros), los genes construyen sus máquinas de supervivencia, perfeccionándolas, dotándolas de nuevas y mejores herramientas, haciéndolas trabajar en conjunto, redefiniendo la vieja receta ancestral de hacer copias de sí mismos: “En realidad, una molécula que hace copias de sí misma no es tan difícil de imaginar, y sólo tuvo que surgir una vez en el caldo primitivo…”
El libro explica cómo la evolución beneficiaría variedades con alto nivel de longevidad-fecundidad-fidelidad de replicación. Explica cómo llego el momento en que el caldo nutritivo se hizo un recurso escaso y precioso, y cómo debieron comenzar a competir esos replicadores, es decir, a comerse unos a otros y a mejorar esos procesos...con consecuencias inimaginables.
“En cuatro mil millones de años, ¿cuál sería el destino de los antiguos replicadores? No murieron, porque son maestros en el arte de la supervivencia. Pero no se les debe buscar flotando libremente en el mar; ellos renunciaron a esa desenvuelta libertad hace mucho tiempo. Ahora, abundan en grandes colonias, a salvo dentro de gigantescos y lerdos robots, encerrados y protegidos del mundo exterior, comunicándose con él por medio de rutas tortuosas, manipulándolo por control remoto.
Se encuentran en ti y en mí; ellos nos crearon, cuerpo y mente; y su preservación es la razón última de nuestra existencia. Aquellos replicadores han recorrido un largo camino. Ahora se les conoce con el término de genes, y nosotros somos sus máquinas de supervivencia”