
Nunca le tuve confianza al microondas. La primera vez que noté algo raro fue cuando quise calentar unas empanadas de pollo. Calentar, se calentaron, pero el gusto no era a pollo: era cualquier cosa menos pollo. Obviamente, la mayoría le echó la culpa a "El noble repulgue" o a las hormonas que le meten a los animalitos. Yo no dije nada, pero para mis adentros pensé en las vibraciones moleculares.
Millones de microondas por segundo, millones de pulsos electromagnéticos bombardeando la carne, calentando seguramente, modificando quizás, penetrando hasta lo más recóndito para agregar energía y tal vez algo más...
Igual me comí las empanadas, y para mí tenían gusto a gremlin.
Pero yo sé (y mi familia también) que soy medio paranoico. Por eso no dije nada la segunda vez, cuando metí un pastel de papa y saqué una especie de hamburguesa gigante, durísima y de un indisimulable color gris. No había ni rastros del puré de papas y casi no tenía gusto a carne, pero a los chicos les encantó y se la devoraron. Era igual a McDonald's, dijeron.
Así que por un tiempo me acostumbré a meter una cosa al microondas y que saliera otra, a veces un poco parecida al original.
A veces nada que ver.
Cuando me preguntaban qué había para comer yo siempre decía: "Ah, sorpresa".
Estuvimos bien mientras las cosas fueron medianamente comibles. Después el horno fue haciendo cosas más complejas, como si hubiera incrementado su capacidad de transformación. Un día puse unas porciones de pizza y saqué una cosa amorfa, palpitante, que terminó en la basura.
Otro día metí un estofado, y apareció Funny, y no lo pude tirar.
Cuando llegaron los chicos del colegio primero se enojaron de que yo no tuviera la comida lista, pero cuando lo vieron a Funny se les pasó el enojo.
No sabemos muy bien qué es, pero es adorable. Es así como sin pelos, como con una pielcita nomás y unos ojazos compradores, y una colita graciosa. Ladra o hace algo parecido, y tiene un olorcito a estofado para nada desagradable.
Desde ese día no usé más el microondas, pero a veces estoy tentando de meter a Funny y ver qué pasa. Lo adoramos así como es, pero a mí me gustaría que tuviera pelos ahora que se viene el frío, y además nuncá probé el microondas en Shuffle.