miércoles, febrero 28, 2007

Escuchame

“Y de inmediato, con la excusa de querer acostarse conmigo,
comenzó a contarme su vida.”

Abelardo Castillo


En el cuento de Castillo, curiosamente, es una prostituta la que quiere hablar de sus cosas con un cliente ocasional. Seguramente el caso inverso es mucho más frecuente, es decir el pago a señoritas de la vida sólo por un rato de charla y compañía. Pero no tengo estadísticas a la mano para saber si a la señorita en cuestión eso le resulta tan “sólo”. Es decir, no sé si no prefieren el bamboleo impersonal y perfectamente inocuo, a exponerse a escuchar sordideces que en algún punto pueden reflejarlas, amén de que para escuchar es necesario prestar un mínimo de atención y para lo otro no, por lo menos en ese ámbito. Y ni hablar de emitir alguna opinión, porque eso ya requiere como un compromiso. Casi con seguridad deben preferir lo primero, entre otras cosas porque cada servicio tiene su correspondiente tarifa, pero ¿cómo presupuestar un rato de aguante seguramente denso con un perfecto desconocido? Yo supongo que deben maldecir cuando un cliente les dice que es sólo para conversar un rato. Andá a conversar con tu esposa, deben pensar.

Al margen de ésto la frase del cuento, por supuesto, juega a invertir los términos normales de algunos acercamientos puramente físicos, donde generalmente la excusa es hablar de algo con el fin no tan oculto de llevarse al interlocutor a la catrera (Gracias por poner la oreja, qué tal si ahora ponés etcétera)
Pensando en lo otro, en lo de pagar por un rato de compañía, podría tomarse al sexo como un medio de pago, también. Inconsciente, si se quiere. Cargado de matices emotivos, si se prefiere. En todo caso, retribuimos con sexo el cariño, la buena onda, la cena apetitosa o la oreja prestada. Sobre todo la oreja: no sólo nos prestaron atención y hasta nos apoyaron o nos aconsejaron, sino que al haber hecho explícitas las ideas, al poner en palabras los pensamientos, seguramente nos hemos aclarado a nosotros mismos. Eso genera placer, una especie de aligeramiento, de carga desplazada que suele favorecer los procesos genitales. Algo de eso hay en el enamoramiento de los pacientes con su analista.
No deben malinterpretarse las palabras “medio de pago” o “retribución”, porque no las estoy usando como transacción económica ni en forma irónica, a lo sumo una pequeña analogía con el ejemplo del principio. Más bien quiero decir que la excitación sexual depende de la estimulación de otras zonas aparte de las erógenas, y que puede darse hasta sin intención previa. Más de cuatro han salido con un/a amigo/a a contarle los problemas que tenía en el trabajo y han terminado de contárselos bajo la ducha de un albergue transitorio, y casi sin darse cuenta, simplemente dejándose llevar. O porque no les parecía suficiente (y con razón, si el cuerpo lo pedía) agradecer tanto bienestar con un simple abrazo.

En el final de la cadena hasta podría hablarse de amor, y entonces es bastante más profunda la supuesta recomendación de “andá a conversar con tu esposa” porque implica que para eso hay que poner en juego algo más que los genitales, y eso hoy por hoy cotiza muy alto en la alicaída bolsa de las relaciones humanas.

11 comentarios:

laura dijo...

Te viniste con todo! Demasiados temas juntos, el amor, el sexo, la retibución, el pago, el compromiso afectivo. Ahora con eso del enamoramiento con el analista me perdí. Debe ser la hora. No leí este cuento, pero me gusta mucho mucho Castillo. Leíste "la madre de ernesto?"
Mucho para pensar. Lindo leerlo de nuevo.
Beso!

In-prudencia dijo...

No sé... como gran ignorante y frívola que puedo ser a veces... sólo me gustó... no puedo hablar de Castillo porque no lo conozco... Pero puedo decir que me gustó lo que escribiste... De pronto como ya no tienes mi edad, me gustó leer eso de "la estimulación de otras zonas aparte de las erógenas"... quiero decir... a mi edad... un contemporaneo con ese pensamiento, es bastante experimentado... y bastante desgraciado también.

Como sé que no eres malo :)... me alegro..

No sé... creo que acabo de escribir muchas sandeces... pero igual las voy a publicar...

Un beso.

Sergio Muzzio dijo...

LAURA: ¿No entendió lo del analista? Hmm...¿y eso, qué le sugiere?

MILL: Nada, muchas gracias por la reaparición por ésta, su casa.

Apalabrada dijo...

Entré 20 veces y no estabas y ahora me bombardeás?
No estoy de acuerdo con este post, pero bueno...
Celebro qeu hayas vuelto!

Sergio Muzzio dijo...

Costó volver, y después volví. Muchas gracias por la constancia. Besos!

Anónimo dijo...

uffffffff es la tercera vez que escribo y se cuelga.
Volvió...volvió...es el auténtico "pul"???
El tema da para mucho, oreja, soledad, dinero, oreja, amor, amor líquido, hombre...hummmm.
Hay un cuento de Castillo que es "La mujer de otro", muy bueno, muy tanguero, sentido, sencillo.
Si esta vez no se cuelga opino de nuevo.
Saludos
caracolita.com

Ana dijo...

Dicen que los lectores nos apropiamos de los textos y hacemos de ellos lo que se nos canta, no?
Bueno don Sergio éste ha sido para mi uno de los textos más románticos que he leido de usted.

Me sentí muy identificada, de verdad. Siempre le digo a mi compañero que una de las cosas que más amo de él es que es, por lejos, el mejor amigo que tengo.
Gracias por volver de este manera!
Besos

Sergio Muzzio dijo...

ANA: Sos muy amable.
De todas formas, tratar al novio como amigo es una forma de perversión, para seguir viéndolo como algo prohibido (chiste!)
Muchas gracias.

Sergio Muzzio dijo...

CARACOLA: Pulpo auténtico, claro.
Quiero decirle a usted, y aprovecho para contestarle a Laura, que sí, que leí ambos cuentos, y que tal vez no sea tan casual como creí haber elegido a Castillo para el acápite del post. Ambos cuentos son bastante desgarradores en su sencillez y forman parte de una larga lista de relatos contundentes del pelado. Si no lo leyeron, les recomiendo a ambas 'La cuestión de la dama en el Max Lange', que tiene el agregado de un crimen perfecto.
Lo que no es perfecto es Blogger, que se anda colgando, así que siga intentando, si es tan amable.
BESOS!

Anónimo dijo...

"..aligeramiento,..carga desplazada que suele favorecer los procesos genitales." ja-ja-ja ¡me mato! muy bueno el eufemismo, ahora que en el plano de entrar a cotizar en esa "alicaída bolsa" (de las relaciones humanas) habría que pensar si tan sólo quieres ser un vulgar "broker" (como los demás) o si realmente quieres acomodar bien tus acciones, ofreciendo algo que ciertamente falta al manejar la mayoría de los "valores de transacción": DIGNIDAD... sí, sé que por ese lado tengo una especie de "temita" y también estoy conciente que hay cierto equívoco en el uso de la palabra, cuando, por ejemplo, se alude a "la vivienda digna" "el salario digno" por decir decente, suficiente o algo parecido...pero opino que en lo que son "relaciones humanas" es una especie de "sine qua non" (la digindad) muy importante. Un abrazo.

Sergio Muzzio dijo...

Uf, ahí le agregaste algo más. Yo me limitaba al "aguante" del otro, pero el tema de la dignidad viene muy a cuento. Otro abrazo.