martes, noviembre 13, 2007

C. y su “Manual Espantanovios”

5 de Noviembre de 2007


Hace menos de un mes que conozco a C.
Como suele decirse: nos estamos conociendo.
Ante esa circunstancia, uno puede optar por dos caminos: o ir de a poco viendo qué pasa o tratar de que el otro lo conozca en dos horas y compre o se retire del local inmediatamente. Los que optan por el camino rápido suelen tener preparada una lista de Condiciones Imprescindibles que la otra persona debe reunir, aceptar, cumplir, solucionar, bancar, esforzarse por entender y/o acatar a la fuerza.
O no, claro.
En general, aunque optemos por el paso a paso, todos los mayorcitos tenemos de alguna forma la necesaria lista siempre presente: yo no saldría con una menemista acérrima, por ejemplo. ¿Para qué? Seguramente tendremos gustos y formas de vida diametralmente opuestas, y perderíamos el tiempo estúpidamente.
Pero por lo demás, ciertos puntos no son ni tan blancos ni tan negros, y hay ciertas tonalidades de gris que me pueden ir muy bien, aunque yo ni lo sospeche.
Apegarse demasiado a una lista es tan malo como no tener ninguna.

Pero C. les gana a todas.
No tiene una lista: tiene un manual con índice y glosario (Ejemplo: D.U., el tipo tiene que ser D.U., Disponible y Ubicable) para que uno sepa de antemano a lo que se expone. Y, por las dudas, todo está un poquitín exagerado. Es como el prospecto de la mayoría de los remedios: si uno lo leyera con mala leche no lo tomaría ni aunque el S.W.A.T. le esté apuntando a la cabeza.
C. tiene, además, una forma particular de ir presentando el manual, que consiste en tirar 3 o 4 puntos sine qua non rápidamente, repensarlos en voz alta (y en presencia del acusado, digamos), gemir amargamente ante lo inexorable, y después mirarlo a uno con una enorme sonrisa y los enormes ojazos negros enormemente abiertos, con lo cual queda enormemente simpática y además lo que empezó como verdad absoluta termina siendo un asunto salvable, discutible, solucionable con un poco de buena voluntad, o destreza, o imaginación, o experiencia, o dinero en el peor de los casos.

Pero C. no se deja convencer fácilmente. Vuelve sobre puntos que ya estaban medianamente resueltos, insiste en que uno acabará hartándose porque, eso sí, reconoce que es complicada (”hinchapelotas” sería una definición muy justa; aunque no, mejor aún es “Hinchapelotas Redimible”, HR para futuras notas).

C. tiene, también, una especie de Club de Amigas (como yo mismo tengo a “Los Singanis”, fraternidad etílica a la que me honra pertenecer *), y el Club colabora en sostener y refinar las CUALIDADES IMPORTANTISIMAS QUE DEBE REUNIR UN TIPO.
A modo de ejemplo ficticio (o no, porque no estoy al tanto de todas las resoluciones, y sospecho que son muchas, muchas, muchas...), digamos que el Club le asigna un alto valor a la educación del varón, basándose, supongo, en el título universitario que posea. No digo que esté mal, pero lo cierto es que conozco médicos absolutamente incultos (y por ende, plomazos mal para cualquier evento fuera de un consultorio) y qiosqueros con los cuales es posible cuadrificar el círculo durante horas y apelando a fuentes de lo más interesantes, y que además bailan bien el rock.
Sospecho que el Club, puertas adentro, alienta a las integrantes a defender estoicamente los preceptos del Manual, a fin de que ninguna de las socias caiga en la deshonra de, por ejemplo, viajar en colectivo.
Y sospecho también que algunas felices traidoras se toman 3 bondis y un tren para atardecer en la pensión de un abnegado maestro de escuela que la trata como una diosa etrusca y además le ceba mate calentito.

Volviendo a C.: me encanta.
Me encanta que cada vez resulte más fácil encontrarle la vuelta a los TERRIBLES INCONVENIENTES y de que ya los presente con una sonrisa que terminará en beso, y que desde ese punto deriven consecuencias insospechadas, absolutamente placenteras, y seguramente envidiadas por más de una miembro fundadora del Club.

Y futura arpía, si no se cruza a tiempo con un valiente como el que esto escribe.





* Por supuesto, los Singanis también hablan de minas y se analizan casos, para caer siempre en la conclusión de que están todas locas, pero son divinas, y pasar, acto seguido, a la última fecha del torneo de la A.F.A.

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Y si....estaba esperando este "cuento comentario"..!! diria que sos bastante predecible...aja
Espero el capitulo... 2..¿? Ya te dige, auguro futuros capitulos..

Anónimo dijo...

Usted se esta enamorando, es lo que puedo leer entre lineas, la mejor de las suertes!!!

Ana dijo...

Uno de los poderes menos perceptibles del amor, es cómo nos transforma en personas mucho mejores de las que por nosotros mismos hubieramos sido.

Ojo! que la retirada del amor, suele producir el efecto inverso y potenciado.
Pero quien le quita lo bailado.
Besos

Sergio Muzzio dijo...

CAPU!!!! Y sí, soy bastante predecible, lo cual en algunos aspectos es una virtud inapreciable. Esperemos futuros capítulos...sólo por el aporte que podemos hacer a la humanidad, esto no es una cuestión personal EN ABSOLUTO (ja)

MARTIN: Naaaaaa, son consideraciones generales mezcladas con opiniones personales, etc, etc, bla, bla, bla...

ANA: Totalmente de acuerdo. La retirada del amor, como decís, es de las cosas más duras que conozco. Y ya que estamos, me acordé de esto de Sabina:
Lo peor del amor
cuando termina,
son las habitaciones ventiladas, el coro de reproches con sordina, la adrenalida en camas separadas

Lo peor del ayer son los despojos,
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole, sin diástole ni dueño

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,CONDENAR A LA HOGUERA LOS ARCHIVOS

Lo atroz del amor es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales,
no le quedan dos puntos suspensivos

Anónimo dijo...

Muy bueno lo que escribio.Soy de las felices traidoras que en algún momento ha hecho muchoooooo viaje , solo por unos mates calentitos, jaja.
besos
caracolita.com

Sergio Muzzio dijo...

CARACOLITA: Lo importante es que hayan estado bien cebados, yo tuve suerte.
Beso!

Anónimo dijo...

Dios, acabo de leer mi horroroso HORROR de ortografia....dije con "g" q bestia...pero bueno ud me entendió.
Imagino q no es una cuestion personal, para naaaaaaaaada...y como ya diJe..seguramente en pocos dias haya mas capítulos, como le conté, soy un poco "bruja" para esto (ahórrese los comentarios..aja)

Sergio Muzzio dijo...

CAPU: Le perdono la vida, pero lo peor que puede hacer es pedirme que no haga comentarios...y le dejé pasar "dige" como un lord inglés...aunque ya se lo cobraré con creces.
Saludos!

laura dijo...

oh, el amor

oh, las mujeres, lindas pesadillas.

feliz y dades muzzio

lb

Anónimo dijo...

Parece que el amor lo anda rondando Sergio,déjese atrapar!!,jaja...
Le deseo suerte para seguir sorteando ese "manual espantanovios" y que todo salga bien.
Un beso.

Sergio Muzzio dijo...

LAURA, LUZ, Y ESTIMADOS LECTORES:

A ver si me dejan de joder con "aaayyy, el amor" y escriben comentarios serios y comprometidos con la realidad nacional (?), acordes al post.

(MUCHAS GRACIAS!!!!!!!)

laura dijo...

oh, el amor...

Sergio Muzzio dijo...

Oh, Ahhhh, Oh my god!
Laurita...un comentario serio o te boicoteo la presentación (je)

Mr Montoto dijo...

Todas tienen su manual, para que lo contradigamos línea por línea y poder echarnos la culpa de los estragos.

La felices traidoras son una legión secreta, se lo garanto. Depende del empeño que uno le ponga a eso de desoír los mandatos del manual.

Sergio Muzzio dijo...

YAYA: Es que algunas cosas del manual están, digamos, pasables. Pero eso de que en lo posible sea abstemio...

¿Usted dice que las "traidoras" son legión? No sería tan extraño, tratándose de mujeres: hacer un reglamento justamente para no cumplirlo, siempre que haya a quien endilgarle la culpa. Sapientísimo, Maestro.

Anónimo dijo...

bueh, todo bien, sólo una pregunta acerca de "Los Singanis" ¿Tal denominativo hace referencia a ese delicioso aguardiente de uva —moscatel de Alejandría— que se elabora en los altos valles de Bolivia o es pura casualidad?

Sergio Muzzio dijo...

Exactamente, Profe: hemos comprobado que se lo puede mezclar hasta con Molikote y queda bueno, y ha sido adoptado como bebida oficial del brindis.
En el próximo post, más detalles de las reuniones, y fotos bochornosas...

Anónimo dijo...

Pues...¡Cómo envidio al grupo! yo conservo una botellita de la que extraigo el apreciado elíxir cual si fuera con fines medicinales; me parece que es distinto y mucho mejor que el (más conocido) Pisco (chileno o peruano)¿Es así? Un abrazo.

Waiting for Godot dijo...

Mucha suerte :)

Sergio Muzzio dijo...

PROFE: Alguien del grupo tiene contactos con dealers de Bolivia, haga su pedido y gustosamente le remitimos el "Casa Real". O mejor: haga un asado y allá vamos.

WAITING: MUCHAS GRACIAS!!!!

CLAUDIO MUZZIO dijo...

La senorita ya te vio rascandote la espalda con el mismo cuchillo que despues usas para cortar la milanesa...Es verdad que si el cuchillo regresa con algun liquido (sangre o pus) antes de cortar la milanesa le pasas una miguita de pan...

Sergio Muzzio dijo...

TATY: Feo lo tuyo. Porque yo jamás haría algo así y ambos sabemos quién sí lo hacía. También me acuerdo de un guarango que servía las milanesas con la mano en el plato de la visita...(si lo hacés ahora te deportan, ¿no?)

Anónimo dijo...

A la verdad que estoy contenta por ud. y por C.
Felicidades!!!
Besos.