viernes, julio 24, 2009

Crimen y castigo en la plaza del barrio

Hoy en día está bastante establecido que los que tienen relaciones con homosexuales es porque les gusta, y que para el caso son homosexuales los dos que intervienen (o tres, o catorce), por lo menos mientras llevan a cabo la relación. Más allá del rol desempeñado y del aspecto del (más) homosexual, hoy hay como una aceptación de que el asunto involucra a todos los participantes, y que "homosexual" define una relación entre personas del mismo sexo, claramente.
Cuando yo era chiquito las cosas no estaban tan claras, más bien todo lo contrario.

Antes de incinerar a algunos de mis conocidos de aquella época, quisiera aclarar algunos conceptos. Digo que hoy día está "bastante" establecido, pero no del todo, porque todavía subsisten supuestos atenuantes o excusas casi atávicos, como esto del "rol" desempeñado (pareciera que el "activo" es menos homosexual que el otro, o que hacérsela chupar no cuenta) o del aspecto del gay asumido: parece que si el "puto" se esfuerza por parecer una mujer, eso dispensa al otro y hasta lo justifica plenamente.

De todas formas, lo que voy a contar se refiere a muchachos vestidos de muchachos, sin ningún tipo de maquillaje ni ambigüedades más allá del aspecto infantil en algún caso.
Muchachos que además jugaban al fútbol, y que eran bastante guapos para las piñas y esas cosas.

Cuando yo tenía once o doce años, la placita "San Cayetano" de Villa Adelina era la cancha de fútbol del barrio, el lugar donde convergíamos desde varias cuadras a la redonda, incluso los negros del otro lado de la avenida Alcorta, gente de José León Suárez y alrededores, por lo menos tres tonos más oscuros que nosotros, los negros de Villa Adelina. Yo tenía once o doce, pero había pibes de quince y hasta de veinte años. Modestia aparte, a los que jugábamos más o menos bien nos metían en los partidos de los más grandes sin problemas.
A los que jugábamos bien y a algunos que no tanto, pero por motivos diferentes.

Sé que yo debía tener esa edad porque también estaba Alejandrito Flores, y con él fuimos compañeros solamente en la primaria. Alejandrito jugaba muy bien a la pelota, pero además era rubio de ojos claros, todo rosadito, con una melena larga de rulos, y todavía no se había "desarrollado" para nada, tenía el cuerpo redondito de un nene (o de una nena), sin nada de pelos en las piernas: una tentación irresistible para los negros como Altamirano, el Chino, Capuca o el blanquito pero degenerado Oscar Ibáñez.
También estaba Marotta (nunca supe el nombre), que era muy malo para el fútbol, pero que era alevosamente puto.

A Marotta, que llegaba siempre en una bicicleta, invariablemente, al terminar los partidos, lo metían en alguno de los baldíos que rodeaban la placita en aquella época, bicicleta incluida. Iban algunos de los mencionados arriba y otros que alternaban, un divertido grupo en general de seis o siete, y todos sabíamos a qué iban. Incluso durante el partido, a Marota le decían cosas, le hacían promesas para después o le recordaban cosas de antes.
Ninguno se cuidaba de ocultar lo que pasaba al término del fútbol, en absoluto.

Pero tampoco (creo) lo vivían como una experiencia sexual, o por lo menos no solamente sexual: a Marotta se lo cogían como castigo, por ser puto, porque eso era lo que los muchachos más grandes tenían la obligación de hacer.
Incluso yo creo que se sentían más machos por "castigar" a Marotta de esa forma: al puto se le permitía compartir el ámbito y el juego, pero después tenía que pagar por el privilegio.

Yo no recuerdo que ninguno haya admitido que le encantaba reventar a Marotta en el baldío sórdido, o que alguno dijera que no venía a jugar sino directamente a la partuza.
Incluso estoy casi seguro de que ninguno de los novios de Marotta terminó haciéndose homosexual, y hasta es probable que de grandes nunca hayan ido con un travesti. Cosas de la adolescencia, dirán.

Más allá del aspecto tierno, Alejandrito Flores no tenía ninguna característica como para que lo tomaran por homo: no era amanerado, no hablaba con voz de nena, se bancaba las patadas del fútbol sin una queja.
Pero era muy lindo: algunos de los que venían dándole a Marotta se la tenían jurada, si Alejandro todavía no era puto, ellos se iban a encargar de hacerlo en poco tiempo.
Por lindo, por blanquito, por chiquito.
Porque no los podía cagar a trompadas todavía.

Inexorablemente, cada vez que llegaba Alejandrito, Oscar Ibáñez empezaba a perseguirlo: le tocaba el culo, lo corría y lo tiraba al pasto, y trataba de besarlo, mientras los demás se cagaban de risa o lo tocaban a la pasada.
Alguna vez le toqué el culito yo también, porque los demás lo hacían y porque me daba bronca que mi compañero de grado no se defendiera directamente a las piñas.

Pero (nobleza obliga) a Marotta nunca se me ocurrió tocarlo, se ve que Alejandrito un poco me gustaba, aunque sea por su aspecto de nena, aunque a mí no se me ocurriera besarlo ni tener relaciones sexuales con él.
Pero no me aparto de la cuestión homosexual del asunto, aunque sea por las famosas indefiniciones de la preadolescencia.

Como sea, la mayoría de las veces Oscar conseguía besarlo en la boca, y Alejandro lo puteaba, y a veces alguno de los grandotes le decía a Oscar que se dejara de romper las bolas.
En cuanto terminaban los partidos Alejandrito se iba corriendo, mientras algunos ya encaminaban a Marotta y su bicicleta para el lado del baldío: Alejandrito sabía, supongo, que un día demasiado caluroso podían meterlo de prepo a él también.
Para castigarlo, por supuesto.
Para que los chicos bien machos le dieran su merecido al putito.

Un poco después Alejandrito se pegó un tiro y se mató, aparentemente jugando con un arma del padre. Nunca pudimos comprobar si finalmente se volvía puto como Marotta que, entre nosotros, siguió recibiendo su castigo invariablemente al finalizar cada partido.

30 comentarios:

ZoePé dijo...

Tristeza es lo que sentí cuando terminé de leer el cuento. Redondito el relato.
Besos!

Sergio Muzzio dijo...

Lamento desilusionarla, ZoePé, pero no es cuento. Alejandrito se mató (dicen que sin querer) y yo lamenté mucho haberle tocado el culo un par de veces: me quedó siempre la idea de que le estábamos haciendo la vida insoportable.
Besos!

Sergio Muzzio dijo...

...con lo cual lo de "Crimen y castigo" tiene más connotaciones que la mierda, ¿no?

Anónimo dijo...

Qué garrón ver los comentarios y descubrir que no era un cuento... Por favor, digamé que lo que le hacían a Marotta no era contra su volutad (no la suya Muzzio, la de Marotta). Porque si es así, estamos hablando de algo serio. Serio y feo. Y eso no se justifica con la "crueldad infantil"...

Gringo dijo...

Cito: "a los que jugábamos más o menos bien".
¿Vos eras de esos? Si escribiste esa frase es porque realmente jugabas/jugás bien a la pelota y creo que está muy bien admitirlo.
Yo, en cambio, debo confesar que era/soy de los que NO juegan bien a la pelota, pero traté de disimularlo con mi buen panorama de la cancha y mi inteligencia para mirar el partido.
Claro, en el barrio a nadie le importaba una mierda el panorama o la inteligencia. Si eras feo con las piernas...... andá al arco!

Sin querer escribiste sobre fútbol y putos... ¿Viste que podías?
Je, un abrazo y sin insultos:

gringo

Sergio Muzzio dijo...

Yo estaba medio al margen del asunto "Marotta", pero me parece que más que contra su voluntad se lo hacían contra la ligustrina, nomás...

Sergio Muzzio dijo...

La anterior era respuesta para Esdecirdecir.
Para el Gringo, me remito a las pruebas (mejor con clic derecho y "Abrir en una nueva pestaña"):

Un wing con futuro

Winter dijo...

Sergio, bastante horrible el asunto, lo que me gustaría saber es que te llevó a transformarlo en un relato para tu blog?
Un saludo, un buen relato si fuera ficción...

Sergio Muzzio dijo...

¿Por qué "si fuera ficción", Winter? Es un buen relato, y es bastante horrible, y es verdadero.
Es una de las formas en que se manejaba (¿maneja?) el tema de la homosexualidad o sexualidad inmadura entre chicos, y es una opinión de cómo a esos chicos no les parecía (¿parece?) que sean actos homosexuales los que hacían. Y es el relato de la tragedia de Alejandrito, que siempre me pareció relacionada con toda esa sordidez.
No es que haya intentado hacer un cuento de eso, aunque es un elogio que a algunos les haya parecido eso. Pero es deformación propia, nomás.
Saludos!

El Profe dijo...

Sí, parecía el reclamado cuento, en cuyo caso hubiese comentado "¡Estremecedor! tristemente estremecedor" pero habida cuenta que se trata de un caso real no queda otra que decir:Putos todos ¡Un desastre!

Sergio Muzzio dijo...

El Profe: Puta madre, tenía la esperanza de instalar un debate sobre esa zona riesgosa del despertar sexual con mucha calle, o por lo menos de dar una visión polémica de algunos comportamientos "varoniles" de mi infancia, y que alguno me dijera que conocía casos similares. Pero lo han tomado por el lado del relato canallesco, y así voy a quedar como el único degenerado de la cuadra...

laura dijo...

boludo...!!! q fuerte

El Profe dijo...

Es cierto que algunos "especialistas" dicen que la niñez es ambigua en cuanto a su definición sexual ¡Patrañas! Lo que pasa es que los códigos ya no son rígidos como antaño; si alguno de nosotros -los pibes de entonces— le decía a otro que era marica ¡seguro que lo era y chau! o debía demostrar lo contrario en la ordalía de los puños; es cruel, sí, pero nadie jugaba a ser puto por ratos y guapo por otros. Es triste, pero si tocabas varoniles culitos...no sé.

Sergio Muzzio dijo...

LAURA: Iba a ser una opinión y nada más, pero salió eso de Alejandro y se mezcló bastante...por suerte. Parece que así ganó el relato.

EL PROFE: Estoy empezando a pensar que mi infancia no fue todo lo normal y común que yo creía hasta ahora (o ustedes tienen mejor memoria selectiva que yo). Trataremos de sacarle algún rédito, porque me acuerdo muchas historias que rozan lo escabroso, como para que Laurita diga "Bolú...qué fuerte!". Tal vez cambie el relato de marcianos que tenía por uno acerca de cómo matamos a mi tío Jorge, el borracho.
Buen fin de semana!

ZoePé dijo...

La del tío Jorge funciona, le cuento.
Besos. Buen fin de semana.

laura dijo...

a mí me gustan mucho lo relatos que cuando termino de leerlos lo único que me sale es decir bolú, qué fuerte! porque así resumo yo lo que me queda retumbando en la cabeza. no me da para hacer análisis sociólogicos más profundos, más bien los pienso, los siento. es un tema bravo. lo del tío Jorge, siempre y cuando la causa ya haya prescripto, cuente nomás, cuente

Cesar dijo...

No se preocupe, Muzzio, sepa que también yo cuando niño me enteraba de cosas parecidas, aunque nunca afortunadamente presencié ninguna. Y sí, coincidentemente el tema del castigo por trolo también estaba presente. Sí presencié una vez, en sexto grado, un cruel interrogatorio de un par de compañeros míos a otro que sí tenía amaneramientos bastante evidentes, con preguntas catedráticas y profunda como "¿Te la metieron alguna vez?", y así y todo, el pibe respondía, con dignidad, en ese caso que no, no se la habían metido. Y así. Eso sí, hoy en día, este chabón sí es declaradamente homosexual. Pero también un par más que no lo aparentaban en lo absoluto. Al menos en ese momento. Ah, y una de mis ex-compañeras de primaria se hizo lesbiana. Esto como un comentario, nomás.

Zeithgeist dijo...

Por dios... siempre amé mi infancia y adolescencia comparandola con lso de los demas, porque justamente NO había nada sexual. Pero nada eh?
Solo un traumadito del lado, hermano de mi mejor amiga por aquellas epocas, que tenia el padre gay, y se ponia en 4 patas y se montaba a los perros detras (vestido obvio) supongo q recreando algo q vio haciendo al padre, no lo se.
Pero me da una pena infinita que algunos chicos pierdan la inocencia tan pronto y de forma tan brutal.

=(

bech dijo...

Le cuento que hace mucho yo tenía un noviecito lindito así, para nada amanerado, todo lo contrario bien deportista y todo lo demás pero el grupete varonil en cuanto podía lo jodía con alguna bromita por su arrastre entre féminas y homosexuales obviamente.Y tuvo sus bajadas de lienzo en joda o no tanto...

Nada quever el tipo está rebien casado y no se qué más hará de su vida pero no lo veo en esa.
La envidia de los feos hace cualquiera y sí, los que curten son tan homosexuales como el bien definido.

:D

Sergio Muzzio dijo...

ZOEPE: ¿Qué, ya lo conté?

Sergio Muzzio dijo...

LAURA: Ah, sí...fue hace un montón de años...erámos inimputables, va a ver.

Sergio Muzzio dijo...

CESAR: Lo de la compañera lesbiana es un dato interesante, ¿tiene contacto? Habría que investigar cómo se comportan las nenas con esos temas.
Averigue y me cuenta.

Sergio Muzzio dijo...

ZEITHGEIST: Pero en la adolescencia ALGO sexual debe haber habido, haga memoria. Y es probable que venga en forma medio brutal, o que parezca eso. Tal vez ahora es menos brutal porque hay menos historia con el tema, sobre todo con la homosexualidad: hoy por hoy no hay programa (novela, chimentos, entretenimientos, hasta en el noticiero calculo...) donde no aparezca una persona homosexual...casi que ahora exageran la nota, pero los pibes, digamos, ya desde muy chiquitos tienen otra preparación con todo eso, ¿no? Antes se pasaba de Sarah Kay a la princesa rusa, ese era el tema.

Sergio Muzzio dijo...

APA: Esa es otra vuelta de tuerca, lo de tratar al "lindo" como con dudas, pero por envidia. De todas formas, el asunto es el mismo de mi historia: los participantes no se ven a sí mismos como parte de la cosa, y eso es a lo que apuntaba mi relato.

El Profe dijo...

Bueno, tampoco estábamos dentro de un tupper; como alguien ya anotó, no había nada, absolutamente nada sexual entre los miembros de la barrita; encuentros con la sexualidad sí, por ejemplo unos cuantos tuvimos la experiencia de ver a un ciruja —sin que él se percatara— en plena masturbación; nosotros escondidos no sabíamos que hacía, pero presentíamos que era algo tremendo porque el ciruja se había escondido para hacerlo; esta situación tuvo un desenlace agridulce que no viene al caso, pero sí fue el punto de partida para que algunos empezaran a conocer esa faceta de su crecimiento corporal; ¡ah, sí! tendríamos alrededor de los diez añitos, actualmente los pibes —"gracias" a Tinelli— pueden competir con la Rampolla, sin ninguna duda.

Sergio Muzzio dijo...

No tiene que ver exactamente con el tema, pero yo creo que, por más preparación, educación sexual, charla franca, televisión chancha, etc, llegado el momento hay un componente medio salvaje en las cosas sexuales que resulta difícil de asimilar de entrada, hay un topetazo con sensaciones bastante irreconciliables con la fría teoría y los artículos neutros. Yo recuerdo mi primer beso "en serio", digamos, y recuerdo que me sorprendió la proximidad de los dientes, por ejemplo. Parece obvio, pero no lo había tenido en cuenta, y me resultó un tanto desagradable...por un rato.

Gringo dijo...

Apa! Leí todos los comentarios. Y yo que entré cuando el contador marcaba 2 o 3.... no había nada de esto.
Volví porque quería decirte algo así como "¡culiado, es cierto, jugaste al fulbo...! ¡Y EN RIVER!" Bueno, estuviste cerquita del sueño de todos los de mi cuadra; encima parece que escribís para la gente de la tele. .... No sé che.... creo que voy a dejar de decirte puto, culiado y todo eso.... Aunque justo para este post viene al pelo. ¿Voy a tener que tratar de señor muzzio?

Por unos renglones voy a tratar de hablar en serio. A mí me gustó el texto/cuento. Está buenísimo. Ficción o realidad, no importa. (aunque sería muy grosso si fuera ficción) Qué se yo..., no es pa perturbarse tanto.
Nunca vale reprimir la escritura; de última después te entretenés respondiendo comentarios.
Un abrazo.

p.d: en la cuadra había uno de los chicos que nunca jugaba al fútbol porque tenía asma. Pobre. Si bien era del grupo y todo, el hecho de no participar del fútbol (75% de lo importante en aquellos años) lo dejaba afuera de muchas instancias secundarias. Es al día de hoy que nadie sabe a ciencia cierta si es o no es... ¿lo digo? Si es o no es puto.

Sergio Muzzio dijo...

Señor Gringo: NO, ya le dije que no "escribo para la tele" ni quise dar a entender eso. En realidad fue raro que me llamara Rozitchner al laburo para proponer eso y lo enganché con lo de Greenpeace, etc. Digamos que exageré ambas cosas, como hago casi siempre: ni Alejandro dependía de mis escritos, ni Greenpeace de que yo saneara el Riachuelo, eso es clarísimo (pero sí mi novia de que salvara a los perritos y por supuesto no lo hice porque preferí escribir el post...)
Ahora, si usted quiere seguirme la joda para terminar siempre en culiado, puto, etc...allá usted. Ya seré famoso en serio y usted podrá seguir haciéndolo y hasta levantar minitas contando cómo me maltrata.

También es cierto que jugué en River y que fui compañero del Pipo Gorosito. Pero terminaron echándome, así que tan bueno no era...

Con respecto al texto, veo que, en general, les hubiera gustado más si fuera ficción. A mí me parece "grosso" que haya sido rigurosamente verídico, nombres incluidos. Y sospecho que todos (como ahora me cuenta usted) tenemos historias de esas, y hasta me parece que voy a hacer una serie de cuentos sobre el tema de los despertares sexuales complejos.
Hay uno que me parece que encaja, le dejo el link:

Puntos de vista

Gringo dijo...

Sabés qué? Ese cuento del pibito que le saca fotos por celular a la hermana creo que fue el primer cuento tuyo que leí. Me llama la atención que no haya escrito ningún comentario, pero recuerdo perfectamente su lectura. Te vengo leyendo desde hace tiempo che!

Ahora que aparecés en tele me voy a convertir en tu amigo!!!! (cuac!)
Adío.

p.d: seguro que alguien va a decir alguna vez (o ya lo dijo) "en las inferiores de River había muchos pibes que la rompían... pero pocos llegaron. Pipo Gorosito fue uno de esos pocos aunque el que realmente la llevaba y era el motor del equipo era un tal Muzzio. ¡Cómo jugaba el melenudo ese!" (Viejo de boina sentado en la tribuna del monumental 2hs antes del partido)

(¿te gustó lo de "melenudo"? jaja)

Sergio Muzzio dijo...

El Pipo en las inferiores la des-co-sí-a...nos sacaba 10 cuerpos de ventaja a cualquiera. Yo jugué hasta los 15, y se notaba que Gorosito estaba para mucho más. Aunque el "motor" del equipo, como vos decís, era el Loco Dalla Líbera por personalidad, por loco, porque le encantaba ganar. De hecho, el capitán era David Dalla Libera (ignoro en qué momento empezaron a llamarlo "Mariano"...cosas del loco...)