jueves, abril 07, 2011

¡Llamen a Christopher Walken!


"La zona muerta" es una película basada en la novela homónima de Stephen King. Narra la vida de Johnny Smith (Christophen Walken), el cual, luego de pasar varios años en coma, despierta con el poder de ver el futuro de las personas que toca. Johnny descubre varios misterios locales, pero la historia alcanza el clímax cuando Johnny se cruza con Greg Stillson (Martin Sheen).

Stillson es un sicótico, ex turbio vendedor de Biblias, ex turbio agente de bienes raíces, ex turbio alcalde de un turbio pueblo de New Hampshire y que ahora se postula (turbiamente) para la Cámara de Representantes. Desde que está metido en política, el estilo tosco de Stillson provoca más bien verguenza ajena y miradas peyorativas, pero... el tipo sigue subiendo en las encuestas.

La gente (poca al principio, mucha después) le festeja las payasadas, confunde el discurso patético de Stillson con sencillez campechana, confunde los "regalos" del político con generosidad, confunde las bravuconadas con valentía, la mojigatería con la fe y la moral.

Stillson dice ser un instrumento de Dios (otro más), y a mucha gente le encanta.


Todo eso lo ve Johnny Smith cuando estrecha la mano de Stillson. Pero ve más: ve a Stillson increíblemente convertido en Presidente de los Estados Unidos; lo ve desencadenando una guerra nuclear de niveles apocalípticos.

Y por eso decide matarlo...

A mí me encantan las historias de conspiraciones, tengo que admitirlo. Me encantaban Los expedientes X, y estoy investigando por mi cuenta qué hay de cierto en que luna es un satélite artificial , colgado ahí para espiarnos andá a saber por quién. No me las creo, pero me gustan: me novelan la realidad y me mantienen entrenado el pensamiento lateral, digamos. Y también me gustan las analogías.

Será por eso que cuando lo vi al diputado salteño Alfredo Olmedo (el "Príncipe de la soja", el homófobo de "tengo la mente cerrada y la colita también") con la campera y la gorrita amarilla, diciendo que la solución para la droga es que vuelva el servicio militar obligatorio, me recordó muchísimo a Stillson y su casquito de obrero de la construcción; cuando me enteré que Olmedo habla contra el clientismo político pero sortea una Hilux (amarilla) entre los que van a sus actos, cuando me enteré que piensa postularse para Presidente...me acordé del sicótico de la película.



Cuando me enteré que el moralista Olmedo tiene juicios por trabajo esclavo en sus campos de La Rioja y que usó una foto de Messi de la que Lio no tenía ni idea que le habían sacado ("Qué sé yo...tánta gente se saca una foto conmigo en los aeropuertos...Nunca pensé que la iban a usar para algo así..."), cuando escuché que el diputado estaba "de novio" con Rocío Marengo ("¡Mis compañeras fuman marihuana!"), cuando me enteré que el ídolo de Olmedo es Dios...me acordé de la película.


Y caí en la cuenta de que no tenemos un psíquico como Johnny Smith: convengamos que las predicciones de Lilita Carrió son peores que las de Horangel. Y además que no la veo a Lilita agarrando un rifle. Sobre todo no la veo escondiéndose entre las butacas de un teatro para dispararle: el cinturón gástrico no da para tanto.

Por ahí yo soy un poco paranoico, pero a este país lo gobernó gente con discursos y métodos muy parecido al de Olmedo; tenemos diputados cuyo único mérito es tener guita y slogans ("Votame, votate. Alica, alicate...": los chistes los ponemos de nuestro bolsillo, pretendiendo burlarnos los hacemos quedar simpáticos y los tipos asumen y después van por más); a lo mejor una mina linda al lado, o varias, porque la imagen de ganador garpa. Y un par de frases, o hasta palabras sueltas: inseguridad, droga, orden, moral, Digo lo que dice la gente, No al aborto, Acá hay que volver al respeto...

Olmedo, el príncipe sojero, tiene la suerte de que nadie en los medios lo toma en serio: pésimos periodistas lo invitan sin documentarse, sin poder repreguntar. Pensando, seguramente, que lo van a manejar de taquito. Le facilitan muchísimo la campaña a Olmedo, y el tipo suele dejarlos bastante mal parados.
A mí ya no me hace gracia que lo inviten a esos programas para "burlarse" del tipo.
Yo lo que quiero es que llamen a Christopher Walken.






4 comentarios:

Diego Terán dijo...

Walken es sólo un actor que interpretó un personaje de King. Mejor reclamá por un Sante Caserio, un Kurt Wilckens. ¡Lo fácil que habría solucionado esto Severino Di Giovanni! Cuatro tiros bien puestos, una puteada en italiano y después hubiera escapado a pie. Y mientras rajaba hubiera llamado a la cana para burlarse. Todo verídico. Buen artículo, Muzzio, ese tipo me da escalofríos. Más escalofríos me da pensar que mi viejo, que vive en Salta, es capaz de votarlo. Ya le preguntaré a qué corrupto ayudó.

Sergio Muzzio dijo...

Bueno, lobo...al final no ganó. ¿A quién votó tu viejo...?

Esto de las conspiraciones es adictivo: estoy casi seguro de que David Icke es el Coronel Straker de U.F.O. En un rato, las pruebas...

Diego Terán dijo...

Votó a Urtibey o como se escriba, creo. Una mierda. Ese tipo se resiste a cambiar el código, que es anticonstitucional y pre-democrático. La comunidad LGBT es perseguida casi con total impunidad por los perros de la guerra del sistema. Parece que a los oficialistas les hace ruido, porque de eso ni hablan. Se verá, por lo pronto yo estoy tratando de abordar el tema desde la ficción. ¿Y lo de las conspiraciones? Che, que ya es 15 de abril!

Sergio Muzzio dijo...

Uh, me colgué...ya viene!