lunes, marzo 05, 2007

Orientales

Las investigaciones de Ramírez
Por el Prof. Emanuel Ramírez
bioquímico, investigador, docente universitario y reina de Gualeguaychú 1998




De entre los varios mitos que circulan con respecto a los orientales, uno de los que encierran parte de verdad y que se puede comprobar con relativa facilidad es aquel que postula la dificultad para calcularles la edad, sobre todo cuando pasan de los 40. Tomemos por ejemplo al japonés de la tintorería “Mi Okinawa querido”, de Villa Ballester: personaje entrañable, buen anfitrión y pésimo tintorero, cuya apariencia nos hace dudar entre los 50 y los 90 años, o más. Con el propósito de dilucidar la cuestión, y de paso retirar un ambo cruzado, fui al encuentro de Chow Fan Nakamara y confieso que obtuve más respuestas de las que esperaba.
Reproduzco parte del inquietante diálogo:

- Sí, muchos años en Argentina, desde época de Perón – dice Nakamara sin nada de acento.
- ¿Y siempre con la tintorería?
- Siempre – y sonríe mientras me alcanza un té de amapolas bien cargadito.
- ¿No hay demasiado vapor acá? – pregunto, aunque ya huelo a tela chamuscada. El tintorero, hierático, retira de la plancha un vestido de dama blanco con una evidente quemadura, y sin inmutarse lo pone en un canasto etiquetado, obviamente, en japonés, probablemente katakana, cantonés o mandarín antiguo: no puedo distinguirlo porque no sé absolutamente nada de japonés.

- Vapor en Argentina malo – dice Chow Fan, serio -. Muy malo.
- Acá tengo la boleta del ambo que le traje la semana pasada.
- Ah…otro. Vapor malo, muy caliente. – dice, y yo prefiero volver al tema de la edad de Nakamara, por lo menos al intento de averiguarla:
- O sea que usted se vino de joven para acá, en la época de Perón.
- Año ’45…pero no joven ya – dice terminando su té y sirviéndose un vaso de cerveza Quilmes Cristal.
- ¿No era joven? – digo agarrando un vaso diminuto en el que Nakamara me ha servido sake. Me estremezco un poco, porque puede ser la confirmación de mis sospechas.

- Boleta dice “No pagó”.
- No, se lo pago ahora cuando me lo dé.
- Antes no era tintorero – dice él, y por un momento se queda con la mirada perdida en el vacío -. Antes poderoso Samurai – culmina Nakamara. Y se llena su propio vasito de sake.
- ¿El ambo está bien, no? – digo, y enseguida me arrepiento y espero que él no pierda el hilo de lo que estaba diciendo - ¿Usted fue samurai, Nakamara?
El japonés asiente imperceptiblemente con la cabeza, pero se aleja unos pasos y para mi desgracia lo veo hurgar en el canasto donde puso el vestido quemado. Sin darse vuelta, lo oigo murmurar:
- Servicio secreto del Emperador N’sun Tue – escucho mientras lo veo liar un cigarrito de opio.

- ¿En qué año fue eso? – me tiro a fondo.
- Hmm…22 o 23. Mil setecientos. – creo escuchar. Pero Nakamara ha tosido sobre su última frase, y sobre una camisa blanca. Queda horrible la escupida de opio sobre la camisa blanca, y el tintorero la mete también en el canasto del cartelito extraño, y se sirve otro sake pero en el vaso grande de cerveza. Siento que el corazón me late desbocado, aunque trato de mantener la calma.
- Si debo creer su versión entonces usted debe andar por los 300 años más o menos.
- Mil setecientos hombres: yo tenía 22 o 23 años .
- Ah...
- Me quería mucho Kirchner...
- ¿¿¿Quién???

- El Emperador – dice Nakamara con un eructo, y por un momento parece confundido. Pero sigue -: los del servicio le decíamos “kirchner”…, que en japonés quiere decir “bizco”, así nadie sabía de qué hablábamos… Porque el Emperador tenía un problemita en el ojo...
- ¿Cuántos años tenés, japonés?
- No debe nada del ambo – me dice Chow Fan y me alarga un buen cigarro de opio y otra taza de té de amapola. Lo veo ir hacia otra de las planchas y retirar un pantalón intacto. Nakamara lo mira de un lado y del otro, casi con incredulidad, y luego lo cuelga con aire triunfal. A esta altura el vapor en la tintorería es denso y hay estrías rojas en los ojos del tintorero cuando se da vuelta. Aunque puede ser el vapor, el humo de la ropa quemada, el sake, el té de amapolas o el opio. O la cerveza Quilmes , a la que Nakamara se ha hecho tan afecto que parece argentino, y que ahora bebe directamente del pico.
- ¿Le hago una pregunta? Ese canasto, donde pone esa ropa…
- ¿Sí?
- ¿Qué dice en el cartelito?
- Dice: “Ropa quemada: Hablar del Emperador o cualquier otra boludez

Y se duerme sobre la plancha. Me retiro en silencio, y definitivamente compruebo que es muy difícil averiguar la edad de los orientales.

24 comentarios:

laura dijo...

Estoy cero creativa y muy cansada, pero no quería dejar de decirte que admiro con la naturalidad con que escribís de lo que sea, impecable, mucho oficio, Muzzio. Como simpre lindo leerte. Y no hay caso: siempre me arrancás una sonrisa!
un placer
laura b

AnTo.- dijo...

RAMIREZ TE AMO!

Waiting for Godot dijo...

Un colega de mi oficina cumplió 50, es de korea, yo le daba 30 como muchos, tienes razón!

Waiting for Godot dijo...

Además escribes del Carajo!

Ana dijo...

Vamos Ramirez carajo!
No sólo es dificil adivinarles la edad, también es casi imposible descifrar su verdadera nacionalidad. Por eso no queda más que creerles.
Para mí que lo de la sabiduría oriental es verso, el tema está en que nadie les puede comprobar las mentiras.

(muy bueno como siempre)
Besos

Cucusita dijo...

MA GIS TRAL

Para cuando el siguiente ???

Salu2 Ser, un placer leerlo, laik olgueis.

Beso

Sergio Muzzio dijo...

LAURITA: Muchas gracias. Soy un aprendiz con ganas, es eso.

Sergio Muzzio dijo...

ANTO: Ramírez dice que también, pero ya sabemos que este pibe...bueno...

Sergio Muzzio dijo...

WAITING 1 y 2: Me encantaría que se lo mailearas (con el sobrecito que hay debajo). Y muchas gracias, y me saludas a Máxima si te la cruzas.

Sergio Muzzio dijo...

ANA: Ah! Me habían dicho algo de que, dependiendo de para dónde tenían los ojitos estirados, se podía establecer la nacionalidad. Pero no me acuerdo...habrá que pedirle a Ramírez que continúe investigando.
(muchas gracias)

Sergio Muzzio dijo...

CUCUSITA: Next 'Ramírez' or juát? Kisses for U and mini-mi baby...

Anónimo dijo...

Sergio,
"Las investigaciones de Ramirez" es un buen título para un libro recopilatorio de sus andanzas investigativas ¿no le parece?

Sergio Muzzio dijo...

Muy amable, Fer. Dejémoslo reposar...unos cuantos años.

Mr Montoto dijo...

Con el paso de los posts, éste se convirtió en mi blog humorístico de cabecera.

Sergio Muzzio dijo...

Era lo que me temía: usted no me toma en serio (muchas gracias)
Y le cuento que a lo mejor abro un blog directamente para tirar la chancleta con el humor: al fin y al cabo hasta Laje se hace el gracioso...

laura dijo...

Laje se hace el gracioso? O chucky Lage de Matías Martin? En todo caso mi pregunta es: usted escucha a Lage?
Yo también te leo siempre.
Beso

Anónimo dijo...

jure que no lo escucha a Laje "por Dio"....jajaja al menos mienta y diga que es fan de Gonzalez Oro....porfi...
puaj.puaj....
Caracolitayaguantegelblung.com

Sergio Muzzio dijo...

LAURA Y CARACOLA: Una vez (aunque nadie me lo crea) Laje tuvo un programa de entretenimientos (en canal 9, obvio) y se hacía el gracioso. Duró lo que un pedo en una cesta de mimbre, por supuesto. Pero fue vox populi.
En todo caso la respuesta a ambas es: Nooooo!!!!

Waiting for Godot dijo...

Hola !
El problema es que el chamo solo habla holandés o inglés y yo como traductora tengo miedo terrible de perderle la esencia a tu grandioso texto.
La Máxima en Holanda es La Reina, los holandeses la adoran, los argentinos no sé que tanto, no creo que todos.
Un beso.

Sergio Muzzio dijo...

Waiting for Godot: Claro! No tuve en cuenta eso!!! Aunque te aseguro que tu traducción al holandés seguramente sería mucho mejor que la mía...
Con la realeza tengo algunas diferencias, pero es un tema personal: supongo que a muchos les gusta Máxima, incluso el papá.

jmslayer dijo...

La otra vez en el gimnasio (sí, voy al gimnasio, pero una vez por semestre) un ponja se paró arriba de una de esas pelotas inflables enormes que las minas usan para hacer boludeces, y todos los presentes nos quedamos boquiabiertos, porque hay que tener mucho dominio de sí mismo y mucho equilibrio para hacer eso. Con tal que el ponjita, de escasos 60 kilos con 1.75 de altura, tenía un equilibrio y una fuerza que dejó pasmados a los patovicas pelotudos que no salían de su asombro.
Muy lindo el relato, jovén.

Sergio Muzzio dijo...

Yo no estoy yendo al gimnasio, en los últimos 42 años. ¿Qué dice que hacen las chicas con esos inflables?
Muchas gracias, buen hombre.

Anónimo dijo...

Ja-ja ¡que engendro el "japuchino" y encima argentinizado! Recién vi una publicidad de ponía a Julio Boca en Japón, atrapado en un ascensor! y un japonés del personal de vigilancia al ver el monitor decía "¿ese no es Julio Boca?" y otro le repondía "no sé, todos los occidentales son iguales.." ese desconocimiento del prójimo (bueno, no tan próximo) que no pertenece a nuestro entorno o esquema es inherente a la condición humana pero...al final ¡el ambo!¿que tenía el ambo? ¡no quiero ni imaginarme! ja-ja

Sergio Muzzio dijo...

No lo sé: el ambo es de Ramírez y yo ni le preguntaría...