miércoles, marzo 19, 2008

Prohibido morirse en Francia

Hallaron muerta en Francia a la enferma terminal que había pedido la eutanasia

La francesa Chantal Sebire, de 52 años, sufría un tumor incurable y había solicitado sin éxito a la Justicia de su país el derecho a la eutanasia. Hoy fue hallada muerta en su casa, según informó el Ministerio del Interior. Aún no se sabe cuáles fueron las causas. Sébire tenía tres hijos y padecía una rara enfermedad que le producía dolores terribles. "No es mi rostro deforme lo que me fastidia", había declarado la mujer, "el dolor es tal que me obliga a pedir ayuda". Antigua profesora, Sébire padecía un esthesioneuroblastoma, un tumor degenerativo en la cavidad nasal que le desfiguró la cara, con el consiguiente dolor que eso genera. Sólo 200 personas en todo el mundo padecen este mal. La ayuda que pedía era que la dejaran morir. Había solicitado a la justicia que permitiera que uno de los médicos que le atendía fuera autorizado a "suministrarle las sustancias necesarias para que su vida terminara de forma digna y serena". Sin embargo, el tribunal de Dijon consideró inaceptable la petición "en el estado actual de la ley", siguiendo lo que antes había indicado el fiscal de la República (equivalente al procurador general) sobre el mismo pedido. El caso de Sébire reabrió en Francia el debate jurídico, social y político sobre la eutanasia.



De casualidad, dos noticias de Francia relacionadas con la muerte, aunque bien distintas.
La del post anterior, risueña, cuenta la historia de un alcalde que prohibe morirse por falta de lugar en el cementerio.
Y ésta, la de Chantal, cuenta cómo le negaron la eutanasia y cómo, al parecer, se cagó en todos los soberanos Tribunales que la condenaban a seguir sufriendo y se fue por las suyas.

Nada tiene de risueña esta última, al contrario.
Los Tribunales acotaron que que su demanda es "contraria al Código Penal" y al "Código de la deontología (ciencia de los deberes) médica". En algún lado de la deontología debe figurar el concepto de vida digna, y si yo fuera Chantal ni siquiera me hubiera importado mucho justificar los dolores: esa de la foto no es Chantal, debe tener otras fotos, otros espejos que la mostraban distinta, y que le dieron todas las clases de deontología que necesitaba para tomar sus decisiones.


Las causas de la muerte aún no se conocen.
Yo creo que están en la foto, y en la soberana insensibilidad de los soberanos tribunales.
Pero esto es así, y los mismos que piden la pena de muerte se rasgan las vestiduras ante la eutanasia. Allá ellos y sus dioses.


Desde aquí le mandamos un saludo a Chantal y a su dignidad contraria al Código Penal.


Menos mal que no vivía en Sarpourenx, porque andá a saber cómo la castigaba Gérard...

3 comentarios:

GABRIELA dijo...

Vaya...
A veces uno se queja por tantas pavadas...
En fin...
Es la primera vez que salgo sin reírme de su blog, pero valió la pena leerlo.
Chaucito

Ana dijo...

"En algún lado de la deontología debe figurar el concepto de vida digna"

Eso mismo, aunque sea en algún lugar del mundo no?

Que fácil es ser "correcto y bien educado" con la vida, el cuerpo y el dolor ajeno.
Bien por Chantal, y su (al fin) descanso en paz.
Saludos

Sergio Muzzio dijo...

GABRIELA: A veces no andamos muy cómicos, tenemos días y días. Lo importante es que le haya provocado leerlo. Muchísimas gracias.

ANA: Oiga, nos van a demandar por apología del suicidio...Laaa fiebre de un sáaabado azulll...