
Después de unos cuantos días, finalmente hoy me llega un mail del
Gringo Me emociono antes de leerlo, porque puede ser lo que necesito para arrancar un cuento estancado, pero es al pedo:
"Acá te adjunto un archivo en word. Pero no te emociones mucho porque mi aporte es casi cero.
¿Sabés lo que pasa Sergio? Es que no me sale construir un diálogo en el que los personajes tengan otros códigos, otra forma de hablar. Ya tenía una gran contradicción con los diálogos de mi propio cuento (que muchos se encargaron de señalarlos como “poco reales”) entonces inventar, imaginar, ficcionar algo ambientado en esos tiempos…. Creo que no me da.
Puedo imaginar toda la situación, pero ponerle la voz a los personajes, ya no. Además, la lectura de poesía gauchesca me dejó en offside porque no sé si los gauchos hablaban así o si la poesía es una exageración (o sea una poesía) de la forma de hablar. Con el agregado que está escrita en versos.
Voy a seguir laburando en mi cabeza la idea y cualquier cosa que se me ocurra te la mando al mail y quizás te sirva. "
La situación es la siguiente: el Gringo tiene un cuento largo muy bonito y sin terminar ambientado en el campo. Yo lo leí y fui uno de los que señaló algunas falencias en los diálogos. Y lo hice no porque yo sea jodido (que sí lo soy) sino porque a mí me está pasando exactamente lo mismo con un cuento. Entonces el Gringo me dijo que estaba consultando material para eso, poesía gauchesca y un montón de cosas, y le pedí que me armara aunque sea un solo diálogo con el argumento de mi cuento, que yo con eso me arreglaba para armar el resto.
Pero no es tan fácil, no se adquieren los modismos que buscamos con un par de lecturas, y tampoco estamos para irnos a pasar una temporada a Ayacucho (la de la Fiesta del Ternero), ni para contratarlo a Argentino Luna como asesor, así que voy a escribir, así, a mano alzada, un diálogo y, por favor, me hacen las correcciones y sugerencias que les parezca.
En mi cuento hay un padre viudo, gaucho y mal llevado y probablemente alcohólico, y una hija e hijo sometidos. Yo sé (porque me conozco) que corro el riesgo de que me agarre la risa y termine haciendo una payasada humorística. Pero no es el caso, el cuento es hondamente dramático, así que pónganse las pilas y háganme la gauchada.
Aclaro que el cuento del Gringo transcurre en el pasado, pero el mío puede ser perfectamente en el presente. Y como encontré la foto esa, supongamos que el diálogo se desarrolla ahí mismo, junto al asador, y tiene que contar claramente la situación que indiqué.
Vamos:
- ¿Y novio?
- ¿Qué?
- Digo, si ya pensó en tener novio.
- Soy muy chiquita todavía - sonrió porque le pareció que debía hacerlo, porque suponía que la haría verse más niña. Sonrió para restarle importancia al asunto, y porque los ojos negros del padre la estaban taladrando. Sonrió para que él se quedara tranquilo, y al mismo tiempo pensó en Leandro y sintió una cálida comezón en el estómago.
- Eso es cierto, pero está creciendo rápido. Y yo ya estoy viejo, y su hermano muy cachorro como pa defenderla. - se le cerraron los ojos con la última palabra. Antes de que llegaran los invitados estaría borracho.
Beatriz pensó si debía aclarar que no había por qué defenderla, que en todo caso no habría ningún ataque. Que algún día crecería y sentiría una tibieza en el estómago al pensar en un hombre...
- No tengo ningún novio - dijo, sobresaltada, y su padre abrió los ojos.
- Mejor, mejor - probó el mate y lo escupió enseguida - Qué porquería...
- Se enfrió...
- Es una porquería - tiró el mate, lejos. - Tráigame la ginebra.
Beatriz se levantó de un salto, y su padre la observó detenidamente. Estaba vestida de domingo, para esperar a las visitas.
- Y cambiesé, que no es fiesta.
- Pero papá...
- Ya, mierda - los ojos ahora estaban orlados de rojo profundo - Va y se viste decente, o la agarro a rebencazos. Y llame al inútil de su hermano.
Hagan juego.
Nota: ¿Y por qué, cómo se estaba emborrachando el viejo, si estaban tomando mate? Bueno, pasen por alto esos detalles (que veo en la relectura), lo importante es qué tan gaucho lo podemos hacer sin caer en la caricatura...y creo que yo fracasé miserablemente. ¿Alguien tiene el celular de Argentino Luna...?