viernes, septiembre 17, 2010

Trámites


Deje de protestar, señor. Entienda de una vez que un trámite es un ritual, una ceremonia, algo importante: usted deja de estar en un estado para estar en otro, cualesquiera sean esos estados y dependiendo del trámite, por supuesto.
Pero no es algo banal, baladí: un trámite es un trámite, y tiene que llevarse a cabo de acuerdo con ciertas normas preestablecidas.
Y lleva su tiempo, cómo no.

Ustedes los carapálidas no entienden mucho de estas cosas, pero nosotros sabemos desde siempre que un trámite implica preparativos, implica que determinados augurios deben observarse y que no siempre es propicio realizar el trámite. A veces los dioses determinan que no puede hacerse ese día, y hay que acatar calladito la boca y esperar un tiempo sin hacer ningún escándalo.
¿Qué libro de quejas, señor? ¿Qué funcionario responsable? Si a ustedes les gusta desafiar a los Poderosos...problema suyo, señor.
Así les irá después...

¿Dice que un trámite le vino "malparido"? ¿Dice que la burocracia, que la ineficiencia, que los ñoquis de la Municipalidad...? Usted no sabe de lo que habla, señor.
Usted fue a hacer un trámite sin meditar en lo trascendental del hecho, si me permite que se lo diga. Usted no entiende que no es lo mismo estar inscripto en Rentas que no estarlo, señor. Usted se quiere cagar en los dioses y los dioses harán lo propio, por supuesto.

O, pongalé, usted cree que es lo mismo tener carnet de conductor que no tenerlo.
Y está tan equivocado, señor...
¿Cómo explicarle?
Sin registro usted no existe, señor, usted no ha sido aceptado por los Poderes Que Gobiernan al Mundo (el mundo de los Caminos, en este caso), usted es un aspirante que veremos si cumple los requisitos, pero de ninguna manera puede considerarse como uno de nosotros, como parte de la comunidad: usted es casi un sorete, digamos.

Para cambiar ese estado, usted tiene que hacer el Trámite, ¿entiende, señor?

Y si usted le falta algo, usted no es Digno de hacerlo.
Y listo.

No es que "el cana se olvidó de ponerme el domicilio en la denuncia, se olvidó".
No.
Lo que pasa es que usted no cumple los requisitos, señor. No supera la prueba, no es agradable a los Dioses, no es apto para cambiar de estado, no es su momento propicio, señor.
Los ritos son sagrados, y deben cumplirse con exactitud.

Deje de amenazar funcionarios, señor. Deje de increpar Sacerdotes y de golpear el vidrio, deje de soliviantar al resto de los aspirantes de la larguísima cola, y sobre todo déjeme terminar el cafecito, que en realidad también es una infusión sagrada, pero ahora no tengo ni ganas de explicárselo.

Que pase el que sigue...




Escrito el 17 de septiembre de 2.010, día en que no pude sacar mi carnet de conductor porque un cana se olvidó de ponerme el domicilio. Que los Dioses se encarguen de castigarlo.




2 comentarios:

Paul Maril dijo...

Debió consultar previamente a algún chamán de la burocracia; indispensables para surfear en el mar de expedientes. Eso sí, funcionan a propina limpia...

Sergio Muzzio dijo...

Yo había confiado en las entrañas del buey que sacrificamos, Paul...