martes, julio 12, 2011

Messi y el Aleph

Por Juan Cruz Ruiz
Periodista español

A Borges tampoco lo quisieron mucho los argentinos, no se crean. Es el escritor más importante de su país, y una de las claves de la historia de la literatura contemporánea y mundial. Una vez Perón, que creyó que era más importante que Borges, lo puso a inspeccionar gallinas, destituyéndolo de la dirección de la Biblioteca Nacional, que parecía más apropiada a la historia de sus conocimientos. ¿Por qué? Por venganza. Acaso porque no se sabía el himno argentino. Él, Borges, iba más por un himno mundial. Por eso escribió El Aleph.

Ahora con Messi se están ensañando porque no es Dios, ni Perón, ni Maradona, ni siquiera Evita. Es que Messi es más como Borges, y eso, claro, es insoportable para los que ven el fútbol, también, como una cuestión de himnos patrióticos. En el Barça Messi ha descubierto el milagro del Aleph; él tiene en la cabeza del funcionamiento de un milagro, que es el juego al que lo ha acostumbrado Guardiola, y con ese artilugio es capaz de inventarse el mundo, y golea, hace diabluras, es feliz.

En Argentina lo han mandado a inspeccionar gallinas, lo han cuestionado porque no se sabe el himno y lo persiguen como si fuera un delincuente, porque, dicen, no cree en la camiseta que le han puesto. Eso es mentira; los que reclaman patriotismo en los genios suelen ser mezquinos. Los genios son por naturaleza universales, no se saben, no tienen por qué, las letras de los himnos; sus letras son de otro signo, y su corazón canta desde la calidad de sus propias intuiciones.
A Messi lo están aburriendo. Un día va a hacer como cuando se enfadó con Pepe, que lo atosigaba, y entonces ya se va a hacer apátrida, como Borges, que era tan argentino como Messi.

2 comentarios:

Gringo dijo...

malísima la nota del gallego este. No concuerdo en nada, ni en una palabra con lo que dice.
andá a lavar los platos muerto!!!!!

Sergio Muzzio dijo...

Menos mal que sus coterráneos ayer fueron más coherentes que usted, Gringo.
Bien Córdoba alentando.

Mal usted, por supuesto.