jueves, febrero 25, 2010

En el nombre del hijo



Me pide la recepcionista que por favor le diga Yami en lugar de Yamila, porque el nombre completo solamente lo usaban los padres para retarla, y parece que a ella todavía le trae malos recuerdos.
Le digo que bueno porque me cae simpática la Yami, y porque vi muchas veces que los padres tienen (parece) un nombre especial para cuando cagan a pedos a los hijos, y está muy mal.

En mi familia, por ejemplo, se estilaba usar los dos nombres ("¡Sergio Marcelo caminá a ordenar tu cuarto!"), con lo cual los retos adquirían ribetes de culebrón venezolano.

Mi hermana hace lo mismo con sus hijos, alternando entre el uso de los dos nombres o solamente el segundo, que en general no se usa nunca...salvo para esos casos.

En realidad el segundo nombre se pone casi exclusivamente para eso. Para retarte.
Por eso uno en general termina odiando el segundo nombre o predisponiéndose mal en cuanto lo escucha.

Yo creo que habría que aprovechar y después del primer y único nombre (del nombre verdadero, digamos) habría que poner otro u otros ex profeso para los retos.

Esto traería dos enormes ventajas: por un lado, no crearía traumas en los niños, y por el otro le daría la oportunidad a los padres de proyectar fehacientemente su enojo, de subliminar un poco, de putear al que realmente quieren putear.
Ejemplos: Exequiel Carlos Saúl, Facundo Néstor Carlos, Diego Diego Armando (en caso de que Diego les guste en serio, entonces para felicitarlo sería Diego solo y para darle una piña cuando trae el boletín sería Diego Armando. No sé si se entiende)

Y además hay muchos que recibieron los nombres porque los padres admiraban a alguien (verbigracia: Diego Armando Barrado, encima jugador de River).
Así que, atentos a que los pendejos siempre van a mandarse alguna que mereza un reto, y teniendo en cuenta que está aceptado elegir nombres por simpatía, no es tan loco elegir un nombre justamente por lo contrario, y destinarlo a los fines de increpación o golpiza.

Habría que evitar solamente caer en cosas bizarras como Magalí Carlos Saúl, eso ya es un despropósito.
En ese caso, o esperás a tener un varón o al menos te conformás con un Magalí Lilita, medio cacofónico pero absolutamente válido.

12 comentarios:

Paul Maril dijo...

Mi vieja usaba los nombres de otros chicos que yo odiaba para cagarme a pedos... qué cruel...

Sergio Muzzio dijo...

¿Lo qué???

Paul Maril dijo...

Si, usaba el procedimiento que vos explicaste, pero elegía justamente los nombres de unos pendejitos hijos de puta que yo odiaba...

Ana dijo...

Mis padres, en un acto de coherencia con su limadura mental, toda la vida me llamaron por mi segundo nombre. Dejando el primero para uso exclusivo de la cagada a pedos.
Imagine los problemas que me trajo! Presentarme con un nombre y que llegue mi vieja y me llame de otra manera, inexplicable.

Sergio Muzzio dijo...

Paul: Ahhhhh, una cultora del terrorismo materno!

Ana: Esa es una versión distinta, llamar por el segundo nombre y usar el primero para los retos. Supongo que debe ser que les gustaba más el segundo nombre, pero sonaba mejor con el otro. ¿Usted sabe por qué lo hacían? ¿Preguntó?

Gringo dijo...

1) Rompo con la regla: a mi me llaman por mi segundo nombre, Sebastián. El otro, el primero, mi familia lo tiene completamente olvidado. Ta reservado para ocasiones especiales.

2) Pequeño error de tipeo: "van a mandarse alguna que mereza un reto, y teniendo". Debería decir "merezca".

3) A su servicio. Mejorando la calidad de "la timidéz..."

gringo
(en Córdoba)

Anónimo dijo...

aburrido...
como todos tus posts...
zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

Ana dijo...

La verdad es inexplicable Sergio.
Porque para ser sincera no tenían nombre pensado para mí, sí, triste realidad la mía, estaban tan seguros de que era un varón que ni nombre me pensaron.
Cuando se les vino la noche, el primer nombre lo eligieron enseguida y ni ellos (dicen) recordar el por qué del segundo (que odie toda mi vida).
Con lo cual yo sólo lo atribuyo a su delicado estado de salud psíquica. Pero como al fin y al cabo son buena gente y ya los conozco desde hace tanto, no los voy a venir a cambiar justo ahora.
Saludos!

Sergio Muzzio dijo...

Gringo: Bueno, dele. Si sabe que le vamos a preguntar "¿Qué ocasiones especiales?"

Anónimo: ¿Leíste todos? Muchísimas gracias.

Ana: Sí, sus progenitores están chapa, ni se le ocurra cambiarlos,
Beso!

El Profe dijo...

Bueno, eso de usar nombres completos y compuestos para reprender —¡fah, la palabreja!— es, verdaderamente, de novela.
Yo debo estar en medio de la barbarie porque oigo a más de un padre la muy común frase: "¡¡Pero che, que pelotudo/a!!" ni siquiera con nombrecito solitario...¿Será que les falta ver más telenovelas? Abrazo.

Mariela alias leti dijo...

Qué descubrimiento brillante, me dio envidia!

Y me dí cuenta de que soy una madre de manual, también uso el segundo nombre de mi hijo para la cagada a pedos. Y a mi segunda hija, que no tiene segundo nombre, cuando la reto le agrego un María adelante!

Si la cagada a pedos es amistosa, un Jaimito o un Borromeo también aplican.

Sergio Muzzio dijo...

El Profe: es absolutamente cierto. Y dan ganas de pegarle una piña a los padres que hacen eso, o no?

Mariela: ¿Se da cuenta?
Ahora, si les dice Borromeo supongo que les explica después...