domingo, abril 16, 2006

Las delgadas paredes

/// (fragmento)
En realidad, lo que más desea Karina es dejar de escuchar a los otros. Implora por una noche completa de sueño.
Pero quién puede dormir si los vecinos hablan toda la noche sin parar. Es un murmullo apagado que sin embargo se filtra insidiosamente hasta su cama revuelta y la introduce en una especie de corriente marina, que la lleva flotando hasta otro amanecer arruinado. Cada noche, la ola caliente del diálogo la vuelve a arrastrar y Karina es como una anguila eléctrica en un mar fosforescente.
Fue esa cualidad de letanía hipnótica la que hizo que pensara en plegarias y ritos. Porque el ritmo de la conversación jamás se altera. Los dos hombres que son sus vecinos recientes, intercalan sus voces en un orden estricto. Nunca se superponen, nunca alzan la voz, nunca se detienen antes del amanecer ///

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Sabías que la inducción subconciente se realiza durante el sueño? Yo me enteré de eso cuando usé un método hipnopédico...¡pobre Karina! seguro que "soñaba" todas las conversaciones.

Sergio Muzzio dijo...

Sí, pobre Karina...Las soñaba...hm...intensamente, casi con deseo.
Saludos!