sábado, noviembre 21, 2009

Voto con mucho miedo

Cuando yo era muy chiquito mi tío Mario me regaló “La hora del vampiro”, y me cagó la vida.
Stephen King y mi tío Mario me cagaron la vida.

Hasta ese momento yo no sabía casi nada sobre vampiros, apenas lo elemental que ponen todas las películas. Tampoco sabía nada de Stephen King y del poder hipnótico de esa novela macabra (entre paréntesis, nunca más leí algo tan bueno de King.
Por suerte: de lo contrario tendría más monstruos persiguiéndome en las noches de lluvia)

Yo no sabía casi nada, pero después de esa novela ya sabía casi todo sobre el tema. Ya sabía que el vampiro sería para siempre mi monstruo personal.

Ya sabía, por ejemplo, que a un vampiro hay que invitarlo a entrar, que no puede hacerlo sin permiso y que a veces necesita varias visitas, de manera que uno se convierte de alguna manera en cómplice, que hay una especie de síndrome de Estocolmo infernal.

Ya sabía que no alcanza con clavarles una estaca de fresno en el corazón, que hay que cortarles la cabeza, llenarles la boca de ajo y arrojar el cuerpo a un cauce de agua profunda.
Ya sabía (y me esforcé por memorizar todo hasta el día de hoy) que a falta de cruz pueden servir las rosas silvestres, o un perro con determinadas marcas en la cabeza.

Ya sabía, en definitiva, que el vampiro es el monstruo perfecto, un monstruo que no mata sino que contagia, que te vuelve un monstruo igual que él. Un monstruo al que no es posible matar limpiamente y a la distancia, con una bala de plata o con fuego: eliminar a un vampiro exige mancharse con sangre.

Acabar con un vampiro exige tocar su piel helada, martillarle en el pecho una larga estaca, hundírsela en medio de un estallido de sangre hedionda y roja, ver cómo se retuerce (y los gritos, esos gritos...) hasta que la sangre se vuelva negra y señale que se ha alcanzado, por fin, el maldito corazón.

Pero para llegar a esto (como muy bien me lo explicó King) primero habrá que encontrarlo, primero habrá que recorrer un tortuoso camino hasta el ataúd de la sanguijuela.

Antes de poder matarlo habremos tenido un penoso camino desde el primer ataque del monstruo: habremos tenido que decidirnos a emprender la búsqueda, habremos tenido que enterarnos de los seres queridos que no sólo han caído sino que ahora forman parte del enemigo; habremos tenido que desconfiar unos de otros cuando el sol se ponía, locos del terror de percibir unos colmillos demasiado agudos en los rostros queridos; habremos tenido que evaluar si seremos capaces de matar ritualmente a un ser amado sin perder la razón.

Todo ese camino tendremos, para recién después enfrentarnos a la piel helada del monstruo mayor.
En algún momento, seguramente, también habremos considerado si no era preferible invitarlo a entrar y sumirse en el olvido rojo y definitivo.

Stephen King y mi tío Mario me regalaron hace mucho mi monstruo personal para toda la vida.
Hay regalos y regalos, es un hecho.

21 comentarios:

Ana dijo...

Sin ánimo de comparación le cuento que a mí de niña me regalarton "Socorro" de Elsa Borneman.
Nunca, pero nunca (hasta el día de hoy) pude estirar las manos, hacia afuera de la cama, mientas estoy acostada.
Efectivamente, hay regalos y regalos; la lectura es un inmejorable regalos para los niños.
Saludos

Sergio Muzzio dijo...

Si saca la mano la agarra una polilla.

Je.

laura dijo...

qué cosas tremendas pasan en las mentes de los niños y quedan grabadas para siempre. yo una vez fui al cine York y daban El Planeta de los Simios Y te juro, te re juro que solamente ver la cara de uno de esos pibes peludos me da escalofrío.

Ctalina que hoy tiene 15 vio Chuky en la casa de una amiga cuando tenía 6 o 7 años y fue casi para empezar una terapia del sorete que tenía.

mi miedo votado es a la locura. no hace falta que explique mucho más.

me copa este blog interactivo

Sergio Muzzio dijo...

Yo más luego (tal vez en las conclusiones, si es que las hay) te diré algo medio repetido acerca de imágenes atemorizantes en el cerebro de niñitos.

Besos, loca.

Anónimo dijo...

Muzzio: lo invito al cine a ver la nueva de Crepúsculo ;) Se copa?

Ana: Ese cuento "Las manos" sucedía en el campo, Elsa Bornemann dice "por Junín creo..". Soy de allá. Imagínese el "agravado por el vínculo" del miedo de los niños y niñas de mi ciudad (entre los que me encontré).

Lau: Yo también tengo ese miedo loco :(

Ya que mencionan pelis, en mi niñez más que Chiki era un tal Candiman, que si repetías su nombre 7 veces frente a un espejo eras "hombre muerto" (o torturado) :S

Sergio Muzzio dijo...

Esos que ponen a los vampiros como apenas monstruitos demasiado sensuales merecen que los agarre el BARLOW de Stephen King.

Y Candyman aparecía a la quinta vez...a usted la hubiera agarrado seguro!

Anónimo dijo...

No pude poner ese link!!! Ya mismo cambio mi voto por "los vampiros" y esta noche no podré dormir :(

Ana dijo...

esdecir: No! una generación de Junín y sus alrededores traumada por un cuento! Lo acompaño (aún hoy) en el sentimiento.
Muzzio: FEA la actitud, de sólo pensarlo me dio cagaso!

Paul Maril dijo...

Su post es escalofriante. Más que Baby. Stephen hizo bien su trabajo...

Sergio Muzzio dijo...

Esdecirdecires: ¿Durmió?

Ana: ¿Durmió?

Paul: Baby vampiro ya sería demasiado!

Sergio Muzzio dijo...

No te puedo creer que vaya a ganar Baby. Ciudadanos: voten con responsabilidad!

El Profe dijo...

Los miedos que se incorporan en la niñez tienden a perdurar; en mi caso, el miedo a ser enterrado vivo, devino de una película que ví involuntariamente —llevado por mis hermanos mayores— se llamaba "Tunel Nº 6" y trataba de un derrumbe en una mina de socavones; los sobrevivientes al derrumbe inicial quedan atrapados bajo tierra y ante la imposibilidad de rescatarlos van muriendo en medio de terribles sufrimientos, incluso uno de ellos enloquece y mata a otros...¡Terrible!
A veces esas situaciones son más terroríficas que las generadas por vampiros gay, hombres lobo mantequitas y demás "yerbas de moda"; a propósito, el suspenso que se produce cuando ya le tienen que clavar la estaca la vampiro, pero que se dilata en reflexiones, discusiones o lo que sea, hasta que el bichejo se las toma en sus narices o les da para que tengan,siempre me irritó más que angustiarme, será porque yo le clavaría la estaca si más trámite, che. Abrazotes.

DudaDesnuda dijo...

Durante mucho tiempo busqué en las cabezas de los pibes chiquitos los tres 6 que era la marca del diablo. Así me dejó entrar a ver La profecía, creyendo que no era una peli de terror. Sí, boluda soy desde mi más tierna infancia.

Besos y chuchos

Gringo dijo...

"Cementerio de animales", película de terror me cagó la vida durante un tiempo de la infancia. Por las noches, obvio.


abrazo

Sergio Muzzio dijo...

...y va a ganar Baby, no se puede creer...!

laura dijo...

ché, qué jodido el tema de las películas cuando somos chiquitos. mal. hoy me acordé de otra: una mina q se está muriendo de un balazo (qué se yo q peli) y dice "tengo frío" y pide q alguien la abrace.

y ayer en no sé q puto canal no van y pasan una de este forro de S KING y muestran cómo le cortan el tendón de aquiles con una cuchilla! PORQUÉ EH PORQUé!!!

piedra libre al chiflado de Paul

Muy de acuerdo con el Profe

porfavor que no gane Baby, suficiente con los K. Qué hemos hecho?

Sergio Muzzio dijo...

Baby picó en punta y no hay con qué darle. La conclusión será: votan a Baby para no decir a qué le tienen miedo en realidad. ¡Cagones!

laura dijo...

te están boludeando Muzzio. a joderse x ponerlo para joder. se anula la votación.

Paul Maril dijo...

Baby representa la suma de todos los miedos, Sergio. Sería el miedo a convertirse en pelotudo e hijo de un regimiento de putas a caballo...

Si, Laura. Soy un chiflado.

Cesar dijo...

Quiere que le empreste la pelicula esa de Barlow, Muzzio? Recuerdo que cuando vi a ese pibe vampiro flotando en la ventana y golpeando el vidrio mientras miraba con esos ojos blancos...todavía me da escalofríos, tenía como diez años, y al ir a dormir me improvisé una pequeña cruz con...¡dos escarbadientes y un clip! jajajajajajajajaja.
Otra es Cementerio de animales, el niño vuelto a la vida. De terror, es él quien le corta los tendones el padre según mencionaban ut supra.
Tengo una cosa con los niños, ¿verdad?
Bueno, voy a armarme una cruz...mientras observo las tumbas en el cementerio en el que me ha tocado laburar en este domingo lluvioso...buuuuuu!!!

Sergio Muzzio dijo...

Oiga, no llame animales a los que le pagan el sueldo.

(El que tiene una cosa con los chicos es SK. O no: sabe que garpan mil en una de miedo)